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Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




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domingo, 18 de septiembre de 2011

La vida es...Capitulo 14: Egoísta.



Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención. Esta historia tiene contenido Lemmon, si no te gusta, o eres menor de 18 años, por favor no lo leas.
Reneesme vive atormentada por su pasado, los secretos que oculta atentan contra su vida, que pasara cuando Jacob entre a su vida causándole un gran desorden? acompáñalo a descubrir los secretos de Reneesme.

Capitulo 14: Egoísta.

Jacob perdía la paciencia conforme pasaba el tiempo en el teléfono tratando de hablar con Mía. Había notado desde hace algún tiempo que los pocos momentos en los había tenido que hablar con ella le causaban una especie de pánico que oprimía su pecho, porque su voz, su rostro, toda ella le recordaba a la desgracia de su vida… haber perdido a su hijo.

Había conocido a María hace muchos años, cuando vivía en Phoenix. Se había mudado de Forks con la intención de independizarse de su familia, y trabajaba en un pequeño taller mecánico de la ciudad, allí la había conocido, un día muy soleado, cuando ella llevó su auto por primera vez para que se lo repararan, de ahí en adelante ella inventaba tontas excusas para llevar su automóvil y hablarle.

Jacob la recordaba como una chica algo alocada, pero muy divertida, era de estatura media, tenía el cabello negro y abundante, con unos pequeños e inteligentes ojos color ámbar, y su piel era blanca., María era realmente hermosa cuando la había conocido. Él tiempo transcurrió entre charlas, citas, visitas, y ellos llegaron a conocerse cada vez mas, o eso creía Jacob.

Mía podía ser muchas veces un poco exasperante pues solía conseguir de Jacob lo que deseaba, si quería pasar todo un día con él, lo lograba, así él tuviera los mil y un compromisos, Jacob siempre la complacía, otras veces lo hacia enojar con sus celos tontos, él odiaba tener que explicar todos los días su rutina en el trabajo, solo para evitar que se molestara, no obstante ella no le creía, y terminaba diciendo que todas esas mujeres que lo saludaban en la calle eran amantes de él, cuando la verdad eran clientes agradecidas por el excelente trabajo que él le hacia a sus autos.

Pero todas aquellas discusiones tenían arreglo al final del día en la cama.

Ambos se acompañaron en sus mejores y peores momentos, la muerte de la madre de Mía permitió que ambos se acercaran mas sentimentalmente, ya que para ese entonces Jacob también había perdido la suya, además de ello para Mía aquella situación había resultado muy dolorosa pues removían duros recuerdos  sobre el abandono de su padre.


Cuando Jacob se decidió a pedirle matrimonio ella había aceptado felizmente, sin embargo una vez ya casados ella había cambiado radicalmente, ya su rostro no era feliz, había cierta melancolía y preocupación, las risas habían sido reemplazadas por reclamos, y los reclamos se convirtieron mas tarde en gritos. Jacob se culpaba a si mismo por no saber como hacer feliz a su mujer.

¿Qué cual fue el detonante de aquel cambio?, Jacob no estaba seguro, pero tenia la leve sospecha de que ella pensaba en su madre, él abandono de su padre por otra mujer había creado una inmensa herida en su corazón y cierta inseguridad que el tiempo y las circunstancias se encargaron de agudizar, ello hacia que Mía temiera perder a su marido, como su madre había perdido al suyo.

Para cuando Jacob se había dado cuenta, ella estaba embarazada, y  su embarazo era de alto riesgo. Fueron muchas las citas perdidas en el psicólogo, Jacob continuamente llamaba a las hermanas de Mía para que la convencieran de que necesitaba ayuda, pero seguían las discusiones donde ella le gritaba que no era ninguna loca, Mía simplemente nunca acepto que tenía un problema, y Jacob había agotado todas las formas de hacerla entrar en razón, pero nada funcionaba. La depresión poco a poco los destruía a ambos, y la desesperación de Jacob por conseguir una solución estaba creando en él una inmensa frustración.

No obstante la felicidad de que pronto tendría a su hijo en sus brazos lograba eclipsar en parte toda tristeza, de solo pensar en ese pequeño que se estaba formando en su vientre no cabía en si de felicidad, todos los días se acercaba a su panza para hablarle, y cuando Mía se dormía aprovechaba para cantarle, lo que hacia que él le respondiera con suaves pataditas, su bebé sabia quien era su padre, pero nuevamente Mía lograba causarle dolor, a veces para manipularlo no le permitía acercarse a ella, lo que le causaba mucha tristeza pues Jacob sentía que la relación con su hijo se rompía por culpa de la distancia entre él y Mía.

La situación cada vez mas se salía de control, el embarazo parecía afectar mas su psicosis, Mía veía cosas donde no las había, estaba completamente segura que Jacob le era infiel, o que quería abandonarla, cuando en realidad no era así. Él estaba agotado de llegar a casa y encontrarla llorando con cuchillos en sus manos amenazando con suicidarse, hasta que un día Jacob decidió no ir mas al trabajo, quería evitar cualquier desgracia, pero fue imposible, porque para Mía aquello no parecía ser suficiente.

Flash back

-¿De que demonios viviremos? ¿Del aire? ¡Necesito ir a trabajar Mía! ¡No puedo estar contigo todo él día! – le rogaba.

-¡Te vas con ella verdad, Con esa perra! ¿No piensas en tu hijo? ¡Si algo le ocurre a él será tu maldita culpa! – Mía tenía el cuello tenso por los gritos.

-Jacob se halaba el cabello intentando respirar calmadamente, estaba desesperado.

-No voy con nadie – le dijo con pausa, no quería gritarle otra vez – tú hermana Cristina viene en camino para quedarse contigo – le comunicó.

-¡No! ¡te quedaras tú! – le ordenó ella caminando hacia él con su enorme barriga.

-No puedo, nos están cobrando la renta del departamento Mía, ¿quieres quedar en la calle?  ¿De donde sacare el dinero si no voy a trabajar?

-¡Excusas! Excusas, excusas… A mi no me engañas Jacob… ¡Jacob vuelve aquí!

Jacob caminaba hacia la puerta, debía irse, si no se volvería loco, además no permitiría que su hijo naciera enfermo, ya no tenían ni siquiera comida. Había llegado al extremo de pensar en llevarla al trabajo para que no pensara que la estaba engañando con otra, cuando había recordado que ella  no podía salir de casa por su delicado embarazo. Cuando bajaba por las escaleras del edificio tropezó  con Cristina, quien había caído al suelo por el impacto de choque.

-¡Jesucristo Cristina! Perdona, Gracias a dios llegaste, Mía esta…

-¿Que ocurre?¿ Porque grita? – Cristina era muy parecida a Mía  físicamente, solo que su cabello era más corto y sus ojos eran verdes.

-Necesito salir Cristina, tengo muchas deudas por quedarme aquí con Mía, debo salir a trabajar, pero ella no lo entiende – le dijo Jacob a Cristina desesperado, mientras la ayudaba a levantarse del suelo sujetándola de los brazos y atrayéndola hacia arriba.

-No te preocupes, vete, yo intentare hacerla entrar en razón. – le dijo palmeándole el hombro aun cerca de él, dándole a entender que podía confiar en ella.

-Gracias Cristina, no sabes cuanto te lo agradezco.

Mía estaba enloquecida, cuando abrió la puerta y vio a su hermana tocando a su marido quiso morir, ¿era ella la mujer que quería quitarle a su esposo? ¿Su propia hermana?

-¡Eres tú!, ¡maldita seas Cristina! ¿Como pudiste? – le grito con una chispa de locura en los ojos, Mía temblaba de pies a cabezas mientras derramaba lagrimas.

-¿Mía de que hablas? Jacob y yo solo… - intentó decir Cristina.

-¡Cállate! Pagarás por esto Jacob, no mereces que traiga un hijo tuyo al mundo, ¡olvídate de nosotros! - Jacob y Cristina la miraban sorprendidos desde el final de las escaleras cuando Mía decidió lanzarse por ellas, rodando aparatosamente, Jacob horrorizado corrió hacia ella para evitar que siguiera rodando y logro detenerla a mitad de las escaleras, pero ya había recibido suficientes golpes, pues la escalera era muy alta, cuando llego hasta Mía ella ya estaba inconciente.

La llevaron de urgencias al hospital, pero los doctores le habían informado en uno de los pasillos del hospital que era demasiado tarde para el bebé. Los golpes habían sido brutales para su frágil cuerpecito, no podían hacer nada por él.

Jacob sintió que el mundo se le venia abajo, había perdido a su bebé, y a Mía, pues a pesar de que no estaba muerta ella había acabado con todo lo que alguna vez había sentido por ella.

La recuperación fue difícil, Jacob no podía perdonarle lo que había hecho, y poco a poco se daba cuenta que no había nada que recuperar en su relación con Mía, él ya no la amaba.

De ahí en adelante su vida se había sumido en una profunda tristeza, y el recuerdo de Mía y su bebé se había convertido en un fantasma.

Pero entonces solo el fantasma de Mía había regresado para torturarlo.

Fin del flas back

Jacob sabía reconocer cuando María trataba de manipularlo para conseguir lo que deseaba, y este era uno de esos momentos.

-¿Para que me buscas María?

-¡Amor! Te he extrañado tanto. – le susurró María sonriendo del otro lado del teléfono.

-Al grano Mía, ¿que quieres? – contesto Jacob secamente.

María notó su actitud distante, sin embargo decidió ignorarla.

-Te amo. – suspiro sonoramente.

Jacob se quedo callado, tratando de no explotar ante la hipocresía de semejantes palabras, ¿es que acaso no se cansaba? ¿No entendía que sus palabras eran igual de vacías que ella? Jacob había pasado años tratando de olvidarse de ella, sin embargo de alguna u otra forma ella se encargaba de que no lo hiciera.

-¿Que quieres? – logro repetir con cansancio, tenia los ojos fuertemente cerrados.

- Te quiero a ti amor – siguió ella – estoy casi lista para verte pronto. Dime donde estas.

- No quiero que vengas, no tienes nada que hacer aquí.

- Pero… No entiendo, por supuesto que si, soy tú esposa.

Jacob odiaba tener todavía algo que ver con ella.

- No María, necesito que entiendas que nuestra relación ya acabo – le explicaba Jacob calmadamente -  no funciono, estamos mucho mejor estando separados que cuando…

-¡NO! ¿Pero de que demonios me estas hablando Jacob? – se exaspero  Mía, no soportaba que le llevaran la contraria.

-De la realidad, te estoy hablando de la realidad…

-¡La única realidad aquí es que necesito verte! – le grito fuera de sus cabales. – ¿No entiendes maldita sea?  si no me dices donde estas iré a buscarte como sea, ya me conoces, sabes de lo que soy capaz.

-¡Ya deja de amenazarme! – Gruño molesto Jacob – me he cansado de tus manipulaciones, esto ya no se trata de ti, no quiero seguir jugando a hacer lo que tú quieras, ahora tengo una vida, y me gusta así como esta, ¡sin ti!

-¡Mentira! – Soltó Mía aforrándose mas al teléfono – me estas castigando por lo de nuestro pequeño Ian.

Al oír su nombre Jacob se paralizó, sentía  como una vieja herida intentaba abrirse nuevamente, aquello había sido un golpe bajo.

-Por dios… déjame en paz – le rogó, pero María había dado en el clavo y lo sabia, ese punto débil al parecer seguiría sirviéndole, y ella aprovecho su debilidad para imponerse.

-Jacob, por favor te necesito – le decía llorando – quiero estar junto a ti.

-No entiendes, tú… simplemente no entiendes que ya no puede ser, me haces daño. –

-Me amas – le dijo con seguridad, como si estuviera tratando de convencerlo de ello.

-Te equivocas – le contesto Jacob aferrándose a sus palabras.

-¿Donde estas Jacob? – insistió ella, no lo dejaría escapar.

-¿Realmente piensas que quiero que vengas aquí? – exploto de una vez, era imposible no hacerlo con alguien como ella, ¿como era posible que lo llamara después de lo que había hecho? ¿Es que acaso no tenía vergüenza? -  ¿Crees que necesito recordar nuestro trágico pasado? ¡No soy un jodido masoquista Mía!, no me interesa nada de lo que tengas que decir, ¡desaparécete!.

-¿Como puedes decir eso? Después de todo lo que hemos vivido juntos.

-¡Precisamente! ¡Por todo lo que he vivido a tú lado es que no deseo verte!

- Podrías arrepentirte, lo que tengo que decirte es importante…

- Lo único que necesito de ti es el divorcio, así que deja de negarte a firmar los papeles, ¡necesito rehacer mi vida!

-¿Es porque tienes a otra? – le preguntó ella sacando conclusiones apresuradamente- ¿No es cierto?, ¡hay otra mujer!, ¿como puedes hacerme esto Jacob?, ¡esa maldita!, ¡acabare con ella si es necesario! ¿Me oyes?

¡No te atrevas….!– Jacob no pudo reprimirse. – ¡Maldición!

-¡Lo sabia! ¡Eres un bastardo!

-¡No hay nadie! – lo ultimo que necesitaba era que se le ocurriera buscar a Nessie. – Además no tengo que darte ninguna explicación, entre tú y yo no hay nada, puedo hacer lo que se me de la gana con mi vida.

-¡No! tienes un compromiso conmigo todavía, no puedes dejarme, nuestro hijo….

-¿Cual hijo? ¿El que asesinaste?

-¿De que estas hablando? Yo no he asesinado a nadie.

Jesucristo, ella realmente estaba mal de la cabeza.

-Ya basta Mía, estas acabando con mis nervios, si alguna vez me amaste aléjate de mi, crees que esto no me afecta, crees que he tenido una vida feliz después de lo que ocurrió con nuestro hijo.

Mía se aferro más al teléfono con la esperanza de que Jacob la entendiera, suavizo mas la voz, sin embargo tenía un tinte de histeria que le era imposible borrarlo.

-Pero amor, precisamente de eso quiero hablarte, nuestro bebe no murió, esta aquí, conmigo.

-¿Que? – a Jacob se le fue el aliento – ¿de que estas hablando Mía? – su voz sonaba débil, y su cuerpo estaba paralizado. Y entonces entendió.– ¡estas enferma! ¿Como puedes jugar con algo así María? ¿Como puedes hacerme esto?- termino gritando- ¡Eres una maldita egoísta! ¡Déjame en paz!

Y colgó el teléfono con las manos temblándole de la ira. ¿Como podía decir aquello? ¡Él había visto a su hijo muerto! Por dios… Él lo había visto, los médicos se lo habían mostrado, su pequeño rostro dormido lo perseguía todas las noches en sus sueños, hasta hace poco. María estaba loca.

Dios necesito salir de aquí – se dijo a si mismo en voz alta, se sentía consternado, como si le hubiera pasado un tren por encima, necesitaba bloquear a María de su sistema nuevamente.

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Reneesme esta sumida en la desesperación, ahora veía las cosas de una manera muy clara y determinante, si no se alejaba de Jacob terminaría arruinando su vida, y no solo se refería a su padre, también a James, todo era tan complicado, nada terminaba de resolverse.

Maldición! Otra vez no – la nariz comenzaba a sangrarle otra vez, ella echo la cabeza hacia atrás mientras caminaba con cuidado hacia el baño de su habitación. La bajo de nuevo cuando estuvo frente al lavamanos y un chorro de sangre broto de su nariz. – mierda!

La cabeza le dolía como los mil demonios, comenzó a sudar, estaba asustada, no quería regresar al hospital. Cuando la hemorragia paro ella se lavo la cara y camino hasta su cama para descansar un poco. Peo entonces siguió pensando en su desgracia.

¡¿Que haría?! ¡¿Que haría?! No quería dejar a Jacob, moriría de tristeza, con Jacob todo era fácil, todo era sencillo, agradable, además, él la necesitaba, pero no podía ser tan egoísta, él jamás admitiría que tenía problemas por culpa de ella.

Era hora de tomar una decisión, y sabia cual era. Reneesme salio de su habitación buscando a su padre y lo encontró en la biblioteca.

-Edward necesitamos hablar – Edward la miró con sorpresa y dolor a la vez, no podía creer que ya no le dijera papá.

-Porque ya no me dices papá? – le pregunto quitándose las gafas y cerrando el libro que estaba leyendo.

-Eso no importa, vengo a hacer un trato contigo. – Le dijo mirándole a los ojos con determinación.
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Jacob estaba en el Monasterio conversando con Sam, se informaba sobre los últimos acontecimientos en las calles de Forks.

-Todo ha estado tranquilo últimamente. Jacob creo que James se ha dado cuenta de los ataques a sus distribuidores, hemos mandado a la cárcel prácticamente a casi la mitad de ellos. A James no le cuesta sacarlos de allí, pero es obvio que sabe que alguien lo quiere joder.– le decía Sam.

-Entonces debe estar tramando algo el hijo de puta. – Concluyo Jacob.

-Si, Jacob esto de mandar a la cárcel a sus distribuidores no esta funcionando, hay demasiados policías corruptos, debemos hacer algo mas – le comunico – he pensado en una campaña de desprestigio a su padre, para evitar que llegue a la alcaldía y se vuelva mas fuerte.

-Eso no va a servir de nada Sam – estaban sentados en la pequeña habitación al fondo del bar- si Hogroff no gana las elecciones, sus influencias en la policía no van a menguar por ello, al contrario, van a hacerse mas fuertes, él necesita ese apoyo para poder continuar con el negocio.

-Sam lo medito – maldición, tienes razón – suspiro cansado – ¿que piensas que debemos hacer entonces?, la prensa muestra que las muertes por sobredosis e intoxicación esta aumentando Jake, ayer encontraron a una adolescente muerta en uno de los callejones donde encontramos a esos vendedores.

Jacob estaba tenso, aquella noticia no le había caído nada bien.

-Necesitamos pruebas contundentes Sam. – Jacob se enderezo en la silla -  preparate, vamos a entrar a la mansión Hogroff. – dijo con seguridad.

Al terminar la conversación Jacob se quedo solo en la habitación, los chicos estaban en el Bar, atendiendo a la multitud de personas que habían ido a divertirse ese día. Él había pedido privacidad para poder llamar a Nessie, esperaba encontrarla en casa cuando llegara.

-¡Jacob! – Jacob volteó y pudo ver a Mandy entrando apresuradamente en la pequeña habitación. Llevaba dos Té de Limón fríos.

-Hola Mandy – le sonrío calidamente – ¿como has estado?

-Bien, yo muy bien – ella estaba nerviosa. Mandy coloco ambas bebidas en la mesa – los chicos me han pedido que te trajera esto.

-Oh gracias! ¿Pero dos? – pregunto extrañado.

-El segundo es mío – le sonrío mientras sus azules ojos relucían. – solo quería hablar un momento contigo.

-Pues siéntate – le dijo él acercando una de las sillas de madera a la pequeña mesa, junto a él.

-Gracias – contesto sentándose,  cuando ella levanto la mirada para clavarla en su rostro se notaba preocupación en ellos –  como has estado tú?

-Pues muy bien gracias.

-¿Jacob, porque estas tan golpeado? – pregunto repentinamente. A Jacob no le sorprendió la pregunta, ella solía interesarse mucho por los demás, sin embargo él no era idiota, sabía que Mandy tenía cierto interés en él.

-Tonterías, nada grave. – le contesto él.

-No es justo Jacob, quien te halla hecho esto es un ser despreciable – le dejo saber lo que ella pensaba. Mandy sabia que había ocurrido, lo sabia por los chicos de la manada, pero quería que Jacob se lo contara él mismo, quería que confiara en ella.

-Eso ya no importa Mandy, ahora estoy bien – le sonrío.

-Quiero que sepas que puedes contar conmigo Jacob, lo que sea, yo… - las palabras se le quedaron atascadas en la garganta – yo te aprecio mucho, desde que llegue aquí has sido muy atento conmigo, y muy paciente, a pesar de lo sorprendentemente torpe que soy.

Jacob se rió un poco.

-Eso no es cierto, eres una chica muy inteligente – Mandy lo miró con sorpresa, en sus ojos parecía haber un destello de… ¿Esperanza?

¿De verdad piensas eso de mí? – le preguntó.

-Por supuesto Mandy, todos los chicos estamos muy contentos con tú trabajo, y te hemos tomado mucho cariño, ¿porque crees que siempre te están cuidando? – le guiño un ojo y ella se ruborizo.

-Gracias – le sonrío con timidez – se los agradezco mucho, de verdad, los chicos son como hermanos para mi, pero yo… - nuevamente las palabras no le salía.

-Jacob yo quiero sincerarme contigo – Jacob se tenso.

- ¿A que te refieres Mandy?

- Me refiero a que, a mi solo me importa lo que pienses tú. Porque yo estoy enamorada de ti – le dijo con el corazón latiéndole a mil por hora – y se que te has dado cuenta de ello, porque no puedo ocultarlo.

-Mandy, yo lo siento pero sabes que no puedo corresponderte, estoy con…

-Ya lo se – le interrumpió – tampoco espero que la dejes a ella por mi, no soy tan arrogante, yo solo quiero que lo sepas, porque de ahora en adelante no voy a hacer nada por evitarlo Jacob, callarme esto me hace mal - ella tenia los ojos fijamente en los suyos, mientras que lo de Jacob rehuían a ellos, le incomodaba un poco la intensidad de su mirada. – y se que causo algo en ti, te… gusto.

-No Mandy, no confundas las cosas – se notaba la desilusión en su rostro y la vergüenza también – por favor, no te sientas mal, no quiero decir que no seas hermosa, porque lo eres, eres muy bella – ella lo volvió a mirar con esa luz en su mirada - pero yo no siento ningún tipo de enamoramiento, ¿me explico?

-¿Atracción quizás? – Ella intentaba aferrarse de cualquier cosa, pensó Jacob – porque se que sientes algo Jacob.

-Yo… - mierda! Titubeaba él. Jacob estaba hecho un lío, se sobaba la nuca nervioso – escucha, es imposible que no llames la atención de un hombre, solo obsérvate – Mandy sonreía completamente hipnotizada – y si, debo ser sincero, me impresionó tu belleza, pero ese impacto no se ha convertido en nada mas, porque yo amo a mi Nessie, debes comprenderlo.

-Pero ella…! - Mandy se detuvo, ir por ese camino no era inteligente.

Jacob alzo una ceja, esperando lo que ella tenia que decir, y como no hablo Jacob siguió.

-Mandy, esto no esta bien, y lo sabes – Jacob se paso la mano por el cabello en señal de nerviosismo.– solo podemos ser amigos, y demostrar lo que sientes, solo traerá complicaciones a nuestra relación.

-Pero…

-Por favor, no insistas – la miro con tristeza – y te ruego que si realmente sientes aprecio por mi como me has dicho hace un momento, no vuelvas a buscar a Nessie a su casa por favor.

Mandy lo miro con sorpresa mientras Jacob se levantaba para salir de la habitación.

-¿Como lo supiste? – le pregunto avergonzada.

-Eso no importa – negó con la cabeza mientras caminaba hacia la entrada – solo no lo vuelvas a hacer. – sujeto el pomo de la puerta.

-Jacob – él se detuvo ante la llamada de ella. –  Yo se que te gusto, puedo hacer que esa impresión se transforme en algo mas – le comunico – así que no me rendiré.

Jacob negó en señal de desacuerdo, él entonces buscaría la forma de alejarse de ella, no permitiría que nada ni nadie dañara su relación con Reneesme.
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-¿Jacob? – Jacob la había sorprendido abrazándola por la espalda, en la cocina de su casa.

-Hola preciosa, te he extrañado mucho hoy – le sonrío mientras le mordisqueaba el lóbulo de la oreja.

-¿Se puede saber porque saliste hoy?, acabo de llegar y no te he encontrado, me asuste – le dijo preocupada tratando de girararse para mirarlo.

-Estoy bien, ya no me duele nada – le respondió mientras metía una de sus manos debajo de su camisa para acariciarle un seno. Reneesme se estremeció.

-No puede ser, esta mañana tenias la pierna muy hinchada. – Jacob permitió que ella se volteara para que lo observara por ella misma.

-¿Vez? – Reneesme lo vio con los ojos muy abiertos, era cierto, los moretones se veían más claros, y caminaba con más desenvoltura que antes.

-¿Pero como es posible? – le dijo acariciándole el rostro y sonriéndole – es un… milagro?

Jacob se río un poco mientras le hocicaba el cuello y la abrazaba por la cintura para pegarla mas a él.

-No lo se nena, solo se que ahora tu y yo  podremos divertirnos mas – le contesto riéndose.

Y Jacob había cumplido su palabra, la misma desenvoltura con la que ahora podía caminar, la demostraba mientras le hacia el amor. Reneesme no sabia que existían tantas formas de posicionar su cuerpo para recibir y dar placer. Ella se había divertido tanto tratando de contorsionar su cuerpo, que las carcajadas se confundían con los gemidos.

Los espacios de la casa no había sido respetados por ninguno de los dos, desde el sofá de la sala, hasta el mesón de la cocina había sido testigo de la entrega de sus cuerpos desnudos, de cada gota de sudor derramada y cada beso ardiente dado.

-Me encanta tu risa – le decía Jacob mientras se introducía nuevamente en ella, estaba amaneciendo y ellos aun seguían amándose en la cama. Reneesme yacía boca abajo y Jacob la penetraba desde atrás mientras le mordía suavemente el hombro, Reneesme perdía el aliento conforme era consumida por el placer.

-Jacob – suspiraba ella mientras Jacob le daba suaves estocadas meciendo sus caderas entre sus piernas, le lamia el cuello conforme ella trataba de acompasar las suyas al lento baile de sus cuerpos. La calidez no solo calentaba sus cuerpos, también les calentaba el corazón, haciendo que irremediablemente ambos se enamoraran cada vez mas uno del otro.

Los días pasaron muy rápido, cuando ambos estaban juntos se olvidaban de sus problemas, y se enfocaban en hacerse sentir bien mutuamente.

-¿A donde me llevas? – le preguntaba ella mientras Jacob la arrastraba por la playa de La Push.

-Ya sabes que mi familia pertenece a la tribu Quileute – ella asintió para hacerle saber que le entendía – pues bien, los ancianos son personas sabias, y en las creencias de la tribu, ellos tienen la potestad de servir como guías espirituales, también purifican los destinos de las personas, y… - le sonrío tímidamente – bendicen uniones.

-¿Bendicen uniones? – pregunto ella.

-Si, es la manera que tienen en la tribu de proteger el amor que se tienen las parejas, cuando están seguros de lo que sienten acuden a los ancianos para evitar que malos espíritus conspiren para romper su unión. – Jacob se reía un poco, la diversión brillaba en sus hermosos ojos negros. – se que suena un poco tonto, y quiero que entiendas que esto no te ata a mi en ningún aspecto, solo quiero que conozcas un poco mas de mi, así como yo deseo saberlo todo de ti. – le sonrió con amor.

Reneesme le sonreía también emocionada, a lo mejor sonaba ridículo pero a ella le ilusionaba mucho, sin embargo no pudo evitar sentirse un poco mal, aun recordaba la conversación que había tenido con su padre.

Reneesme lo abrazo y Jacob le beso el cabello.

-Ya estoy atada a ti – le dijo cerrando los ojos. – y me gusta.

Cuando llegaron a la pequeña casa de madera, los recibió un hombre moreno de estatura media, su cabello era muy blanco y largo, pero no parecía viejo, sobretodo por la fuerza que tenia en su mirada, cuando vio a Jacob le sonrío.

-Pero si es el Opaktichu – dijo el anciano-  y trae a su Wisatsu´upat.  – Reneesme no sabia si sonreír o molestarse, aquellas extrañas palabras podrían ser una grosería, ¿o quizás un halago?.

-Tranquila, después te explico – le susurro Jacob, pues había visto su cara desconcertada.

-Anciano – le saludo Jacob en señal de respeto – ¿como ha estado?

-Muy bien hijo, pasen por favor – Mientras caminaban detrás del anciano Jacob le explicaba.

-Opaktichu significa Sanador y Wisatsu´upat significa mujer o esposa – a eso Reneesme se sorprendió y Jacob le sonrío.

-Eres sanador? – le pregunto.

-No, la verdad nunca he entendido muy bien porque me han calificado de esa manera, realmente prefiero no preguntar demasiado. – Reneesme sospechaba que aquello tenía algo que ver con el hecho de que él sanaba tan rápido.

Jacob y Reneesme entraron a la casa, era pequeña pero acogedora, olía a incienso, y habían pieles y pequeñas estatuas de madera con formas de animales por todo el lugar, el anciano los invito a sentarse dentro de un circulo de arena que estaba en el centro de la reducida sala.

Jacob miro al anciano sorprendido, a lo que este soltó una carcajada.

-Los estaba esperando Opaktichu– les dijo misteriosamente- por favor siéntense – y así lo hicieron.

-Las buenas energías los acompañan, y antes que llegaran los espíritus me han comentado de esta unión – les dijo sonriéndoles. – me han encargado, mi querido Opaktichu que los bendiga, ellos sienten mucho aprecio por ti, y están dispuestos a protegerlos.

-Estoy muy agradecido por el permiso que se me ha otorgado de ser bendecido – contesto Jacob.

Reneesme noto que el anciano poseía muchos collares en su cuello, con cuentas de semillas marrones y negras, a ella les gustaban, parecían pequeñas bolitas negras unidas, como perlas.

El anciano cerro los ojos para concentrarse mientras extendía su mano hacia un puñado de inciensos encendidos, los alzo sobre su cabeza mientras susurraba extrañas palabras rápidamente, el humo se extendía con prontitud a su alrededor, pero el humo no los tocaba, era muy extraño.

- Cierra los ojos cariño - le susurro Jacob, quien estaba sentado con las piernas cruzadas a su lado, Reneesme así lo hizo, pero no pudo evitar abrirlos a cada momento, el anciano caminaba dentro del circulo de arena rodeándolos, hablando en ese extraño idioma, el humo seguía sin tocarlos, y ahora él tenia unas ramas verdes en una de sus manos, y cuando las agitaba sobre sus cabezas desprendían un agua aromatizada con olor a lavanda.

El anciano cantaba una suave canción en ese idioma suyo, y ahora el humo blanco que salía del incienso con olor a sándalo había tomado formas, unas formas extrañas, eran… ¿personas? Ella se asusto.

-Tranquila nena, estoy aquí – le sonrió Jacob mientras le tomaba de las manos. Ella logro tranquilizarse.

Las bendiciones han llegado a ustedes, los espíritus han hecho un buen trabajo, y han mirado dentro de sus corazones, ha visto el amor, tu Wisatsu´upat te ha aceptado, y tu la has aceptado a ella, ahora uno es parte del otro – les dijo incitándolos a levantarse del suelo.

Jacob miraba a Reneesme como esperando que lo rechazara, ella no sabia que venia a continuación, ni que tenia que hacer, Jacob se acerco a ella, la tomo de la cintura le sonrió tranquilizadoramente – ahora soy parte de ti, y tu de mi.

Reneesme le tomo de las mejillas y lo acerco a su boca.

Desde la primera vez que te vi has sido parte de mí – y lo beso para consumar la ceremonia.

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De verdad! Lamento la tardanza, pero siempre trato de animarme pensando que es mejor tarde que nunca. Podré tardar en publicar, pero siempre volveré a escribir y buscar la forma de hacer espacio en mi tiempo para terminar los capítulos, así que no se me desanimen, yo siempre regreso. Por lo menos hasta que termine de escribir mis dos fics J

Aclaraciones: Opaktichu no tiene ningún significado, lo tome de la palabra Pititchu que en Quileute significa Luna, lo asocie a sanación porque leí algo sobre el poder que tenia las energías de la luz de la luna para sanar.  Pititchu no me pareció muy masculino para Jacob, él es un hombre muuuuuyyyy masculino y no sentí que le hiciera justicia jejeje.

Wisatsu´upat significa mujer en Quileute,  le agregue lo de esposa, porque usualmente esta ceremonia la utilizan en las parejas que están próximas a casarse. Bueno la ceremonia no es gran cosa pero quería mostrar algo de la tribu de JacobJ.

Si he cometido alguna burrada perdónenme please. Besos hasta la próxima.


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