Placeres Oscuros: Capitulo 2: Castillo en Caos

Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. Que hará? Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 2: Castillo en caos.

La ira de Jacob había sido desatada en tan solo segundos, su madre se oponía a lo único que deseaba en ese momento, asesinar a la frágil sirvienta que yacía horrorizada en el suelo, para así librarse de la maldición que desde hace siglos los dioses le habían impuesto a los de su raza, el maldito lazo que vinculaba la esencia de los vampiros con sus iguales, o en su caso, con una humana.

Una humana? Quizás se estaba volviendo loco, quizás solo había sido una equivocación? el lazo jamás había sido impuesto a una humana, solo ocurría entre vampiros, la fragilidad que los caracteriza les impide llevar una vida marital correctamente con un vampiro, no lo soportarían ...

Pero era imposible su equivocación, él había sentido la revolución en su cuerpo, esa locura de sentimientos revolviéndose en su interior, que le hacían querer llorar pero a la vez querer reír, la sangre hirviendo y la libido aumentando a niveles de infarto, todavía su cuerpo estaba enloquecido… por la maldita humana!

Suéltenme!! -  Jacob todavía permanecía sujetado por los guardias.

Mi señor por favor - le pedía uno de los guardias - le ruego que se tranquilice.

Quieres que haga estallar tu cabeza Jared? - Le grito Jacob al guardia que se había dirigido a él, este no se sorprendió, pues Jacob acostumbraba a amenazar a todo el mundo diariamente.

No mi señor - contestó.

Entonces suéltame idiota! – le gritó revolviéndose salvajemente. – jamás les perdonaré esta humillación!- gruño a los guardias.

Basta Jacob!, deja de amenazar a la guardia real, cálmate y ordenaré que te suelten! –soltó Sara. A sus palabras Jacob la miró con odio contenido, no dijo nada mas pero su postura era igual de amenazante a cuando se encontraba en los campos de guerra.

Podemos hablar como las personas civilizadas que somos? – dijo Sara de mal humor, apelaba a su lado racional, esperaba encontrar una solución al repentino conflicto que se  les había presentado, la humana.

Jacob se soltó bruscamente de los guardias, los miró con desprecio mientras se alisaba el frente de su traje negro como el orgulloso rey que era,  para luego susurrarles – ustedes y yo hablaremos luego.

Los guardias no se atrevían a sujetarlo de nuevo, y estaban indecisos.

Esta bien, él ya esta calmado –  les tranquilizó Sara y luego miró con advertencia a su hijo.

Los guardias se posicionaron en la entrada del pasillo para estar a disposición cuando se les necesitara.

Muy bien, tú y yo haremos un trato –  dijo resueltamente Jacob mientras se sentaba en uno de los muebles de terciopelo vinotintos bordeados en oro ubicados en el pasillo, actuaba como si nada importante estuviera ocurriendo, como si su madre no supiera que estaba aterrorizado. – puedes pedirme lo que quieras, cualquier cosa – posiciono una pierna encima de otra, sus manos se posaron sobre la parte alta del respaldo del mueble, su cuerpo demostraba tranquilidad, como si estuviera negociando sobre la compra de cualquier objeto, pero su rostro era duro  – yo te la daré.

A cambio de que? – preguntó Sara, detrás de ella Reneesme comenzó a levantarse del suelo, abrió los ojos desmesuradamente, haciéndose miles de preguntas, pues no entendía absolutamente nada, sin embargo pudo notar como hablaban de ella como si fuera cualquier cosa que podía venderse o comprarse, se sintió indignada, ese Rey era un soberano imbecil, bien podría venderse a si mismo y ella se daría por bien pagada.

Cuando Jacob observó como la sirvienta se levantaba su cuerpo se tenso y Sara lo noto, inmediatamente se posicionó frente a ella para ocultarla de la visión de su hijo.

A cambio de la humana por supuesto – dijo el rey con naturalidad, adoptando nuevamente una posición relajada, sin embargo sus ojos no dejaban de ser vigilantes.

Perdone usted su majestad! – dijo Reneesme saliendo de su escondite, ella no era ninguna sumisa miedosa,  camino al frente con la barbilla en alto, orgullosa de si misma y le dirigió una hosca mirada a Jacob, como si fueran iguales, como si no estuviera dirigiéndose al Rey de Garnicov, el Rey de su propio pueblo. Pero es que ni siquiera el rey tenia derecho a humillarla! – si tanto le hiere mi presencia entonces me marcho. –  dijo con rencor en la voz.

Como osas hablarle a tu rey de esa manera? – Gruño Jacob con el ceño fruncido – crees que eres una igual? – Reneesme lo miraba con frustración – ni siquiera tienes educación – se burlo  –  es esto lo que quieres para mi, Sara?  –  preguntó riendo mientras señalaba a la chica, quien estaba roja de la ira.

Con el respeto que se merece usted señor – Reneesme hizo una reverencia hacia Jacob – pero si tener educación significa dejarse faltar el respeto por la gente entonces si, soy una vulgar ignorante, y me gusta ser así.

Jacob la miraba de arriba abajo con interés, inconcientemente se estaba aprendiendo de memoria las bonitas formas de sus facciones delicadas y frágiles y de su cuerpo a pesar del horrendo vestido azul que ella llevaba, pero toda esa fragilidad era una mentira, su aparente carácter era fuerte, para plantarse frente a él y hablarle de ese modo, debía tener coraje, y Jacob podía reconocerlo, pues su experiencia en las guerras se lo decía. Ella, con esa imagen de gatita fiera podría domarlo fácilmente. Sin darse cuenta él estaba ronroneando mientras la observaba, inmediatamente escondió el gesto en una falsa tos, para luego preguntarse mentalmente, que carajos le pasaba? Si se dejaba dominar estaría jodido.

El problema no es que te vallas. – la miro duramente, y escupía las palabras como si fueran acido – el problema es que te necesito muerta. – susurro con una sonrisa maniaca en los labios mientras se levantaba lentamente del mueble real, intimidando a Reneesme cada vez mas, la diferencia de tamaños era descomunal, ella parecía un pequeño ratoncillo frente a un enorme lobo feroz.

Niña, con este zoquete no se puede razonar, déjamelo a mi – suspiró Sara acercándose a Reneesme. – Jacob…

Sabias que su especie y la mía cuando se unen es estéril? Supongo que te gustaría tener nietos algún día no? o quizás prefieras que tu hijo favorito te los de y no yo? – le comentó a su madre con una ceja alzada. – sabias que es peligroso tener sexo con una humana? Los vampiros somos muy intensos – ahora le hablaba a Reneesme, quien estaba empezando a entender algunas cosas – y podrías morir en el proceso…

Ya cállate Jacob! La estas asustando! – Sara estaba molesta.

Ese es mi punto -  le contesto su hijo como si fuera lo más obvio del mundo.

Se escucho un estruendo en las afueras del castillo, los 3 voltearon rápidamente hacia los enormes ventanales que formaban parte de las paredes del pasillo, los guardias hicieron lo mismo.

Que demonios?- susurro Jacob desconcertado. El piso retumbaba, se oían cañonazos en los alrededores, como si los estuvieran atacando.

Señor es una emboscada- dijo Sam, uno de los guardias de Jacob, hablo con el semblante endurecido.

Se escuchaba como si un grupo marchara dentro del castillo, las fuertes pisadas se oían al unisonoro, una fría risa tronaba en el castillo.

Donde esta mi querido hermano?! – se oía gritar una voz, Sara abrió desmesuradamente los ojos.

Nahuel? – exclamo la reina horrorizada.

Sara vete! – le ordeno Jacob con voz apremiante.

Ni hablar, no voy a permitir que… - los pasos se escuchaban mas fuertes, los estruendos se oían por todo el castillo, era como si estuvieran destrozando todo a su paso, Nahuel con seguridad estaba acompañado de algunos brutos barbajanes.

Vengo a tomar lo que es mío Jacob! Donde estas?!! – sus gritos enojados cada vez se oían mas cerca.

Sara lárgate! – Sara lo miraba furiosa.

No! he dicho que…- Jacob la interrumpió.

Seth llévatela! – le ordeno a uno de sus guardias, este camino hacia la reina enfadada, la tomo de un brazo con dificultad pues esta se resistía, y desaparecieron.

Al ver aquello Reneesme soltó un jadeo de incredulidad, se estaba volviendo loca? No podía ser…

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Jacob, quien se había acercado a ella, y le había tomado un brazo, ella no sabia que había ocurrido, lo único de lo que había sido conciente era del giro que habían dado sobre si mismos, adentrándose en una sofocante oscuridad, ella intento gritar pues toda esa negrura le oprimía el pecho, el terror hizo que le temblara el cuerpo, lo único que no evitaba que se desmayara había sido la mano de Jacob en su antebrazo, era un ancla para ella.

Aparecieron en una pequeña habitación, algo hizo que las velas se encendieran y la habitación fue iluminada con sus llamas. Era circular, muy reducida, las paredes estaban forradas de libros, muchos libros en piel de cuero marrón desgastado, unos pocos muebles, y una reducida chimenea, que tenia madera quemada. No se veía ninguna puerta, ni ventanas por donde escapar, era sofocante! Como si estuviera presa, estaba privada de libertad.

Escúchame – le dijo para llamar su atención, estaba frente a ella, la sujetaba de ambos brazos – te quedaras callada, desde aquí podrían oírte, y atacarte - ella aspiraba y exhalaba rápidamente, tenia miedo y nuevamente no entendía nada de lo que ocurría - yo volveré, no te muevas.

Pero ella no quería quedarse allí sola, y si no volvía?, al tener ese pensamiento jadeo horrorizada, una especie de claustrofobia la ataco y comenzó a temblar. Lo agarro por las solapas de su negra y elegante chaqueta y se pego más a él con expresión atemorizada. – no quiero estar aquí, sácame de aquí… por favor- le susurro.

No puedo, debo salir a arreglar unos asuntos -  le dijo Jacob tratando de separarse de ella, su cuerpo estaba comenzando a hervir por culpa de la cercanía de  ella. – suéltame muchacha.

Por dios, no me dejes te lo rugo – dijo tragándose las lagrimas. – mi señor, tengo miedo.

Jacob se tenso, tenia razón, estaba siendo muy cruel, ella no merecía estar allí, no tenia la culpa de verse envuelta en su monstruoso mundo.

Te sacare de aquí pronto – le dijo mirándola a los acuosos ojos. – te lo juro. – se acerco mas, pues las lagrimas de ella comenzaron a rodar por su rostro y como si una fuerza invisible lo obligara a moverse, se acercó y le comenzó a acariciar las mejillas, mientras la observaba, no podía resistirse a la maldita fuerza que lo mantenía pegado a la chica.

Maldición – dijo molesto consigo mismos, cuando se dio cuenta de lo que en realidad deseaba hacer, mil veces maldito!

Deslizó las manos de sus mejillas a sus cabellos y apretó un poco, Reneesme se quejo, pues le dolía que le jalara el cabello, se asustó un poco pues él había endurecido una ves mas sus facciones, como si estuviera molesto.

Jacob soltó un gruñido y estampo violentamente sus labios en los de ella, Reneesme se sobresaltó, y gimió de dolor del golpe recibido en los labios, pero la molestia solo le duro un segundo porque lo que Jacob le estaba dando era puro fuego, y ella estaba empezando a arder, a pesar de que su cuerpo parecía estar en shock, y no quería mover ni un músculo. Pero si era el mismísimo Rey el que la estaba besando! A una sirvienta?, esto estaba mal. Ella inmediatamente comenzó a revolverse para soltarse pero el no se lo permitía, ni siquiera se había dado cuenta de que ella lo estaba rechazando, aquel hombre podría hacer con ella lo que le diera la gana, pues era mil veces más fuerte que ella.

Sin embargo no podía negar que aquello le gustaba, su fuerza hacia todo mas excitante, su cuerpo estaba caliente, y calentaba a su vez el de ella, había algo de él que le provocaba, algo de él que la excitaba, que la hacia desear que la tocara mas.

Jacob bruscamente deslizó una mano a la parte baja de su espalda y la pego a él para sentir su cuerpo, metió la lengua en la boca de ella mientras la respiraba con necesidad, y cuando tímidamente ella le respondió el beso otra vez ese animal que habitaba en él comenzó a surgir, la calentura estaba quemándole el cuerpo, y estaba deseoso de tumbarla en el suelo y penetrarla con fiereza.

La cabeza de Reneesme era un torbellino, navegaba en la lujuria que el rey le transmitía, pero a la vez surgían molestas preguntas que no la dejaban disfrutar de lo que estaban haciendo. Porque él rey deseaba besarla? después de que le había dicho que la quería ver muerta, después de que la había insultado como se le había dado la gana diciéndole que no tenia educación, porque ella lo permitía? Derepente sintió unas ganas imprudentes de alejarlo y darle un puñetazo en la boca. Pero a la vez quería darse un golpe ella misma, por permitir que la tocara, que la besara! Por permitir que le gustara!

Sin embargo, él no le dio tiempo a que ella protestara, pues la había soltado con muchísima dificultad, gimiendo en él proceso, como si algo le doliera, ella podía imaginar que era, él jadeaba con los ojos cerrados y cuando los abrió ya mas relajado desapareció,  no sin antes decirle.

Volveré. – y se esfumo.

Pero…- ella se quedo muda, pues a través de las paredes forradas de libros se podía oír la discusión.

Por fin hermanito! – se burlo Nahuel, Jacob estaba justo al frente de él y pareciera que estuviera viéndose en un espejo, pues Nahuel era idéntico a él, y no era de extrañar, pues eran gemelos, sin embargo si había algo que los diferenciaba eran sus personalidades, Nahuel era un payaso egocéntrico, avaricioso, sin ningún otro fin en la vida que agrandar su fortuna y sus ínfulas. Iba acompañado de un grupo de guardias que lo escoltaban, eran 10.

Que haces en mi castillo Nahuel? – preguntó Jacob mirándolo con molestia.

Tú castillo? – el moreno y atractivo rostro de Nahuel adquirió una mueca divertida, y su fuerte mandíbula se batió en una carcajada. – pero si este castillo no es tuyo hermanito.

A no? – Jacob también podía jugar a la burla – y entonces de quien es?

Mió! – dijo su hermano mostrando su verdadero rostro, lo miró con desprecio. – todo esto es mió! Y tu no deberías estar aquí, deberías estar lamiendo la porquería de mis zapatos.

Jodete Nahuel! – escupió Jacob – porque no te vas a jugar al rey en el pueblito de juguete que te dejo mami? – Se burlo Jacob – y dejas trabajar a los verdaderos hombres.

Maldito seas! – Nahuel se salió de sus casillas – hagan lo que tengan que hacer! – les grito a sus guardias.

Enseguida los guardias de Jacob se posicionaron a su lado, para pelear junto a su rey.

Paúl encárgate de Nahuel, no permitas que haga ninguna estupidez – ordeno Jacob mientras las explosiones comenzaban.

Si señor – Paúl se deslizó hacia una de las escaleras y se perdió.

Seth transporto la enorme estatua de la diosa afrodita de su pedestal al lugar donde ellos se encontraban, posicionándolo frente a ellos para que recibiera el impacto de una bola de energía lanzada a ellos por uno de los guardias de Nahuel, mientras esta estallaba,  Jacob y su guardia se escabullían.

Maldita sea, me gustaba esa estatua – refunfuño mientras corría junto a Seth.

Lo siento señor – se disculpó este.

Sam invoco fuego y lanzo una bola directamente a la cara de uno de los guardias, este callo al suelo gritando de agonía, por la quemadura en su rostro.

Jacob hizo saltar la espada que tenia una de las armaduras a sus manos, y corriendo hacia los guardias la blandió, esquivo 3 bolas de energías, sin embargo una le rozó el muslo derecho pero no lo notó, la punta de la espada rasgo el cuello de uno de los guardias quien lo miró con horror mientras caía al suelo desangrándose. Repentinamente sintió como otra bola de fuego le rozaba la mejilla, se lanzó al suelo y rodó a una esquina, necesitaba saber si Nahuel había sido controlado por…

Horrorizado observó como la misma bola de energía que había rozado su mejilla chocaba en un gran estruendo contra una de las paredes del pasillo y abría un boquete en la misma, dejando así al descubierto la habitación secreta que Jacob conservaba, la misma donde había dejado a la sirvienta.

Se levantó con rapidez pero Nahuel estaba mas cerca, y lo que vio lo dejo paralizado, tenia a la sirvienta cargada en su hombro, como si fuera un saco de papas, y… se la estaba llevando?

Suéltame!!!, suéltame!! – en el caos se podían escuchar los gritos de ella, le golpeaba con sus pequeños y frágiles puños la espalda en un intento errado de que la soltara. Jacob se encontraba en una encrucijada, podría aprovechar el momento para deshacerse de la sirvienta por fin, y evitarse molestias con Sara, sin embargo nadie ni nada le aseguraba que Nahuel la mataría, y estaba seguro por su asquerosa reputación de pervertido que solo la usaría para sus propias necesidades, y eso seria muy cruel, ella preferiría morir. Así que antes de que Nahuel se la llevara, la dejara viva y a él se le hiciera difícil encontrarla para romper el lazo, decidió apartarla del imbecil que tenia por hermano.

Pero preciso en ese instante, aprovechando su descuido, una bola de energía impacto contra su pecho y fue impulsado con fuerza hacia atrás para chocar contra la misma pared contra la que se había estrellado cuando su madre lo había intentado alejar de la sirvienta,  sintió que la pared se resquebrajaba por el impacto de su cabeza contra el duro muro, Jacob vio como las luces se apagaban frente a sus ojos para no saber nada mas de él.

Que tal chicas? Espero les halla gustado el capitulo, gracias por los comentarios, me alegra mucho que les halla encantado el primer cap, sus comentarios me motivan a seguir escribiendo, a pesar del tiempo en que me tardo para subirlos aquí, disculpen la tardanza.