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Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




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lunes, 10 de septiembre de 2012

Placeres Oscuros: Cap 14. El Nacimiento.





Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. ¿Que hará? ¿Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? ¿Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 14: El Nacimiento.


- Jacob – Llamaba Renesmee. – Contrólate. – le dijo ella tratando de darle a entender que Henri solo era un humano.

Jacob tenia el cuerpo tenso, estaba delante de un desconcertado Henri, gruñendo como un poseso, totalmente loco, fuera de sus cabales.

- ¿Su majestad? – Henri se dirigía al rey respetuosamente como un ejemplar súbdito.- perdone mis malos modales y mi indiscreción pero… ¿que hace usted aquí?
                                                                                                                            
-Henri vete.

Jacob rechinaba los dientes mientras miraba a Henri con ira. De repente comenzó a caminar con paso decidido hacia Henri, que le seguía viendo totalmente confundido.

- ¡¿Jacob que haces?! – pregunto la cobriza aterrorizada.

Y sin previo aviso, sin que Renesmee creyera lo que sus ojos le mostraban Jacob le sujeto el brazo apretando a penas con fuerza, hasta que se escucho un fuerte "Crack".

- ¿Que demo…? - Henri soltó un alarido de dolor mientras caia de rodillas en el suelo con el rostro contraido por el tenaz dolor, el rey le había torcido el brazo hacia la espalda y los huesos habían fracturado, lo que provoco que Renesmee se estremeciera, ahora Henri se encontraba en el suelo gritando y jadeando mientras se retorcía y sudaba frío por el dolor.
                                              
- ¡¿Por que has hecho eso?! ¡Dios mío! – le grito Renesmee mientras corría a socorrer a Henri.

- Porque tu estas aquí, sino estuvieras, lo habría matado. – murmuro el Rey impasible mirando con desden como ella intentaba ayudar al pobre bastardo. Pronto la habitación se vio inundada por los Cullen, quienes habían escuchado el alboroto.

Jacob aun no estaba satisfecho, quería fracturarle cada miembro de su cuerpo, para luego darle el golpe de gracia que acabaría con su vida, partirle el brazo había sido como un bocadillo para un hambriento, le había dado más hambre.

- ¡Oh dios mio! ¿Que le ha pasado?- interrogo Bella al ver a Henri tirado en el suelo con el brazo posicionado en un extrano angulo.

Carlise aparto a Reneesme con delicadeza para hacerse cargo.

- ¡Jacob lo ha herido!- dijo Reneesme enfadada mirando al susodicho. Los Cullen atonitos voltearon a mirar a Jacob esperando una explicacion, pero Jacob no miraba a ninguno, solo a Reneesme a quien le devolvia la misma mirada cargada de veneno, si pudiera irse de aquel lugar ya lo habria hecho,  pero tenia que esperar la aprobacion de las jodidas divinidades para irse, si no esperaba podria ser poseido por Tenebrae.

Jacob con un porte de extrema arrogancia camino hacia la ventana dandole la espalda a todos.

- No tengo que darle explicaciones a nadie sobre nada.

Reneesme parada sobre ambos pies y con su enorme barriga lo miro incredula. Edward dijo algo sobre la gente que tenia excesivo ego siempre estropeaban la paz familiar. Emmett no paraba de reir hasta que Rosalie le dio un fuerte golpe en el estomago que lo dejo sin aire.

- Con todo el debido respeto que se merece su majestad, pero lo que ha hecho ha sido una total salvajada!. – declaro Rosalie increiblemente molesta.

Para todos era obvio que a Rosalie le desagradaba el Rey, se la habia tomado en contra de él desde el mismo momento en el que se habia enterado de su rechazo hacia Renesmee y el bebe. - es obvio que por ser el Rey se cree usted con el derecho de hacer lo que se le venga en gana – dijo haciendo énfasis en las ultimas palabras.- como abandonar a su propio hijo por ejemplo.

Cuando Jacob se volteo y estrecho la mirada con amenaza sobre la rubia Esme se alarmo.

- ¡Rosalie! ¡Cierra el pico! - exclamo su madre advirtiendola.

- Basta, aboquémonos a solucionar el problema, en vez de… - decía Bella pero fue interrumpida por una enfurecida Renesmee.

- ¡Eres un bruto! ¡No tenias que hacer eso! – la cobriza se agitaba y todos la veían asustados, no porque le tuvieran miedo a ella, mas bien parecía una niña haciendo un berrinche, sino porque temían que se hiciera daño o se le adelantara el parto por el brio con el que manifestaba su ira. ¡Dios mío!, pensó Bella, ¿como se las habia ingeniado su hija durante todos esos años para defenderse del mal?, su aspecto era tan inocente, tan puro, que daba la sensación de que podías engañarla o hacerle daño fácilmente sin temer a las represalias.

- ¿Tanto te duele que le halla hecho daño? - se le acerco Jacob para inspeccionarla con ira.

Henri soltó un grito de dolor espantoso cuando Carlise tiro de su brazo para recolocarle el hueso del hombro.

Reneesme preocupeda corrio hacia él para consolarlo, mientras Jacob la miraba rechinando los dientes, ¿es que acaso iba a ir corriendo hacia ese idiota cada vez que lloriqueaba?, pensó el Rey, quien se estaba muriendo de celos.

- Hay que operarlo, tiene varios huesos del brazo rotos. Edward. – Llamo Carlise- ayúdame. – Renesmee rápidamente se puso en marcha para seguirlos.

- Cariño, debes quedarte aquí a descansar. – la detuvo Edward mientras levantaba a Henri del suelo.

- Pero… - Edward la miro con advertencia, y ella cerro el pico.

Salieron de la habitación cargando a Henri y el resto de los Cullen murmuraron cosas sobre las que tenían que hacer. Así se quedaron solos Jacob y Renesmee. La cobriza le lanzo una mirada de profundo odio y se dio la vuelta para ignorarlo, mientras Jacob se sentó cerca de la ventana y por ende cerca de su cama para molestarla.

Pasaron horas y horas y Renesmee aun no recibia noticias desde que se habían llevado a Henri. Habían pasado aquellas horas en silencio, pues ella se rehusaba a mirar o hablar con Jacob, estaba tan enojada de que le hubiera hecho aquel daño a Henri.

El silencio se volvió molesto y tenso, ella sentía que se asfixiaba. Renesmee no aguanto más y se giro para encarar al rey, sus mejillas estaban encendidas y su cabello rojo parecia la llama viva de una hoguera... Totalmente apetecible para Jacob.

- Ahora tú y yo aclararemos este asunto. - Susurro con amenaza- ¿quiero saber porque lo has hecho? ¿Te has vuelto loco? – le interrogo la cobriza mirándolo a los ojos con preocupacion- te estas saliendo de control Jacob, ¿que esta pasando contigo?- ella estaba horrorizada de lo que él se estaba convirtiendo.
                                          
- Soy un monstruo… - contesto sonriendo sombríamente, y con eso se retiro a su rincon oscuro, para ocultarse en las sombras y evadir el tema.

Algo maligno se habia desatado en él, algo oscuro estaba dominando sus emociones y eso ya era mucho decir, dado a su naturaleza violenta. Jacob usualmente era una nube de mal humor, y trataba a todo el mundo con brusquedad y distanciamiento, menos a Renesmee, quien ejercia una fuerte inflencia en él por ser su compañera sentimental, pero ahora ella parecia haberse convertido en una obsesión para él, la odiaba y la amaba al mismo tiempo, todo en él tenia que ver con ella, por eso desde su rincon oscuro, escondido entre las sombras podia vigilarla sin que ella lo notara, todos sus movimimientos, cada palabra que decia, cada respiro y suspiro era atentamente vigilado por Jacob.

Aquel hombrecito no tenia idea de lo que le había arrebatado, del daño que le había inflingido, ¡no tenia ninguna maldita idea!, aquel humano, ¡Se había dado el lujo de tocar lo que era suyo! y había asegurado su descendencia en su mujer, en la mujer que habia sido dada a el por los dioses, ¡¿con que derecho se habia atrevido ese bastardo?! ¡¿Y ella tenia la maldita desfachatez de molestarse porque lo habia zarandeado un poco?! Debio haberlo matado, descaurtizado, debio haberle rebanado la garganta y masticar sus tripas allí mismo cuando tuvo la oportunidad.

- ¿No entiendo porque te escondes en ese rincon?- le hablo ella ajena a toda la ira que lo carcomia por dentro, y como siempre ocurria, a él se le olvidaba hasta su nombre con solo escuchar su voz. Ella cambio de posición en la cama, durante las últimas horas se había estado moviendo mucho, y su rostro mostraba que algo le dolía. Ella soltó un quejido y arrugo la cara de nuevo con dolor.- ¿que haces alli? ¿Planear como atacar al proximo hombre que se acerque a mi?- solto con sarcasmo apoyando una mano en su columna.

Si ella supiera que se habia dedicado a contar y medir la intensidad de sus respiraciones mientras ella hacia eso dibujos con los que se entretenia todos los dias. Ya conocia todos sus gestos, cuando estaba preocupada se mordia el labio inferior y comenzaba a mover su pie derecho de un lado a otro compulsivamente como lo estaba haciendo justo en aquel momento, cuando estaba sorprendida pestaneaba muchas veces batiendo sus largas y hemosas pestanas cobrizas mientras fruncia el ceno, notandose una pequena arrugita en su frente, sus sonrisas eran toda luz, sus ojos parecian brillar con estrellitas y sus labios invitaban irresistiblemente a quienes los miraran a sonreir tambien, ¿y cuando se avergonzaba? Dios, se le hacia dificil apartar la mirada, aquello era todo un espectaculo de timidez y sensualidad, sus bellas mejillas enrojecian deliciosamente recordandole las interminables noches de sexo en las que el provocaba en ella ese enrojecimiento de su piel, habia notado tambieb que sus ojos evitataban cualquier contacto humano mientras la timidez la abrumaba, y humedecia sus labios rojos sacando imperceptiblemente su delicada y rosada lengua humeda, aquella que tanto exploro su propia boca y su cuerpo.

Jacob suspiro.

- ¿Que?- pregunto ella levantando la vista de su pergamino y buscandolo entre las sombras, pero siendo imposible identificarlo. Jacob no dijo nada, y ella se exaspero. - ¿no te aburres?

En absoluto, penso él con la mirada clavada en ella, absorbiendola toda a traves de sus ojos, sus enormes ojos chocolates se movian aqui y alla buscandole, y entonces arrugo la frente y los labios en una clara expresion de disgusto, parecia una niña enfurruñada. Jacob sonrío silenciosamente.

- Estoy adolorida. - dijo sobandose la enorme barriga mientras cerraba los ojos como esperando que el dolor se calmara.-  también estoy aburrida e impaciente - Jacob quería responderle que bien podia entretenerla muy bien si tan solo ella le permitiera poner su boca entre sus blancas y delicadas piernas, para…

Ella se levanto de la cama.

- ¿Que haces? - salto Jacob.
 
Renesmee levanto una ceja incredula.

- Vaya, pense que estabas muerto.- solto con sarcasmo.

- ¿Que haces? - presiono el rey aun desde la oscuridad, pero muy alerta.

- Voy a ver a Henri.- dijo sin rodeos.

- No.

Renesmee se paro en seco. Jacob se habia aparecido en la puerta de entrada a la habitacion y estaba recostado en ella bloqueandole el paso. Sus potentes brazos estaban cuzados sobre su muculoso pecho, la miraba con su usual arrogancia y aires de auperioridad.

- ¿Perdón? ¿Que has dicho?

- Que no iras.

Ella alzo las cejas y comenzo a pestanear furiosamente con sus labios entreabiertos. Otro gesto que él ya se conocia.

- No puedes prohibirme nada.

- No tienes nada que hacer alla abajo.

- Por supuesto que si, tengo que pedirle disculpas a Henri por lo que le hiciste. Y luego, tu como Rey de Garnicov deberias honrar su honor a traves de  algun agasajo, es lo que hacen los reyes cuando quieren disculparse.

- Lo siento, pero este Rey no pide disculpas, y menos cuando no se arrepiente de lo que hizo.

Renesmee abrio la boca incredula.

- Eres un patan.

Jacob no estaba de humor para discutir, la levanto del suelo cargandola como si ella fuera un bebé.

- ¿Y ahora a ti que te pasa?

- Creo que tu parto esta cerca.

Renesmee se quedo perpleja.

- ¿Que? – lo miro incrédula mientras él la depositaba en la cama. – solo tengo 8 meses.

- Es mejor que llame a Carlise.

- Tonterías, estoy bien, solo quieres evitar que vaya a ver a Henri.

- ¿Estas negando que sientes dolor?

- Solo lo normal Jacob, tengo 8 meses, es obvio que me duela un poco.

Pero ella mentía, Jacob podía notar su palidez, y su vientre se movía constantemente, el bebé no paraba de agitarse dentro de ella, por eso su constante semblante de adolorida.

- Necesito ir a caminar.

- No, en  realidad planeas ir a mortificarte la vida yendo a ver al humano.

- ¿Y a ti que te importa? – le soltó ella molesta.

Jacob no iba a responder a eso, no planeaba quedar en evidencia.

-  Haz lo que te plazca.

Murmuro el rey alejándose de la cama y adentrándose en su habitual oscuro rincón.

- Solo estas celoso. – decidió Renesmee picarlo un poco.

Jacob no contesto, Renesmee no sabía si la ignoraba o si le estaba prestando atención, pero quiso seguir molestándolo.

- Henri me pidió matrimonio.

De repente Jacob estaba mas alerta de lo normal, apretó los dientes con ira ante la noticia, pero se mordió la lengua y se obligo a no seguirle el juego a Renesmee.

- Henri es un buen hombre ¿sabes? – repentinamente Renesmee cambio de idea y decidió bajarse nuevamente de la cama para indignacion de Jacob, y pasearse descalza por la habitación, el suelo estaba alfombrado, así que no se preocupaba en cubrirse los pies. El sol daba contra su cobrizo cabello, soltando destellos rojos y naranja, con su piel iluminada, dándole un aspecto angelical. – me rescato de ser atropellada por una turba de gente borracha, estoy muy agradecida con él.

¿Y solo por eso tenia que casarse con él?, pensó Jacob soltando un bufido, que a Renesmee no se le paso desapercibido. Pero claro, si era el padre de su hijo, por eso se iban a casar, ahora Jacob se sentía mas idiota de lo normal.

- Henri me ha acompañado durante la mayoría del tiempo de mi embarazo. – Renesmee dejo de pasearse y escudriño en el rincón oscuro donde Jacob se escondía, con una expresión que fingía inocencia. – ¿crees que Henri seria un buen padre Jacob?

Jacob abrió los ojos desmesuradamente, ¿en serio ella le estaba haciendo esa pregunta a él?...

- Ni idea. – contesto con desgana.

- Pienso que seria maravilloso. – comento ella con aire distraído, otra expresión fingida.

Usualmente Jacob se divertía viendo cambiar sus expresiones cuando hablaba con la gente o se dirigía a él, pero en ese momento aquel tema lo estaba cabreando.

- Estoy considerando seriamente aceptar. Quiero un padre para mi hijo.

Y Jacob quería que ese hijo fuera suyo.

Jacob recordó cuando él le había confesado que deseaba hacerla su esposa y ella lo habia rechazado en auquella cena que habia dado en su castillo, ahora ya no importaba, ella quería casarse con otro.

- ¿Por que no descansas en la cama? - pregunto para desviar el tema.

- Porque tengo las piernas agarrotadas, todos insisten en que me quede en cama todo el dia. - dijo con voz de agobio.

- Te lo he dicho ya, tu parto sera pronto.

Renesmee aun no le creia.

- ¿Como lo sabes?

- Lo puedo oler.

- ¿Como puedes oler algo asi?

Jacob se encogio de hombros, aunque ella no lo vio.

- Simplemente lo huelo.

- Ustedes los vampiros son muy extranos.

Jacob sonrio.

- ¿Por que cuando oliste mi vientre te sorprendiste?

Jacob fruncio el ceño, hacia algunas horas, antes de que el fastidioso humano los interrumpiera, él había estado olisqueandola, no lo habia hecho a propósito, simplemente se dejo llevar por sus instintos vampiricos. Se sintió avergonzado, porque aquello hacian los vampiros cuando reconocian a sus crías, Jacob había percibido un sutil olor a...

- ¿Que pasa? ¿Por que no me respondes? - la voz de Renesmee llamo su atención, había algo de histeria en ella, inmediatamente se sujeto la barriga como queriendo protegerla de algo. - le pasa algo a mi bebe? Esta enfermo?

De repente ella estaba muy inquieta, sus ojos estaban muy abiertos, ella decidio caminar hacia el rincón donde estaba Jacob.

- No es nada, es solo que...- él se quedo callado, porque ni el mismo entendia aquello.

- Necesito ver tu rostro, dime la verdad. - susurro con voz temblorosa.

- Calma Renesmee...- sus piernas le habian fallado, pues su cuerpo habia comenzado a temblar. Para Renesmee aquel bebé significaba todo, cualquier nimiedad le afectaba sobremanera, y Jacob lo noto, y lo acepto, el bebé era lo más importante en aquellos momentos, y su bienestar era lo unico que le daba paz a ella.

Jacob salio del rincón apresuradamente, y la cargo en sus brazos antes de que ella cayera al suelo por culpa de sus temblorosas piernas.

El Rey se acerco a la cama para acostarla alli de nuevo, pero ella se rehusaba a soltarlo, tenia sus brazos fuertemente enganchados a su cuello y su rostro se escondía en su pecho.

Opto por sentarse en la cama con ella en su regazo, mientras la consolaba.

- ¿Jacob dime que fue lo que persibiste en ese olor?, ¿mi bebe esta enfermo, viene con algun mal? - ante sus propias palabrasa ella se estremecio mientras lo miraba a la cara.

- No pasa nada, ya te lo he dicho. Es solo que percibí un olor muy extrano.- Jacob fruncion el ceño.

- ¿Como era? Describelo. ¿Tiene que ver con algo malo?

- No es nada malo, no lo entenderías. Esto es ridículo - dijo Jacob soltando una pequeña carcajada y poniendose rojo de la verguenza. - Me siento como un idiota.

Ahora Renesmee estaba muerta de la curiosidad, ¿que era aquello que le provocaba verguenza?

- No importa, quiero saberlo. - Jacob la miraba con recelo. - no me burlare, lo juro.

Jacob bajo la mirada para posarla en su enorme vientre, el cual se movia suavemente mientras ellos hablaban, a ella parecia no dolerle en aquel momento.

- Olia a vampiro. - dijo sin mirarla a los ojos.

Se produjo un silencio sepulcral mientras ella miraba a Jacob y Jacob miraba su vientre, y entonces Renesmee entendio todo.

- Por supuesto estoy equivocado. Es normal que halla persibido el olor, pues vives en esta casa, donde estas continuamente rodeada de vampiros, asi que el olor a humano del bebé puede fácilmente haberse escondido...

- Entiendo. - asintio pacientemente  Renesmee, interrumpiendo su charada. - ya me lo imaginaba. Jamas heredaria mi sangre, la tuya es mas fuerte.

Jacob se tenso y desvió la mirada hacia el suelo.

- No lleva mi sangre. - susurro él.


                                       
Luego más comprensión llego a Renesmee, y lo miro incredula. - ¿Te daba vergüenza admitir que el bebé olía a vampiro porque eso significa que te equivocaste al pensar que no eras el padre?

- ¡No! - soltó Jacob dolido, Renesmee brinco desde su regazo. - es solo que...

- ¿Que? ¡Por dios termina de hablar!

- Es solo que deseaba tanto que fuera mío, que mi mente invento una excusa para creerlo. Eso es todo.- se sincero Jacob poniendose cada vez mas rojo.

- Deja de inventar excusas para no creer que es tuyo, idiota.

Jacob la miro sorprendido, aun no se acostumbraba a que alguien a parte de su madre le hablara asi, luego sacudio la cabeza. Se levanto para acostarla en la cama, cuando se alejaba de ella, Renesmee riendose le dijo.

- Dios, ya quiero ver tu cara cuando el bebé nazca y no puedas negar lo obvio.

Jacob enojado se recosto en su cama improvisada, intentando ignorar sus palabras, fallo en el intento.

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- Jacob -alguien llamaba. – Jacob.

Jacob estaba adormilado, tenía mucho sueño y no quería despertar.

- ¡¡Jacob despierta!! – cuando no se movió sintió que algo se estrello con fuerza  en su rostro. Jacob se levanto de golpe, derepente muy alerta, con los ojos muy abiertos, listo para partirle la crisma a quien atacara primero.

- ¡Cielos! Antes no era tan difícil despertarte. – dijo Renesmee con diversión.

- ¿Que ocurre? ¿Por que me despiertas?

- ¿Estas de mal humor? – pregunto la cobriza con timidez.

Jacob la miro en la oscuridad de la habitación, solo iluminada por la luz de la luna.

- ¿Para eso me has despertado? ¿Para tontear? - definitivamente estaba de mal humor.

- Lo siento, no quiero tontear, es solo que me duele mucho. – dijo con un gemido de dolor.

Jacob que estaba a punto de acostarse de nuevo, se tenso.

- Llamare a Carlise – dijo mientras se levantaba.

- No por favor.

- Renesmee, no seas irresponsable, necesitas un medico.

- No lo necesito, es solo que el bebé se mueve mucho, por eso me duele.

- ¿Quieres un masaje? – Renesmee lo miro mordiéndose el labio.

- Eso seria maravilloso.

- ¿Tienes alguna loción relajante?

- Si, encima de la peinadora.

Jacob tomo la loción y la animo a sentarse, Renesmee procedió a quitarse el fino vestido blanco de dormir mientras Jacob la miraba con pasión en los ojos.

A Renesmee no le paso desapercibido la forma en como la miraba Jacob, así que aprovecho para torturarlo un poco, aunque no se sentía sexy, pero bien valía la pena, para que entendiera lo que se estaba perdiendo por culpa de su estupidez.

Jacob se le quedo viendo la extensión de piel blanca y delicada que formaba su espalda, extendió una gruesa capa de la aceitosa loción de sándalo y comenzó a masajear las zonas mas tensas, el cuello, los hombros, en el centro de su espalda, y así, hasta abarcar toda la espalda.

Renesmee suspiro, pero luego gimió de dolor.

- ¿Que ocurre? ¿Lo estoy haciendo mal?

Renesmee con la cara contraída recostó su espalda en el pecho de él. Jacob tenía una increíble vista de sus pechos desnudos.

Renesmee le tomo las manos y se las coloco sobre su prominente vientre.

- Háblale. -  le dijo sin mas, con voz contenida por el dolor.

- ¿Que? – pregunto el aludido sin entender.

- Háblale. Le gusta tu voz.

Jacob se quedo mudo justo en aquel momento. Después de unos minutos la incomodidad y los dolores que sentía Renesmee lo sacaron de su ensoñación.

- ¿Como sabes eso?

- Porque cuando hablas, el bebé deja de moverse, como si estuviera prestando atención a lo que dices, me he dado cuenta de eso desde hace mucho. – dijo con voz jadeante.

Jacob experimento una especie de satisfacción al oír aquello, una sonrisa se dibujo en sus labios.

- ¿Pasa lo mismo con el humano?

Renesmee se quedo boquiabierta y algo confundida.

- No. – Logro contestar- ¿por que lo preguntas?

Porque se sentía dichoso de poder gozar de aquella conexión con el bebé, algo que el humano no tenia, pensó Jacob, aquel pequeñito o pequenita lo había elegido a él, solo a él, y no al humano, ¿que pensaría el humano idiota de que su propio hijo sentía cierta afinidad con él? ¿Sentiría envidia? Se sentiría reemplazado? O mejor, desilusionado… Eso seria digno de ver.

Pero entonces se comenzó a sentir nervioso ante la perspectiva de parecer un idiota hablándole al bebé.

- No se que decir, ¿Que… que quieres que le diga? – titubeo.

Renesmee ya estaba comenzando a sudar por el dolor.

- Cualquier cosa. – gimió ella, cuando su vientre adquirió una forma extraña, Jacob se asusto.

- Ehhh… Mmm...… ¿Hola? – balbuceo el Rey inseguro.

Renesmee suspiro frustrada.

- Jacob por dios, es solo un bebé, no estas hablando con un genio de la Física pura. - Renesmee levanto su mano y le palmeo la mandíbula cariñosamente para animarlo. -  vamos cariño, solo tararea algo, lo que sea.

Jacob estaba asustado por el semblante adolorido de ella, le frotaba el vientre para aligerar el dolor.

- ¿No seria mejor llamar a Carlise?

- No quiero pasar toda la noche siendo examinada Jacob, podemos solucionar esto tú y yo. Vamos, tararea algo.

- Yo no se nada sobre música. – dijo algo avergonzado. Renesmee soltó un resoplido de indignación, aquello la estaba poniendo de mal humor.

- Sígueme entonces. – y comenzó a tararear una dulce música de cuna, el sonido que salía de su boca era tan delicado, perfecto para arrullar a un bebé, y Jacob con su masculina voz la siguió. Así juntos tarareaban la música hasta que Jacob se la aprendió de memoria y siguió las notas él solo mientras seguía frotando con sándalo y con delicadeza el vientre de Renesmee. Ella apoyaba su rostro en el pecho de él, intentando descansar un poco, ya no le dolía, el bebé estaba muy quieto, quizás se había dormido.

- ¿Ya no te duele? - quizo saber el Rey.                                      

- No, ya no. Gracias – suspiro de alivio, algo adormilada, y regalándole una pequeña sonrisa, Jacob se le quedo mirando mientras ella se relajaba. Se sentia orgulloso y feliz de haberla ayudado, y de tenerlos junto a él, ¿acaso esta era lo que le hacia feliz? Jacob quería vivir así por siempre.

- Descansa. – le susurro suavemente.

- Quédate aquí, no te vayas, duerme conmigo.

Jacob no discutió, así que la deslizo hacia un lado y se acostó de espaldas en la suave cama, permitió que ella apoyara su cabeza en su pecho y se abrazara a él, mientras él la rodeaba con su brazo y la acercaba mas a su cuerpo. Jacob habia tomado una seria decision, se quedaria con el bebe, lo queria para el.

A mitad de la noche Renesmee desperto a los habitantes de la casa Cullen con un desgarrador grito de dolor.

- ¿Que ocurre? - pregunto Jacob saltando de la cama por el susto, Renesmee volvio a gritar abrazándose a su enorme vientre, tenia el rostro contorsionado y sudaba por el dolor, Jacob entro en panico y corrio hasta la puerta de la habitacion, desde alli comenzo a gritar para que Carlise lo escuchara y fuera a su encuentro a ayudar a Renesmee.

Carlise llego de inmediato, y con el el resto de los Cullen, todos estaban asustados y preocupados.

Carlise y Edward comenzaron a dar órdenes, y a sacar gente de la habitación.

- Bella quedate, dile a Esme que traiga agua caliente y toallas limpias, despues necesito que te acerques a Renesmee y la calmes. - dijo Edward a su mujer con rapidez.- Al resto los quiero fuera de la habitación.

- Edward, esteriliza los instrumentos quirúrgicos por favor, yo me encargare de las medicinas- murmuro Carlise mientras se iniciaba el frenetico movimiento de la gente en la habitación.-  Lo siento su majestad usted tambien debe salir.

- Eso no va a pasar. - se opuso Jacob.

Renesmee comenzó a jadear y gemir  escandalosamente. Jacob se tenso, se debatía entre quedarse donde estaba y acudir a su lado y sostener su mano... Pero la inseguridad lo carcomía, aquel no era su lugar, ese lugar debía ocuparlo el padre de su hijo, y temía que Renesmee y los Cullen se lo dijeran de un momento a otro.

- No podemos permitir más gente en la habitación, haga el favor de esperar afuera.- dijo Edaward irritado.

- No.

A Edward se le broto una vena en la sien, Jacob lo ponia de mal humor.

- Pense que el niño no era asunto suyo. - dijo Rosalie para molestar, mientras entraba en la habitación con las toallas limpias.

- No lo es, pero ella si. - respondio Jacob con impaciencia. Era una mentira, Jacob habia decidido quedarse con el niño, no importaba que no fuera suyo, el seria su padre y Renesmee su mujer, punto, el humano no tenia nada que reclamar.

- Hipócrita. - murmuro la rubia.

Jacob la miro entrecerrando los ojos con maldad.

- Podria dar la orden de colgarte solo por lo que has dicho.

- ¡Hágalo!

- ¡Rosalie! Ya basta, sal de la habitación.- ordeno Carlise.

La rubia iba a protestar pero Renesmee solto otro grito y decidio salir por el bien de la chica.

- Vamos cariño respira, respira, pujaras cuando te lo pida, ¿Esta bien?- pregunto  Edward a la cobriza, quien asintió debilmente, dando a entender que había comprendido. Bella llego con el agua caliente y enseguida fua al lado de Renesmee.

Renesmee repiraba superficialmente, estaba muy pálida y el sudor le cubría el rostro, y empapaba su fino vestido de hilo blanco.

Edward la ayudo a ponerse en posición para que diera a luz, pero algo le perturbaba, Renesmee no estaba bien, además tenía un mal presentimiento.

- Bien cariño, respira otra vez profundamente, vamos – le decía mientas masajeaba su vientre, para asegurarse de que el bebé venia de cabeza. – ahora puja.

Renesmee hizo lo que él le pidió, repetidas veces, Edward le pedía que pujara y unos minutos después le pedía que parara para que descansara, y el procedimiento se repetía, el bebé no salía, y a Renesmee cada vez se le hacia mas difícil respirar.

-¿Porque tiene los labios azules? – pregunto Bella aterrada tomándole una mano para que ella sintiera que ella estaba allí.

- Parece que estuviera a punto de quedarse dormida. – dijo Jacob acercándose a la cama cada vez mas, estaba comenzando a inquietarse.

Pero ninguno de los dos doctores contestaron, ambos estaban concentrados en Renesmee, moviéndose nerviosamente a su alrededor. 

Bella y Jacob tenían razón, Renesmee estaba comenzando a ponerse azul, y su respiración era errática, su pecho ascendía y descendía débilmente. Sus ojos estaban apagados, dos finas rendijas, apenas abiertas, se estaba quedando dormida.

- ¿Renesmee?... ¡Renesmee!... ¡Carlise! ¿Que le ocurre?- pregunto  Edward asustado.

- Hay que hacer cesaria y sacar rapidamente al bebé, se están quedando sin oxigeno. - dijo con rapidez Carlise corriendo hacia los instrumentos quirúrgicos para acercarlos a la cama.

A Bella le temblaba la mano y estaba palida.

- Por favor su majestad venga aqui con ella.- le pidio Bella al Rey con la voz contrita.

Jacob no necesito la invitacion porque cuando escucho a Carlise decir aquello comenzo a acercarse.

Se arrodillo a su lado, le tomo la mano llevándosela a los labios, y comenzo a hacer oraciones a las divinidades para que la protegiera a ella y al bebé, a pesar del odio que sentia por la orden divina Jacob rogó por ella.

Edward hacia la incisión en su vientre cuando Renesmee sin previo aviso cerró los ojos y suspiro... ya no respiraba.

Las cuatro personas que estaban en la habitación atendiendo a la joven se congelaron. Jacob miro el rostro azulado de Renesmee con el terror quemándole la piel.

- ¿Que ha pasado? - nadie respondio a su pregunta. - ¡¿QUE HA PASADO?!

- Ella... - comenzo Edward mirandola con el horror en su rostro.

- ¡SACA AL BEBE EDWARD! ¡SACALO AHORA!- gritaba Carlise.

Edward hizo la incisión en su vientre rápidamente, introdujo sus manos dentro de Renesmee para extraer al bebé y... Era un precioso niño de cabellos negros, y piel morena como la de Jacob, tenia largas pestañas, sus pequeños labios y la nariz eran replicas exactas de las de su padre, de hecho, su rostro para ser un bebé era inconfundiblemente parecida a la del Rey, pero en ese momento el niño estaba azul, y como Renesmee, tenia sus ojitos cerrados y tampoco respiraba.

- ¡Oh dios!... – sollozo Jacob -¡Oh dios mío!- el rey  apretando los dientes por la agonía, sintió un vértigo en el estomago por la cantidad de increibles y devastadoras revelaciones que estaba presenciando, estaban muertos, y el niño era suyo, indudablemente, pero estaba muerto al igual que su mujer.

- ¡Hagan algo! ¡Por favor Edward! ¡Por dios! ¡Hagan algo!- suplicaba Bella.

Edward envolvio al frágil bebé acurrucado en una toalla, era como si estuviera dormido.
Carlise estaba congelado, sudaba de la impresión, ninguno de los presentes podía asimilar la muerte de Renesmee y el pequeño.

-Renesmee – Jacob comenzó a zarandearla para despertarla – Renesmee abre los ojos.

Carlise negaba con la cabeza incrédulo.

- Renesmee ya paso, ya diste a luz, abre los ojos mi amor. – insistía el rey, como si ella solo estuviera durmiendo. – ¡¡Renesmee!! – pero no despertó.

Jacob se alejo de ella, no quería verla mas, no así. Dirigió su mirada atormentada a Carlise.
                                      
- ¡Sálvalos! ¡Te daré cualquier cosa, lo que quieras lo conseguiré para ti,  pero sálvalos! - rogaba Jacob a Carlise, haciendo lo que ningún Rey había hecho en todo su linaje real, suplicar  a un súbdito.

- Esto... Se sale de mis manos- comento derrotado y con la voz ronca.

- Mentira… - Jacob lo miro con odio. - ¡MENTIRA! ¡MALDITO SEAS! MALDITOS SEAN! – grito desesperado, una ráfaga de ira salio de su cuerpo e impacto en los presentes,  la habitación se había empequeñecido ante el poder que destilaba su cuerpo.

Jacob corrió hacia Renesmee y comenzó a besarle los labios azules con desesperación.

- No... Gatita, quedate... Dios no puedo con esto- Jacob sentia que se le enfriaba la sangre. - lo siento, lo siento tanto- decia mientras peinaba sus cabellos y lo mojaba con sus lágrimas.

Bella estaba sobre el bebé llorando desconsoladamente mientras Edward y Carlise parecian no saber donde estaban, habian salvado la vida de miles de personas durante toda su vida, y dos miembro de su propia familia acababa de morir sin ellos poder hacer nada.

El resto de los Cullen precedidos por La Reina Sara hicieron presencia en la habitación, estaban asustados, cuando vieron lo que ocurría estallaron en sollozos, gritos de horror, Jasper sujeto a Esme, quien se había desmayado por el dolor que le causaba aquella escena.

- ¡No!... – lloro Sara estupefacta, ¿Cómo había pasado aquello?


Jacob levanto la cabeza y fijo la mirada en su pequeño hijo recién nacido, para él no existía nadie mas, solo Renesmee y el pequeño, ¿acaso era mucho pedir que alguien le quitara la vida?, quería estar con ellos allá donde estuvieran.

¿Pero que estaba haciendo?, fue capaz de llamar a Tenebrae para intentar romper el lazo ¿y no iba a hacer hasta lo imposible por salvar a su familia? tenia que hacer algo.

Jacob se sento en el suelo, se quito la camisa y los zapatos,  con sus piernas temblorosas y cruzadas, comenzó a hacer otra oración, pero esta vez era una oración de convocación.

Los Cullen no se movieron, miraban a Jacob desconcertados, solo Bella seguía arrojada sobre el bebé llorando desconsolada.

Jacob se concentro tanto que sintió que todo a su alrededor desaparecía, no escuchaba nada, no veía ni sentía nada, hasta que una luz comenzó a atravesar sus parpados hasta enceguecerlo.

Las divinidades aparecieron en la habitación, relucientes y hermosas, iluminando todo a su alrededor, desentonando totalmente con la triste escena catastrófica.

Las 5 diosas parecian desconcertadas ante la vista de aquel horrible acontecimiento, pero no más desconcertadas que los Cullen que estaban en la habitación, al rededor de Renesmee y el bebé.

- Yo las convoque- dijo Jacob con la voz enronquecida.

- ¡Que has hecho idiota! - le grito Donec, la divinidad de la fertilidad, su cabello verde bosque se agitaba con furia, sus ojos parecían llamas verdes que reflejaban su ira.

- Se los ruego- Jacob estaba aun en el suelo, con la cabeza gacha, no tenía fuerzas para levantarse, ni de mirarlas a la cara, a duras penas lograba hablar con su ronca voz.- no permitan... Ellos deben vivir.

Vis la divinidad de la fuerza comenzó a reír mientras lo miraba con desprecio.

-Esta vez si que la has cagado. ¿Ahora ruegas misericordia?

- Si - contesto el Rey.

- Eres un tonto, ¿que te hace pensar que intercederemos por ti?- pregunto Donec.

-  No es por mí, es por ellos, no tienen la culpa de mis errores. 

- Pero eran tu responsabilidad. - Sentenció Sapientia la sabia, sus ojos azules era fríos, y Jacob se sorprendió, pues ella se caracterizaba por ser bondadosa. – Y ahora debes asumir las consecuencias. – Jacob apretó los dientes ante sus determinantes palabras, ¿No lo ayudarían?, ¿ellas no podían ser tan crueles? No podían… - No tienes derecho a pedir nada, cuando nunca nos has honrado Jacob. Eres como una oveja descarrilada, tienes que perderte y sufrir para que puedas aprender a seguirle el paso al rebaño.

Jacob por fin levanto la cabeza, tenia los ojos atormentados y muy abiertos, lentamente se levanto.

- Pero… ¿no los salvaran? – Ninguna hablo, solo lo miraban calculadoramente.- Mi…- las palabras se perdieron en su garganta, su mirada desesperada se clavo en Sapientia, esperando a que ellas cedieran, pero no lo hacían, y la frustración  lo estaba consumiendo, no podía creer que ellas no intentaran hacer nada, eran las madres de la raza, él era el rey, tenían que poder hacer algo.

Jacob comenzó a buscar algo de donde apoyarse para no desmayarse. Paseando la vista por la habitación encontró al bebé al lado de Bella, quien estaba congelada mirando a las divinidades, tanbien esperando a que algo milagroso salvara a su hija y a su nieto.

Jacob camino hacia el bebé y lo cargo en sus brazos, su cuerpecito no pesaba nada, Jacob le destapo el rostro y lo acerco a las divinidades, quienes miraron hacia el pequeño bulto que reposaba en sus brazos, a primera vista ellas parecían totalmente indiferentes, pero en sus ojos había algo indescriptible.

- Él es… es solo un niño. – tenia un nudo en la garganta, poso sus labios en su suave frentecita y dejo correr sobre ella una lagrima. – ¿Lo ven? – se lo enseño a las mujeres, quienes no se movían. – esta indefenso, él debería estar alimentándose del pecho de su madre en este momento, siendo arrullado por su voz y sus calidos brazos, siendo amado, regalando alegría a quienes están a su alrededor, no debería estar muerto, ¿Qué culpa tiene? ¿Acaso no debería yo sufrir en lugar de él?

- Ya estas sufriendo Jacob – le aclaro Sapientia.

Jacob se le quedo mirando, acurruco el cuerpecito del bebé en su pecho, como si estuviera protegiéndolo de ellas.

- Mátame… - susurro – ¡Mátame!- les grito - Quiero estar en el lugar de ambos, quiero estar muerto yo en vez de ellos.- Jacob se sentia tan dolido que se tiro en el suelo como si estuviera haciendo una reverencia aun con el bebé en brazos. Había sido un estupido, rechazando lo maravilloso que la vida le habia dado, su mujer y su hijo, Renesmee tenia razon, era un cobarde, que no quería enfrentar sus propios miedos y darle la cara a la vida, ahora estaban muertos, y no querian darle otra oportunidad, su precioso bebé y su preciosa Renesmee se habian ido.

- No es suficiente- declaro Sapientia, y sus palabras dieron una estocada dolorosa a su corazón.

- ¿No es suficiente con mi vida? - pregunto el Rey desconcertado,  mientras los Cullen seguían mirado atónitos. ¿Que mas podría darles? - ¿Entonces que quieren de mi?

- Todo. – contesto Sapientia.

- ¿Que quieres decir?

- Aquello que representa todo para ti. – Jacob se congelo. – Nos la llevaremos.

- No…
- Si los quieres vivos, ella tendrá que venir con nosotros. Podrás quedarte con el niño.- Jacob pensó que estaba loca.

- ¿Porque la quieren?

- Eso no te incumbe.

- Ella no abandonara a su hijo.

 - Tendrá que hacerlo.

- Pero…

- Podrá regresar… Cuando lo decidamos.

- ¿Y eso cuando será?

- Podrían pasar años, siglos, tal vez nunca. – Comentó Moa, como si estuviera hablando del clima.

A Jacob aquello no le gusto.

- ¿Por que tanto tiempo?

- Eso no te incumbe.

- ¡Claro que me incumbe maldita sea! – Termino gritándoles.

- La mujer ya no es tuya, romperemos el lazo. - Sapientia hizo un movimiento con la mano y algo dentro de Jacob se quebró, provocándole escalofríos, y una profunda tristeza, que se agrego a toda la desesperación que ya sentía.- el niño seguirá siendo tu hijo, pero ya no es responsabilidad tuya, si permitimos que la mujer regrese a este mundo puede elegir a otro padre... Y a otro compañero.

Jacob se tenso.

- Vendras a nuestro templo a venerarnos como lo han hecho todos tus antepasados, y olvidaras tus rencores hacia nosotras. - prosiguio la diosa. A Jacob aquello no le parecia un castigo, en comparación con lo que ellas harían si él aceptaba que se llevaran a Renesmee.

- ¿Estas de acuerdo?- pregunto la diosa.

Bella miro con desesperacion a Jacob, Jacob le devolvió la mirada, en sus ojos leyó claramente, que preferiría vivir con la esperanza de que ella volvería algún día a pensarla muerta el resto de su vida.

Nadie decía nada, pero todos estaban de acuerdo con la decisión de las madres de la raza. Todos menos Jacob, aquello no era justo.

- Acepto. – dijo con voz ronca, mirando a su pequeño hijo y luego a Renesmee.

- Muy bien- Sapientia se acerco a la cama. -Ahora ella y el niño viven. - susurro y Jacob y los Cullen vieron con asombro, alegria y alivio como el bebé comenzaba a moverse y a llorar entre sus brazos, había recuperado su hermoso tono moreno y a la vez sonrosado, mientras mostraba sus lisas encías cuando abría su pequeña boca para berrear. Renesmee despertó y recupero el tono de piel sano, se veía adolorida, y desconcertada.

Jacob aun estaba aturdido, ¡ellos vivían! Aun no lo podía creer.

- Ahora nos iremos, volveremos cuando decidamos que es el momento de cobrar nuestra deuda. – manifestó mirando a Renesmee. - y tu Jacob si no cumples nuestro acuerdo te arrebataremos lo que te hemos concedido, estas advertido.- Sus relucientes ojos lo miraron con determinación, y asimismo desaparecieron.

Minutos después de que Divinidades desaparecieran los ocupantes de la habitación comenzaron a hablar todos a la vez, todo el mundo quería abrazar a Renesmee y al bebé, pero Carlise se los impidió.

- Todo el mundo afuera, necesitamos ocuparnos del niño y la madre. – dijo a todo pulmón, se notaba a leguas que estaba muy feliz.

Edward corrió hasta a cama a curar las herida por donde habia extraido el bebé, Renesmee se sintio mejor.

- Gracias.- susurro Jacob al aire, mirando hacia el techo de la habitación.

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- Hola Ren, venimos a conocer al pequeño. – dijo Alice asomándose tímidamente por la puerta.

- ¡Pasa Alice! – contesto Renesmee algo atareada con el pequeño aun pegado a su pecho, estaba alimentándolo.

Detrás de Alice estaba Rosalie, quien se mordía el labio por la impaciencia, Renesmee se río de ello.

Jacob estaba sentado en una silla al lado de la cama, había estado hablando con Renesmee sobre los acontecimientos de la noche anterior. Renesmee había quedado estupefacta ante todo lo que él le había contado, incluso le conmovió que él hubiera dejado de lado su orgullo para pedirle ayuda a las Divinidades. La petición de las diosas la había dejado aturdida, ¿Por qué querían llevársela a ella?

- No lo se Renesmee, yo tampoco lo entiendo. – le había comentado Jacob.

- No estoy dispuesta a dejar a mi hijo. – dijo con rotundidad la cobriza. – están equivocadas si creen que lo abandonare, para irme a no se donde.

- Tranquila, ya pensaremos en algo, mientras tanto, es mejor no hacerlas enojar. – aconsejo Jacob mientras se acercaba al bebé para besarlo. Casualmente el bebé tenia la cabecita recostada del hombro de su madre, Jacob procuro acercar su cara a la de Renesmee, para rosar sus labios con su mejilla, esta se aparto de inmediato.

- No hagas eso.

- ¿Por qué?

-  Porque yo ya no estoy disponible. – Jacob se había temido aquello, habia sido un tonto al pensar que si llegaba a romper el Lazo dejaria de amarla, en realidad romperlo le habia causado mas problemas, porque no sabia como aquello afectaba los sentimientos de Renesmee, lo seguia amando ella? O ya no sentia nada por el?. La actitud de ella no dejaba entrever nada, y Jacob se sentia muy inseguro.

- Lo siento, ya se que soy un idiota, te aseguro que aprendí la lección.

- Me alegro. – dijo secamente.

- Ya te he pedido perdón y espero que algún día puedas perdonarme. Entiendo que ahora estas muy enojada, no pienso presionarte.

- Estas perdonado.

- Te amo.

Ella no dijo nada.

Habían estado juntos durante toda la noche y el día, Jacob ya sabia incluso como cambiar un pañal, y como bañar al bebé, sabia vestirlo e incluso le había sacado los gases y arrullado hasta que se había dormido. Estaba completamente enamorado de su hijo, no podía creer que ser padre pudiera causarle tanta dicha.

Rosalie y Alice se acercaron juntas a la cama, mientras Renesmee se separaba de bebé y lo ponía en su regazo cuidadosamente, luego procedió a retirar la manta de su cuerpecito para que ellas pudieran observarlo bien y... Una expresión atónita se adueño de sus rostros por un momento, ambas se miraron  a  la cara compatiendo algun tipo de complicidad, para luego estallar en carcajadas.

Jacob las miro con ira interrogante y contenida, preguntándoles con su expresión que les parecía tan gracioso en su hijo.

Las mujeres no paraban de reír, y Renesmee pasó de desconcertada a molesta.

Rosalie con lágrimas en los ojos intento hablar pero no pudo, se estaba destornillando, mientras se abrazaba las costillas. Alice finalmente se dispuso a sacar de dudas a los orgullosos padres de la criatura.

- Lo… sentimos… - trago saliva – es solo… es solo que… - una carcajada mas-  es solo que es idéntico al Rey… su majestad paso todo tu embarazo negando que era su hijo y luego… y luego… - otra ronda de risas.

Renesmee por fin comprendió, no se burlaban de su hijo, se estaban burlando de Jacob, una manera muy sutil de decirle “Idiota”.

Jacob las miro con desprecio, y salio de la habitación dejando solas a las mujeres con el retoño.

- Lo sentimos Ren, pero no pudimos evitarlo. – se disculpo Rosalie.

- No se preocupen – les dijo ella con un movimiento casual de la mano.- Se lo merece.

- ¡A que es precioso! Oh dios mío, mira esa carita, es tan tierno, quiero comérmelo. -  Dijo Alice acercándose mas para oler al bebé, que agitaba sus puñitos en el aire, pidiendo mas alimento, estaba a punto de iniciar una ronda de lloriqueos.

- ¡No intentes comerte a mi hijo! – Se burlo Renesmee.

- ¿Ya has decidido que nombre ponerle? – pregunto Rosalie.

- Si – se ruborizo un poco. -  Jacob y yo, le hemos llamado William Jeremiah.

Alice se rió un poco.

- Muy propio de los Reyes ponerles nombres rimbombantes a sus hijos.

- Es lindo, me gusta, es un nombre muy masculino. Creo que es la primera cosa en la que concuerdo con el idiota de tu padre, pequeño. – comento Rosalie.

- ¡Rose! – se escandalizo Renesmee. – no hables así de Jacob delante del niño.

- ¿Que? Algún día se va a enterar ¿no?

Renesmee suspiro, por una parte tenia razón, Jacob era un idiota, y ella se había cansado de esperar por él, ahora que tenia la certeza de que Will era su hijo, si le apetecía volver con ella, pero estaba equivocado, ella merecía algo mejor, no un hombre que le pusiera condiciones para poder amarla.

- Es un idiota que los ama. – Renesmee se sorprendió de cómo Alice defendía a Jacob.

- ¿A que te refieres?

- ¿Sabias que "el idiota" intento cambiar su vida por la tuya y del bebé?- Renesmee la miro sin entender. – Sabía que no te lo había contado nadie. – Suspiro cerrando sus ojos marrones y luego entrecerrándolos para mirarla - le suplico a las Divinidades que lo asesinaran, para que tú y el niño pudieran vivir.

¿Por qué haría eso?, ¿Tanto significaban Will y ella para él? Aquello la había dejado muda y pensando, sentía que algo se derretía dentro de ella.

Will volteo sus ojitos y miro a Alice, para regalarle una pequeña sonrisa que adorno sus tiernos labios.

- ¡Adivina que pequeñín! – decía Alice embobada por aquella sonrisa, como si el niño pudiera entenderle. - acabo de encargar otra ronda de juguetes, pantaloncitos, camisitas, zapatitos, gorritos….- y la lista siguió. Renesmee solo pudo poner los ojos en blanco, Will las tenia locas con su encanto.

La tarde transcurrió, Jacob había aprovechado a salir a hacer algunas diligencias, las Divinidades le habían enviado un mensaje a través de su madre, diciéndole que a partir de ese día podía salir de la habitación, que gracias a Renesmee podía considerarse limpio de toda maldad de Tenebrae. A Jacob no le quedaban ganas de hablar de ese asunto.

Había hablado con Sara para poner en orden su Reino. Se había encontrado con el castillo inundado de flores, y regalos, el pueblo se había enterado del nacimiento de su hijo. Jacob había arreglado además con Sara encargar una gran cantidad de ropa y juguetes, además de una habitación para su hijo, pero antes tenia que convencer a Renesmee de volver al castillo para decorarla juntos. Ahora quería volver con ella y su hijo. Su pequeño, de que estaba enormemente orgulloso, algún día seria un valiente y fuerte Rey, él se encargaría de que así fuera.

Cuando entro a la casa Cullen, todos estaban algo tensos. Jacob saludo a todos menos a la rubia tonta. Subió a la habitación y se encontró con algo muy desagradable.

- Vas a ser muy inteligente, y fuerte, yo me encargare de eso pequeño William, tu madre y yo cuidaremos de ti.

Aquel humano estúpido…

- Jacob. – dijo Renesmee asustada.

- ¿Que hace él aquí? – pregunto mirándolo fijamente.

- Henri puede estar aquí cuanto yo quiera. – le espeto molesta.

-  Es muy tarde para las visitas, mi hijo debe estar cansado. – dijo Jacob queriendo deshacerse de aquel visitante indeseable para él.

- Tendrá que partirme otro brazo, pero yo de aquí no me voy. – le desafió Henri, enfrentándose su majestad, el Rey. Aquel hombre tenía todo el poder de Garnicov, incluso más, pero él no se dejaría intimidar.

- No me tientes… - decía Jacob observando con satisfaccion el cabestrillo que tenia en el brazo que le habia danado. Renesmee le interrumpió, pues William, quien estaba acostado en la cama al lado de su madre, había comenzado a llorar.

- Ya basta, si comienzan con este jueguecito desagradable tendré que echarlos a los dos.

Jacob la miro molesto.

- ¿Ya comió? – pregunto de mal humor.

- Si, voy a dormirlo en un momento. – le contesto ella de mala gana.

Jacob ya caminaba hacia la cama, se agacho para tomar entre sus brazos a William, quien tenía una camisola azul cielo, con un osito bordado al frente.

- ¿Que haces? – pregunto Renesmee desconcertada.

- Voy a dormirlo, estaremos abajo, con los Cullen.

- ¡Pero Henri acaba de llegar!- protesto. - Jacob deja de comportarte como un majadero y dale el niño a Henri.

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- No, el niño es mío.- y sin mas salio de la habitacion con el pequeño en brazos.

Sin excusas, simplemente no tengo moral para excusarme por tanto tiempo que ha pasado, debo aclarar que si, tuve mis problemas, tanto de inspiración como personales, una de mis tías falleció hace poco de Cáncer de pulmón, una parte de mi historia de “La Vida es…” exactamente la lucha contra el Cáncer (Leucemia) de Renesmee esta dedicada a mi tía, quien no logro ganar la lucha, espero que este en el cielo descansando por fin y cuidando de nosotros su familia. Bueno espero que les halla gustado este cap, espero poder escribir La Vida es... pronto. Besitos mis niñas!! Gracias por seguir conmigo y no abandonarme. Ah!! Y perdonen si cometi alguna burrada en la redacción, no me molesto si me corrigen J Bye!!