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Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




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lunes, 26 de diciembre de 2011

Placeres Oscuros: Capitulo 11: La pérdida.




Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. ¿Que hará? ¿Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? ¿Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 11: La pérdida.

Un palpitante dolor en su vientre le decía que algo estaba mal, y aunado a la sangre la situación no presentaba buena pinta, todo aquello provocaba una horrible presión en su pecho, era el pánico.

- ¡Carlise! ¿Va a estar bien? - jadeo Renesmee, estaba acostada en la cama mirando con ansiedad cada uno de los movimientos del doctor.

Este se encontraba muy concentrado, hurgando en su maletín negro con rapidez, sacando pequeños frascos de cristal, una jeringa y otros recipientes. Al no ver ninguna respuesta de parte de Carlise ella se desespero aun más y comenzó a retorcerse en la cama para sentarse y poder verificar si era posible, por ella misma que su bebé estaba bien. Pero solo podía ver su pequeño y abultado vientre y sangre, no sabia que mas hacer. -¡¿va a estarlo?! - casi le grita por la ira que le causaba no oír ninguna respuesta de parte del hombre rubio.

- Calma por favor Renesmee. - decía el doctor ahora sacando con mas rapidez los instrumentos que según él iba a necesitar, le pidió a la reina que le quitase el vestido a Renesmee.

Se encontraban en su habitación, había sido llevada allí rápidamente por el mismo Jacob, seguido por Carlise y Sara, que horrorizados y pálidos miraban su ensangrentado vestido. Ahora Sara se acercaba a ella rápidamente para ayudarla a despojarse del vestido, para luego colocarle un fino vestido blanco que parecía ser un pijama.

- ¿Jacob? ¿Donde esta Jacob? - preguntaba con desespero Renesmee mirando a su alrededor.

Necesitaba tenerlo cerca, él era el padre de su bebé, y quería oírlo decir que todo estaría bien, él era el único que podría poner algo de orden en todo aquel desesperado torbellino de horror y desesperación.

- ¿Donde...?

- Ssshhh Renesmee, él esta afuera. - la calmó Sara, que se encontraba sentada en la cama a su lado, sujetándole una mano.

Jacob apenas la había dejado en la cama, había salido corriendo fuera de la habitación, dejando a Renesmee con el doctor y con Sara, ella no podía pensar en más que en el bienestar de su hijo, pero aquel detalle no se le había escapado.

- ¿Por que?

- Fue a buscar a Quil - al ver la confusión en el pálido rostro de Renesmee ella respondió de inmediato. - Quil tiene el don de sanar las heridas.

Y entonces comprendió el extraño comportamiento de Jacob, había salido corriendo de la habitación para buscar a Quil y conseguir que él la sanara.  Jacob estaba igual o mas desesperado que ella, aunque él solo estaba preocupado por ella, porque aun no sabia del bebé.

Carlise subió las sabanas azules hasta cubrir la parte inferior de su cuerpo y luego levanto el vestido de Renesmee, para poder tantear el vientre con los dedos, estos estaban fríos, y se hundían con facilidad sobre la piel de ella.

- ¿Te duele? - le pregunto mientras sus dedos buscaban alguna herida interna en el vientre de ella. La frente de Carlise estaba perlada por el sudor, y sus ojos escudriñaban ansiosamente la piel en busca de algo mas, una perturbadora concentración brillaba en su rostro.

- No.-  determino ella sudando frío también y con las lágrimas bordeando sus ojos. Pero entonces el doctor volvió a tantear su vientre hundiendo aun más los dedos en su piel y sintió un agudo pinchazo que la dejo aturdida, ella soltó un grito.

- ¡¿Que pasa?! - se sobresalto Sara, tenia los dientes fuertemente apretados por el pánico. Estaba increíblemente frustrada por no poder ayudar más.

- Maldición - susurro Carlise para el mismo. - Por favor ¿podría traer a Edward? es mi hijo mayor. - le imploro a la reina con voz trémula.

Sara salio como un bólido de la habitación sin decir nada. Parecía un fantasma de lo pálida que estaba.

Renesmee clavo con intensidad sus ojos en el  rostro de Carlise mientras intentaba recuperar el aliento.

- ¿Lo voy a perder verdad? - pregunto sin aun poderse creer lo que había preguntado, no estaba preparada para perder a un bebé, ¡no lo estaba!. Ya había sido suficiente con perder a sus padres, con perder una vida normal al lado de ellos, ya había sido suficiente, ¿ahora perdería a su bebe también?, ¿acaso estaba ella destinada a no tener nunca nada?

- No, no lo permitiré - Carlise la miraba con el ceño fruncido, como si la estuviera regañando por pensar en algo así.-  no podemos perderlo, este bebé va a vivir, tiene que vivir. - El doctor hablo con tanto ímpetu que a Renesmee le asusto, su rostro estaba muy serio, concentrado en sentir cualquier movimiento en su vientre, ella había pensado que el solo se dedicaría a consolarla, y a decirle que lo sentía pero que solo podía hacer lo que estuviera en sus manos, sin embargo su determinación la abrumo tanto, que comenzó a sentir la esperanza en su corazón.

- Gracias… - sollozo con dolor - por favor, es lo único realmente mió que tengo, no tengo mas, por favor. - sus lagrimas se derramaban por sus mejillas.

El doctor se sentó en la cama a su lado y le acaricio la mejilla para limpiarle las lágrimas. Ella se calmo un poco, y entonces Carlise aprovecho para sacar una jeringa e inyectarle un líquido transparente.

- Tienes que calmarte un poco, esto es un liquido natural, que no le hará daño al bebé, solo calmara los dolores que puedas tener.

Ella asintió y cerró los ojos con fuerza al ver como Carlise acercaba a su brazo aquella aguja. Cuando el doctor finalizo la tarea, justo en ese momento entro a la habitación Jacob seguido por uno de los integrantes de su guardia real, Quil, y detrás de ellos la Reina seguida por un hombre bastante alto y con aires de meditabundo.

A Renesmee aquel hombre le recordó a alguien, pero no sabia a quien. Sus cabellos revueltos parecían una mata cobriza, su rostro era delgado y pálido, y su mirada serena era capaz de tranquilizar al más agresivo de los hombres. Su semblante de paz y tranquilidad parecía ser imperturbable.

- Edward - llamo Carlise levantándose de la cama para hacer contacto visual con su hijo. - ella es Renesmee.

El hombre llamado Edward y de semblante imperturbable, abrió mucho los ojos por la impresión que le causó oír ese nombre, enseguida deslizo sus verdes ojos hacia el rostro de Renesmee, escrutándolo, examinándolo, detallándolo con una curiosidad abrumante, e incomodo para ella. Renesmee se enojo con aquel hombre, ella necesitaba que atendieran a su hijo, no que se le quedaran viendo como si ella fuera un retrato.

- ¿Va a atenderla? - dijo Jacob con voz agresiva, dirigiéndose a Edward, que en ese momento se encontraba dándole la espalda.

En los pasillos Jacob se había encontrado con Sara, quien le informo que Carlise necesitaba a aquel hombre, que al parecer podría curarla mejor que Quil. Él solo esperaba que aquel doctor moviera su trasero con rapidez para curarla antes de que su salud se agravara mas, sin embargo luego de que la dejara intacta, Jacob tendría una seria conversación con aquel idiota, no permitiría que estuviera mirando de esa manera a su mujer.

Edward salio de su estado de shock, y sacudiéndose la cabeza por el embotamiento camino hacia ella con ágiles y rápidos  pasos.

- Edward, en su vientre - le informo Carlise, Edward lo miró y asintió para hacerle saber que había entendido.

- Soy Edward Cullen señorita. - Dijo él mientras se sentaba en la cama para poder estar más cerca de ella.

Renesmee no escuchaba, ella solo quería que él hiciese lo que tenia que hacer, tenia el cuerpo muy tenso, apenas podía respirar por el pánico, y las gotas de sudor resbalaban de su frente hacia cu cuello. Su mente estaba muy ocupada tratando de percibir cualquier movimiento o dolor que atravesara su vientre, cualquier cosa que le dijera como estaba su niño, lo único que sentía era una punzada dolorosa y fría en su estomago, aquello la hizo sentir peor.

Detrás de Edward Jacob hizo un sonido de irritación y ansiedad por la lentitud con la que se estaba tomando el doctor la situación.

- ¡Jacob por favor! - exclamo la reina.

- ¡Quil Cúrala! - ordeno el Rey caminando hacia la cama para alejar a Edward de su mujer y hacer que Quil la sanara. Pero entonces Carlise intercedió, bloqueándole el paso.

- Por favor su majestad, mi hijo tiene conocimientos médicos, él podrá curarla mejor, le ruego que sea paciente.

- ¡Quil también tiene el don de curar a las personas! - dijo Jacob mirando hacia abajo al doctor que era mas bajo que él.

- Pero Edward además de sanar tiene el don de sentir las heridas internas con sus manos, él fácilmente puede sentir con sus manos donde esta la herida dentro del  vientre de Renesmee, y cuando la encuentre, la sanara. En cambio el joven - miró a Quil con disculpa en la mirada. - no sabrá donde curar con tanta exactitud, porque la herida no es superficial, para él será como andar a ciegas. ¿Me equivoco? - preguntó a Quil.

Quil medito el asunto y luego asintió a su rey.

- Señor, el doctor Cullen tiene razón, conmigo corremos el riesgo de que la herida no sane completamente. Pero aun así, estoy dispuesto a hacerlo si usted me lo pide.

Oír aquello a Jacob no le gusto, quería que Renesmee sufriera lo menos posible.

- Entonces dígale a su hijo que se apure, y mas le vale que lo haga bien, si no quiere perder esas manos suyas - le amenazó.

- Edward por favor. - le rogó Carlise.

Pero Edward no había escuchado nada de lo que ellos estaban discutiendo, ni siquiera le había importado, porque apenas se había sentado al lado de Renesmee había comenzado a hacer su trabajo. A él lo único que le importaba era sanar a aquellas dos personas que parecían ser muy importantes para él desde el primer momento en que había visto a Renesmee.

Las tibias manos de Edward se deslizaban por el vientre de Renesmee, el pequeño bulto no se movía, otra razón que había puesto nerviosa a Renesmee, ella había notado que todos los días en la mañana el bebé le daba un golpecito, y ella lo tomaba como un saludo al cual ella respondía con un “Bueno días mi amor”. Y entonces con el miedo en su corazón ella se pregunto, porque el bebé no se había movido tras recibir aquel golpe. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Edward siguió deslizando las palmas de sus manos por el pequeño bulto, hasta que se detuvo justo en la parte superior del vientre, su rostro mostraba una expresión extraña, como si algo le doliera. Y entonces Renesmee supo que había encontrado la zona herida.

- La placenta - dijo con el rostro en una expresión concentrada. Y entonces miro a Carlise con seriedad. - se esta desprendiendo.

Sara y Renesmee jadearon por el horror causado tras haber oído aquellas palabras, el desprendimiento de la placenta significaba que Renesmee podría abortar en cualquier momento, pues la placenta tenía que estar adherida a su cuerpo, sino lo estaba, el bebé podría morir y deslizarse fuera de su cuerpo. Por ello sentía aquella punzada fría y dolorosa en su vientre.

- Voy a sanar a tú bebé - le informo Edward mirándola con intensidad a los ojos. - relájate por favor, será mas fácil.

Ella asintió y recostó la cabeza de la almohada. Cerró los ojos para relajarse pero no pudo.

- Estas muy tensa Renesmee - la manera informal en como se dirigió a ella le extraño, pero la hizo sentir mejor, odiaba la formalidad.

Al notar que ella seguía tensa le hablo con calma.

- Renesmee, piensa en el bebé. - ella abrió los ojos por la impresión que le causo su manera impersonal de hablar, Edward estaba junto a su oído, no tan cerca, pero lo suficiente para hablar en susurros y hacerse entender.

- Cierra los ojos - aquello era una orden, pero no le molesto, solo le dio mas confianza,  y como una niña que obedece a su padre, así lo hizo. - piensa en… - Edward se quedo callado un momento, meditando algo. - ¿que quieres que sea?, ¿niño o niña?

Ella no había pensado en ello, en un principio le habría gustado que fuera un niño, hermoso y valiente como su padre, pero si era niña también le gustaría, ¿Cómo seria una niña con los rasgos de Jacob?, tendría que ser hermosa. Y entonces una sonrisa embobada cruzo su rostro, al imaginarse a Jacob cargando a un pequeño bebé igual a él.

- No lo se, de cualquier manera lo amaré - y ella sonrío de nuevo.

- Bien, imagina su rostro - le pidió con amabilidad Edward, su voz aterciopelada era como un arrullo para ella, como si estuviera cantando una nana, y la cama estaba calientita, ¿o era su cuerpo? Que la relajaban hasta el punto de querer irse a dormir.

- Renesmee, el rostro del bebé, ¿Cómo es? - le pregunto Edward, con esa hermosa voz.

- Es… es hermoso, sus cabellos negros, son como la noche - ella intenso hacer mas nítida la imagen que tenia de su bebé guardada en su cabeza, la usaba para soñar con él por las noches, mientras estaba junto a Jacob. Los tres felices. - su piel es morena, y tiene una sonrisa especial - una lagrima se deslizo de su ojo a su sien - tiene unos pequeños hoyuelos en sus mejillas sonrosadas, y… es un diablillo - Sara soltó una risita.

Y entonces lo sintió, el bebé dio una patadita en su estomago y ella se sorprendió y abrió los ojos desmesuradamente.

- Hola mamá - susurro Edward con una risita, interpretando la patada del bebé como un saludo.

- ¿Como…?... ¿ya esta curado? - pregunto con un hilo de voz.

Edward asintió.

Renesmee llevo sus manos a su vientre y aunque ya no sentía ni dolor ni nada, sabia que estaba bien, una sensación de paz le recorrió el cuerpo.

Ella miro los ojos esmeraldas de Edward directamente y le sonrío.

- Gracias. - le dijo con alegría. Sara se acerco a la cama y le beso la mejilla a Renesmee para celebrar aquella noticia.

- No sabe el bien que nos han hecho ustedes dos. - Sara los miro con cariño y agradecimiento.

- Es nuestro trabajo su majestad - contesto Carlise, Edward estaba absorto aun mirando como Renesmee acariciaba su vientre. Parecía que no creyera lo que estaba viendo, como si fuera un sueño increíble, como si ella y el bebé no fueran reales.

- ¿También le recuerdo a ella? - pregunto Renesmee sin mirarlo a la cara.

Edward no entendió la pregunta.

- ¿Cómo dice?

- ¿Quién es?. - Edward la miró extrañado y Renesmee levanto sus marrones ojos - ella, ¿Quién es ella a la que tanto recuerdan con dolor cuando me ven?

Edward se alarmo, abrió sus ojos por la sorpresa que le causo aquella pregunta y se levanto rápidamente de la cama, recogió su maletín y  acercándose a la puerta le hablo.

- Por favor, si se siente mal, llámeme, estaré disponible en el momento que me necesite. Hasta pronto - le dijo Edward con voz formal, se despidió de la reina con una reverencia para luego abrir la puerta y…

- ¡Espere por favor! - lo llamó Renesmee. Edward se quedo paralizado en el umbral de la puerta. - ¿No me dejara agradecerle?

Edward la miró sorprendido.

- No hace falta señorita.

- Quisiera invitarlos a usted y a Bella a almorzar aquí, si Sara me lo permite. - Y entonces ella le sonrío con calidez - yo cocinare para ustedes. Si Carlise lo desea también puede venir, toda la familia Cullen puede.

- Maravillosa idea Renesmee - le dijo Sara.

Edward parecía haber quedado sin habla, como una estatua por lo quieto que estaba, Carlise tuvo que responder por él.

- Seria un honor. Muchas gracias.

Pero Renesmee no apartaba los ojos de aquel hombre, y el hombre tampoco los apartaba de ella. Así que Edward para no ofenderla, con una pequeña sonrisa le susurro un “Gracias” y salio rápidamente de la habitación.

- Vaya - se sorprendió Renesmee - mi intención nunca fue ofenderlo. - se disculpo con Carlise, quien con una sonrisa amigable le pidió que no se preocupara por ello.

- Edward es un tanto… reservado, no le gusta socializar mucho. - Carlise al hablar de su hijo lo hacia con algo de incomodidad y dolor en su semblante. - no es nada personal, por favor no se ofenda.

Pero aquello era contradictorio, pues entonces ¿que hacia aquel hombre en ese castillo? ¿Donde se estaba dando una fiesta?, las fiestas era para socializar, o ¿será que estaba allí por otra cosa?

En todo caso a ella no le importaba porque se había portado muy bien con ella, su manera calida de tratarla le había dejado una buena impresión de él, además que había salvado la vida de su pequeño, aquello no podía ser obra de un mal hombre.

- Bien yo también me retiro, por favor su majestad, aquí le he dejado algunas indicaciones medicas - Carlise le entrego un pequeño pergamino enrollado a la Reina - debe ser cumplida al pie de la letra - le sugirió mientras Sara leía la amarillenta hoja. - llame cuando nos necesite. En todo caso estaré viniendo por aquí para chequear la evolución de su embarazo.

-   Muchas gracias doctor, no se preocupe, estaremos en contacto. - la reina cerro el pergamino. - Renesmee acompañare al doctor, y mandare a traer algo de comida para ti, no te levantes de la cama.

Renesmee asintió, lo menos que quería en ese momento era contradecirla.


Por su parte Jacob caminaba por los pasillos del castillo dando zancadas, sentía la ira como fuego recorrerle las venas, la cabeza le latía con furia, los pensamientos que rondaban por su cabeza le aguijoneaban el cerebro. Necesitaba huir de aquel lugar.

- no, no ¡NO! ¡NO PUEDE SER! - grito a la nada, mientras golpeaba con su puño una estatua de una ninfa de mármol blanco  que estaba en el corredor, este salio volando por los aires y se estrello contra la pared haciéndose añicos.

Las imágenes todavía frescas daban vueltas en su cabeza enloquecida por el dolor.

Jacob recordó lo que había ocurrido hace minutos.

Flash Back
En la habitación de ella, el había oído todo. Se había tensado al oír la palabra “Placenta”, sus ojos desenfocados se deslizaron del rostro de Renesmee, quien estaba concentrada en Edward, al suelo.

Su cerebro se ralentizó, tratando de comprender que había dicho aquel doctor, y entonces todo parecía irreal, como si aquella habitación y todas aquellas personas que estaban allí hablando sobre una placenta desprendida no existieran, como si él mismo no existiera.

Y entonces algunas palabras comenzaron a ser captadas por sus oídos, “Él bebé estará bien”, “él bebé” , “la placenta”, “tú embarazó”…

Ya no los oía a ellos, ahora a quien oía era a Elizabeth… ¡Jacob, déjame en paz! ¡Este bebé no es tuyo! ¡Te mentí! ¡Es de Billy!... ¡No es tuyo! ¡No es tuyo! ¡No es tuyo!

Su mente comenzó a preguntarse ¿por que?,¿por que?.Todo comenzó a perder sentido. ¿Qué hacían esas personas allí?, ¿Quiénes eran?, ¿Qué hacia él ahí?, ¿Por qué estaba él allí?

Jacob comenzó a palidecer, levanto la vista, todo seguía igual, nada había cambiado, las personas hablando con rostros serios, como si algo malo estuviera ocurriendo,  aprovecho la distracción para dar unos pasos hacia atrás. Quil se había ido de la habitación por orden de él mismo, así que camino a la puerta silenciosamente y se fue.

Fin del Flas back

No podía con aquello, ¡con otra traición como aquella no podría ni en un millón de años!.

- ! MALDITA SEA! - volvió a gritar con furia.

¿Hasta cuando pensaba ella mantenerlo engañado? ¿Acaso creía que nunca se daría cuenta? ¿Y Sara? Ella también le había traicionado, ¡ella lo sabía y nunca se lo dijo! ¡TODOS LO SABIAN MENOS ÉL!

Todos eran unos traidores, pero ella lo era más, porque se había acostado con otro, ¿y se daba el lujo de molestarse porque él había estado con Leah hace algún tiempo? ¡Era una hipócrita! ¡Una mentirosa!

Él deseaba regresar a la habitación para enfrentarla, para oír de sus propios labios la ridícula explicación que ella le daría, porque si de algo estaba seguro era que una humana y un vampiro jamás podrían procrear.

Comenzó a recordar las falsas palabras de amor que salían de sus enrojecidos labios luego de que él le hiciera el amor, los falsos besos ardientes, sus calidas e  infieles  manos recorriéndole el cuerpo, haciendo ese increíble contraste entre el pálido blanco de su piel y el moreno del suyo, el delicioso olor a rosas que desprendía su cabello, ese que había sido disfrutado por otro hombre.

Jacob sentía cuchilladas en su pecho, paro su caminata por el pasillo y se apoyo de la pared con una mano, el dolor lacerante en su pecho le arranco un gemido, las lagrimas picaban por salir.

- No - susurro para él mismo, no quería llorar, no lo haría.

Apretando los dientes se levanto de nuevo. La ira era un motor muy potente y le serviría para llegar a donde deseaba. Si, lo haría y eso seria lo único que lo sacaría de ese pozo

-¿Jacob? - llamo Sara a sus espaldas - ¿que hacías en el suelo?

La ira vibro dentro de él de una manera enloquecedora, se volteo lentamente para mirar a su madre a los ojos con odio.

- ¿Que pasa Jacob? - Sara estaba algo intimidada ante la mirada encolerizada de su hijo. - porque estas tan… - y entonces ella callo en la cuenta de que Jacob también estaba en la habitación cuando hablaban del bebé. Ella se tenso, y se preparo para lo que venia. - Jacob, escucha no es lo que estas pensando, el bebé si es…

-¿Te has divertido? - hablo Jacob con un susurro bajo, pero en sus ojos relampagueaba la ira contenida.

Sara arrugo el ceño mostrando que no entendía nada.

-¿De que hablas Jacob?

- ¿Que si te has divertido lo suficiente a mi costa?

- ¿Porque tendría que divertirme a tu costa Jacob?

- Si, te has divertido mucho - afirmo él -  te gusta verme sufrir ¿verdad? - Jacob se acercaba lentamente a Sara, su cuello estaba tan tenso que los músculos se veían tirantes, las venas resaltaban bajo la piel cobriza.

- Como puedes decir eso….

- Nunca te he importado.

- No es cierto, yo…

- Siempre preferiste a otros antes que a mí, no te importo abandonarme cuando era un niño y te implore que no dejaras que Billy me llevara con él, y ahora tampoco te importa lo que esa mujer me ha hecho.

- Jacob, Renesmee…

- ¡NO LA NOMBRES! - le grito en la cara. Sara se quedo con la boca abierta. - ¿Que me vas  a decir? ¿Que es mió? - susurro chirriando los dientes con fuerza, su rostro estaba sombrío y Sara no sabia que decir para calmarlo.

- Es verdad, es tu hij…

- ¡NO ES MIÓ! - afirmo como un poseso - ¡ELLA ES UNA HUMANA Y YO UN MALDITO VAMPIRO! ¡NO PODEMOS TENER HIJOS!

- ¡Si se puede! - se envaro la reina. - ¡la prueba esta allá arriba! ¡Ese hijo es tuyo Jacob!

- ¡Mentira! ¡Ella me mintió!

- Jacob, Renesmee no es Elizabeth, regresa a la realidad, no te quedes en el pasado.

Sara no podía encontrar a su hijo bajo aquella mascara de amargura y desesperación, jalaba su propio cabello con ira, mientras caminaba de un lado a otro totalmente consternado.

Jacob sentía un increíble malestar físico. Ahora cuando veía a Renesmee también veía a Elizabeth, esa mujer que también le había jurado amor en sus años de inocente juventud, lo había engañado como un bobo, lo había humillado despreciándolo cuando quería, y él como un perro faldero siempre regresaba a ella cuando lo necesitaba.

Flash back
- ¿También te acostabas con mi padre? ¡Se supone que me amabas! -le grito con cólera.
- Lo siento, pero tú no puedes darme lo que él me ofrece. - sus rojos cabellos enmarcaban su elegante rostro.
- ¡Es mi hijo Elizabeth!
- Ya te dije que no lo es Jacob, ¿cuando vas a entenderlo? el niño es de Billy. - suspiro con fastidio.
- ¿Porque me mentiste? - Jacob estaba a sus pies arrodillado en el sucio suelo del pobre cuchitril que su padre le había asignado como habitación en aquel frío castillo.
- Por que en realidad no sabia de quien era, pero ahora lo se, es de tu padre.
Fin del Flash back

- Elizabeth y ella son la misma persona.

- ¡No! no lo son…

- ¿Porque? ¿Porque me hizo esto? ¿Que hice mal?,  yo le prometí que solucionaríamos lo de nuestra infertilidad, ¡y ella me engaño con otro!

- No te engaño Jacob.

- ¿Ah no? ¡Entonces pruébame que él niño es mió! - le exigió con ímpetu.

- Aun no se puede hacer eso. Esta muy pequeño.

- No me interesa, en lo que a mi respecta esa mujer es una traidora y ese niño no es nada mió, es hijo de un humano cualquiera.

- ¡Cállate! Podrías arrepentirte de lo que estas diciendo.

- ¿Jacob?

Jacob se tenso al oír aquella dulce voz.

- ¿Renesmee que haces fuera de la cama? Te dije que te quedaras allí a descansar. - la regaño Sara caminando hacia ella. Pero Renesmee la ignoro, solo tenía ojos para Jacob.

- ¿Porque peleas con Sara, Jacob?

- No te importa - escupió él, dándole la espalda, comenzó a caminar por el corredor para irse de allí de una buena vez.

- Jacob, puedo explicarte lo del bebé. - él se detuvo en seco, aquello era lo que quería oír en un principio, para poder reírse en su cara y humillarla por lo que le había hecho, pero ahora, viendo su fragilidad, su hermoso rostro agotado por todo lo que había ocurrido ese día, ahora solo quería marcharse lo antes posible.

- No me interesa.

- Pero es nuestro hijo.

- ¡NO ES MIO!

- ¡Jacob! No le grites, esta convaleciente.

Los ojos de Renesmee se humedecieron e instintivamente se llevo su pequeña mano a su vientre, para proteger al bebé.

-  No importa Sara, yo ya sabia que reaccionaria de este modo. - Jacob se volteo y la miro a los ojos.

- A mi no me engañas - decía mientras se acercaba a ella mostrando los dientes en señal de furia - ¡Dime! ¿De quien es ese niño?, ¿con quien te revolcaste?

  Detrás de ellos Sara jadeo de horror, y Renesmee no se inmuto, sin embargo una solitaria lágrima rodó de su ojo derecho a su mejilla mientras lo miraba fijamente a los ojos con la barbilla alzada.

- Lo prometiste - susurro ella  - prometiste que nunca mas me harías daño.

- ¡Tu lo hiciste primero! - se defendió él dedicándole una mirada encolerizada - destruiste la confianza que tenia en ti.

- ¿Porque te cuesta creer que es tuyo?

- Por que cuando tu raza y la mía cuando se unen ¡es estéril!

- ¡Yo no tengo la culpa de que nuestro caso halla sido la excepción! -exploto Renesmee.

- ¡Reconócelo!, te acobardaste cuando pensaste en un futuro sin hijos, y fuiste con el primero que se te cruzo para embarazarte.

Renesmee sentía la cabeza caliente por la ira, pero tenia controlarse por el bien de su hijo.

- Basta por favor. - suplico Sara.

- Y creías que me tragaría el cuento ese de la humana embarazada del vampiro? - él soltó una carcajada amarga. - no me creas tan idiota.

- Al principio no te creía idiota - hablo con pausa - pero ahora no puedo creer lo imbécil que eres.

Jacob rechino los dientes, y apretó los puños.

-¡Si! Soy un imbecil, pero por tragarme todas tus mentiras, en realidad pensé que me amabas…

- ¡Yo te amo!

- ¡No es cierto! Me engañaste.

- Eso es lo que quieres creer, pero no es cierto.

- Ya no me importa, no me importa nada. Porque ahora mismo iré a acabar con esta farsa.

Ella lo miro con dolor porque sabia exactamente lo que estaba apunto de hacer.

- Iré a romper este maldito lazo, serás libre de hacer lo que se te de la gana.

- No, no, Jacob…

- ¡No me toques!

Renesmee se había acercado a él con desespero, no podía permitir que Jacob hiciera aquello. Pero nuevamente él la había rechazado.

- Por favor dame una oportunidad, si dejas a un lado tu ira podrás entender, pero por favor no puedes romper el lazo.

- Si puedo, hare lo que sea necesario, no quiero estar ni un minuto mas atado a alguien como tú - le dijo con desprecio mirándola con rencor de arriba abajo. - me das asco.

A Renesmee se le contrajo el rostro de dolor ante aquellas palabras, y el corazón comenzó a latirle con pereza, como si ya no fuera necesario funcionar.

Cuando vio a Jacob correr por el pasillo y alejarse de ella, sintió que la vida se le escapaba, pero aun estaba de pie, algo la mantenía allí, y ese algo, o mejor dicho, ese alguien, era su hijo.

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¿Que tal chicas? Lamento la tardanza, pero la verdad que he tenido muchos problemas,  y ello ha causado que incluso halla perdido la inspiración, espero que este cap halla salido bien, uff me ha costado que las ideas salgan de mi cabeza, incluso me he dado algunos golpes con el teclado para probar haber si salía alguna idea XD jajaja. Pero creo que funciono, o eso espero. Bueno chicas les agradezco que hallan esperado, estoy escribiendo LVE, llevo varias hojas ya, y espero no tardar tanto esta vez en publicar, sean pacientes porfis.

Algunas respuestas :)


May_Black: May!! Extrañaba tus comentarios! Muchas gracias por comprender :) espero que la inspiración me llegue rápido, creo que la falta de noticias de mi muso, es decir Taylor Lautner, me ha afectado jejeje. Voy a tener que pedirles a todas mis lectoras que me den tips para recuperar la inspiración. Bueno gracias de nuevo nena, espero te guste el cap! :)

Maqiitaa: lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento lo siento jejeje, de veras, gracias por comentar, yo se que tú siempre estas pendiente de esta historia, aquí un nuevo cap  :) espero te guste! Besos y no dejes de leermeeeee jejee bye.

Anonimo: Naguara! Jajaja esa expresión venezolanísima me encanto. Aquí nuevo cap ;)

Bueno chicas perdonen los errores ortográficos que por cierto hay bastante, luego le aplico los consejos que algunos de ustedes me han dado. Gracias.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Atención.

Wuuuuooooaaa!! realmente lamento esto chicas, lamento haber dejado abandonado el blog y las historias, no voy a atiborrarlas con mis problemas, solo diré que me gustaría ser una niña de nuevo para no tener que pensar en los problemas que te atacan cuando eres adulto. Bueno ahora mismo estoy redactando PO, sin embargo no las voy a engañar, las ideas están atascadas, no quieren salir, y me siento muy mal por esto, no entiendo porque ya no es lo mismo que al principio, odio tener que devanarme los sesos para seguir con el curso de la historia, pero lo seguiré intentando hasta que acabe. Asi que no se pierdan, solo tenganme algo de paciencia, bueno voy a seguir con PO. Espero poder terminar el cap pronto. Besos nenas.

martes, 22 de noviembre de 2011

Placeres Oscuros: Capitulo 10: Discordia.



Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. ¿Que hará? ¿Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? ¿Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 10: Discordia.

- ¡Yo puedo darte hijos! Todos los que quieras, ella no puede. – Insistía Leah al borde de la desesperación – ¡entiéndelo! ¡Pondrás en peligro tú propio reino por culpa de esa maldita humana!, en cambio, ¡conmigo no tendrás nada que arriesgar!

Los invitados de la fiesta del día anterior paseaban por todo el castillo disfrutando de los hermosos alrededores, algunos hacían picnic en las áreas verdes y otro grupo iba de paseo a caballo, para conocer las bellas extensiones del terreno.

Leah llevaba un día entero insistiéndole a Jacob sobre el asunto del rompimiento del lazo, y Renesmee se pasaba el día persiguiéndolos a escondidas para saber cuales eran con exactitud, las intensiones de Leah.

 - No tengo nada que decirte Leah, ya hemos hablado lo suficiente de esto.

- ¿Y ella?

- ¿Ella que?

- ¿Crees que ella vivirá su mugrosa vida de humana sin pensar en tener hijos? ¿piensas quitarle esa opción?

Jacob la miraba con intensidad, la duda se reflejo en sus negros ojos, y su cuerpo permanecía tenso.

Leah se relajo al notar que sus palabras surtían efecto en Jacob.

- Que egoísta eres. – Le espeto con maldad.

- No la estoy obligando – se defendió él.- ella puede dejarme cuando quiera, no la forzare a nada.

- Pero esta atada a ti, no puede amar a nadie más. – Leah decidió meter un poco más el dedo en la llaga. - Así es la vida Jacob, todo tiene un ciclo, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Las mujeres humanas no se sienten realizadas si no tienen hijos. Esta relación les afectara en unos años, ella se sentirá frustrada y poco a poco la obligaras a que busque por otros medios tener hijos, ya sabes a que me refiero. - le susurro con malicia. - Te engañara…

- ¿Como estas tan segura? – le pregunto él sintiendo como el miedo se apoderaba de él. Si tal cosa sucediera, el simplemente moriría de pena.

- Es obvio, como ya te dije, la vida tiene un ciclo.

- ¡No todos nos regimos por ese ciclo!

- ¡Por supuesto! – Comento emocionada - Los vampiros como tu y como yo no lo hacen, por eso debes estar conmigo, déjala ir Jacob, deja a la humana.

- Ella no me engañaría.

- ¿Como estas tan seguro de eso?

Jacob no respondió, el mal humor se estaba apoderando de él, todos esos días con Renesmee habían sido como un sueño en el cual el no había tenido memoria, pero entonces había regresado Leah para recordarle toda la humillación que alguna vez había vivido, al ser engañado y traicionado por Elizabeth, la esposa de su padre, ella le había hecho creer que seria padre, para luego confesarle que le había mentido, no podría vivir de  nuevo algo así, y mucho menos ahora, que estaba tan unido a Renesmee, que le había entregado su corazón, seria una tragedia.

Renesmee estaba tensa, todas esas discusiones la ponían nerviosa, temía que en cualquier momento Jacob se rindiera y tomara la decisión de abandonarla e irse con Leah, o peor, temía que cuando se enterara lo de su embarazo la rechazara y saliera corriendo a los brazos de la ofrecida esa.

- Solo lo sé. -  contesto algo nervioso y Leah lo noto, lo que le produjo una gran satisfacción.

Renesmee no lo soportaba mas, tenia que hacer algo, no podía permitir que Leah le siguiera llenando la cabeza de cucarachas a Jacob, ¡ya había sido suficiente con un día entero!

- Jacob – Renesmee salio casualmente detrás de la puerta de una de las habitaciones del pasillo en el que se encontraba. Fingió que se sorprendía al ver a Jacob, para evitar cualquier sospecha de expiación.

Jacob se veía algo alarmado e incomodo, y apresuradamente se acerco a ella, Leah  aprovecho el momento para dedicarle una mirada de odio a Renesmee, ya que ella le había interrumpido el único momento que tenia de hablar con el Rey.

- ¿Que hace ella aquí? – le pregunto Renesmee a Jacob sin ocultar la evidente molestia que le causaba verlo con su ex amante.

- Renesmee vamos a otro lugar – le pidió Jacob con delicadeza mientras la tomaba de la cintura y la halaba un poco para salir de allí.

- ¿Ella va a quedarse? – volvió a preguntar pero esta vez incrédula e indignada a la vez.

- Ahora te crees la dueña de este castillo como para decidir quien se queda y quien se va. – se río con sarcasmo.

- Considero un insulto su presencia en este castillo señora, y mas aun ahora que he notado que no deja de perseguir a Jacob.

- No es asunto tuyo lo que hablo o dejo de hablar con el Rey.

- Jacob, ¿dejaras que se quede aquí? – ella dirigió sus ojos al rostro de Jacob.

- Renesmee hablemos de esto en otro lado.

Un grupo de personas entraba al castillo con cierto alboroto, risas y charlas, al parecer venían de pasear a caballo por los terrenos del castillo.

- Espero que consideres lo que te he propuesto Jacob – Leah lo miro de arriba abajo y le sonrío, eso molesto a Renesmee aun mas, “Perra”, pensó.

Renesmee se zafo de los brazos de Jacob con ira, ¿como era posibles que le permitiera a aquella mujer hacer lo que se le diera la gana?, ¿es que acaso aun sentía algo por ella?, ¿sentiría aun alguna especie de debilidad por ella? ¡Maldición!

- ¿Renesmee que te ocurre? – pregunto Jacob mientras la seguía por el corredor del solitario segundo piso, lejos de la gente.

- ¿Que me ocurre? – se detuvo, y lo encaro, estaba bastante molesta con Jacob – ¿como puedes preguntarme que me ocurre?, sabes muy bien que es lo que me ocurre.

- No lo se con exactitud, solo estaba charlando con Leah…

- ¡Si claro! Solo charlaban, desde ayer te he visto con ella, ¿que es lo que tanto tienes que charlar con tu ex amante?

- No es lo que estas pensando, no hacemos nada malo.

- ¿Porque vino? ¿Para que?

- No lo se Renesmee… - contesto él peinándose nerviosamente el cabello.

- Ella debe irse.

- Pero… no puedo echarla. – le dijo algo frustrado.

- ¿Porque no?

- Porque es parte de la comunidad vampirica, el resto de los invitados se enterarían de una u otra forma y lo considerarían un insulto.

- Al diablo la comunidad vampirica, esa mujer no sabe lo que significa el respeto, ¡es una zorra!

- ¡Renesmee por favor basta!, solo… ignórala. – comento exasperadamente.

- ¿Ignórala? – la incredulidad se apodero de ella de nuevo. – ¿me estas hablando en serio?

- Si Renesmee, hablo en serio.

Ella se le quedo mirando con los ojos muy abiertos, estaba insoportablemente indignada, aquello no podía ser cierto, ¿como es que a él le daba igual lo que ella sintiera? ¿Por qué tenia que aguantarse a esa cretina?

- Te esta poniendo en mi contra. – se sincero ella, no podía seguir escondiendo que había escuchado algunas conversaciones entre ellos.

Jacob se paralizo, la miro con sorpresa,  y luego le dio paso a la rabia.

- ¿Nos has estado espiando? – le pregunto mirándola con el seño fruncido, la sospecha de que ella podría haberlo estado espiando le molestaba enormemente, y Renesmee palideció ante el pequeño asomo de ira que destellaba en sus ojos, ¿Por qué le enojaba tanto?

- Si. – dijo secamente mientras sus ojos se humedecían. A Jacob una vena de la sien se le marco con profundidad, esta palpitaba visiblemente, su mandíbula había adoptado cierta tensión que se manifestaba en la rigidez de los músculos de su cara.

- No me gusta que me espíen – le dijo Jacob fríamente. – No debiste hacerlo. - . Renesmee no podía creer que fuera tan importante para él tener algún tipo de privacidad con Leah, y mucho menos mantener secretos con ella, sobretodo un secreto que revelaba como romper el lazo, Jacob nuevamente volvía a ponerla en su lugar, donde merecía estar una simple humana pobre como ella.

- ¿Acaso tienes algún secreto importante con ella? – le pregunto viéndolo con toda la fortaleza que logro reunir, pues Jacob era la viva imagen de la frialdad y la ira, él simplemente era atemorizante, y eso a ella lejos de asustarla, le dolía.

- ¿Que oíste? – le pregunto en un quedo susurro, Jacob ahora mostraba cierto temor en sus ojos.

- Nada.

- ¡¿Que oíste?! – le grito y Renesmee se aterrorizó, Jacob parecía estar a punto de atacar a alguien. Pero inmediatamente él se arrepintió de haberlo hecho. Renesmee había comenzado a retroceder para alejarse de él, un posible ataque no solo la dañaría a ella, también dañaría a su bebé, y eso jamás se lo podría perdonar.

- Renesmee. -  la llamo con ira contenida, pero no hacia ella, se odiaba a si mismo, por  no haber sido mas cuidadoso, la sola idea de que ella supiera de lo del rompimiento del lazo, y ese ser llamado Tenebrae, le ponía los pelos de punta, ella no le había dicho nada, y no saber que información manejaba ella, lo frustraba, tenia que saber, odiaría que huyera de nuevo del castillo.

Renesmee se había ido, dejándolo solo en el silencioso pasillo, con su miserable disculpa no manifestada, aquella que tenia atascada en la garganta, pero podía soportarlo, siempre y cuando ella estuviera bajo su mismo techo, podría soportarlo.

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Eran las 8:00 de la noche, y los invitados caminaban por el castillo, muy emocionados por el paseo que habían disfrutado todo el día, los elegantes sirvientes estaban apostados en la entrada del majestuoso comedor para guiar a la gente, la cena estaba lista, y los invitados ya se habían aseado y vestido para la ocasión,  el comedor era enorme, la mayoría de los objetos que allí se encontraban, como candelabros, sillas, cubiertos, entre otros adornos, eran de oro.

Las hermosas esculturas de mármol  le daban un glamoroso aire a la estancia, que además gozaba de una fuente con agua, al fondo de la habitación, dentro habían verdaderos cisnes blancos, que nadaban pacíficamente en la superficie del estanque que presumía alegres luces de colores, el agradable sonido de la caída del agua era música relajante para Renesmee, quien procuraba distraer su afligida mente en cualquier otra cosa que no fuera Jacob y la “vampi-perra”.

- Como te decía querida el verano seria adecuado para… - Renesmee oía las conversaciones como si estuviera a kilómetros de la gente, la ira hacia que los oídos le zumbaran, todo el día había sido un desastre, después de la discusión con Jacob, en el que había defendido a Leah, y no conforme con eso le había gritado, ella se había ido a su habitación a llorar como una idiota, y  tenia la esperanza de que él la fuera a buscar para pedirle disculpas, pero no lo hizo.

Sin embargo aquello quizás habría podido pasarlo sin tantas molestias, pero lo que acaba de ocurrir hacia unos minutos era imperdonable.

Tratando de ocultar la hinchazón de sus ojos, con algo de maquillaje Renesmee había bajado al comedor por petición de Sara, pues era la hora de la cena.

Se sorprendió al ver toda la gente en el comedor, pues esperaba cenar como siempre lo hacían, íntimamente, Sara, Jacob y ella, pero había olvidado que habían invitados en el castillo y obviamente estos los acompañarían esa noche.

Al entrar por la puerta del comedor, algunas personas la miraban con la acostumbrada molestia y desagrado que les causaba su andar, ella los ignoro.

Por un segundo cruzo sus ojos con los de Jacob, quien esperaba ansioso su llegada. Al notar su enrojecida y triste mirada se sintió como una bazofia, pero enseguida recupero su animosidad, al recordar que para aquella noche tenia pensado por fin presentarla ante todos como su mujer, y futura esposa, y de ese modo se acabarían los malos entendidos sobre con quien él deseaba estar, Leah terminaría de comprender que no quería regresar con ella, y Renesmee y él  estarían felices de una vez por todas.

En la alargada mesa de madera enchapada en oro, estaban ya sentadas todos los invitados, Jacob se encontraba en la cabecera de la mesa, y Sara en la cabecera del otro extremo. Al lado de Jacob había una silla vacía, obviamente era su lugar, camino hacia allí con pasos lentos y seguros, pero entonces sintió como un frío se apoderaba de su cuerpo por la impresión de lo que veía, observo como Leah caminaba apresuradamente y mas rápido que ella hacia la mesa, justo al lado de Jacob, la miraba con una media sonrisa de burla  mientras se sentaba en la silla que se suponía era su sitio, Leah le había quitado el lugar apropósito,  y su estomago sufrió un espasmo de dolor al ver que Jacob la miraba avergonzado y no hacia nada para sacarla de allí.

Renesmee se giro y camino hacia el otro extremo de la mesa, donde se encontraba Sara, se sentó a su lado, muy lejos de Jacob, con la rabia brotando de su cuerpo, se obligo a no derramar ni una sola lágrima, no lo merecía. Nadie había notado la situación, pues la gente pensaba que ella era una simple humana cualquiera, que estaba allí quizás por lastima.

Al sentarse en su silla escucho casualmente la conversación entre dos jóvenes que estaban justo a su lado.

- Siempre supe que ente el Rey y la viuda Clearwater había algo. – decía animosamente la risueña joven de cabellos negros, a su amiga, una pelirroja muy pecosa.

- Hacen bonita pareja. – respondió esta pestañeando mucho.

- Si, pero ella es una arpía, ya sabes, todos sus maridos han muerto, y curiosamente ella cada vez se hace mas rica.

- De igual forma al Rey parece gustarle su compañía. – aseguro la pecosa.

Renesmee tenia ganas de salir corriendo de allí, cuando vio a Leah desde lo lejos posar delicadamente su manos sobre la de Jacob, girar su rostro hacia ella con una gran sonrisa para asegurarse que Renesmee la veía, sin embargo la satisfacción no tardo en llegar cuando tímidamente Jacob la retiro, rompiendo el contacto, para tomar una copa y beber algo de vino.

Leah ignoro el gesto, y siguió hablando, para llamar su atención. Renesmee sentía ganas de subirse sobre la gran mesa, caminar hacia ella y patearle el rostro para que cayera al suelo, muy lejos de Jacob.

Sara charlaba amenamente con una mujer de cabellos blancos, una anciana con lentes como lupas.

- ¿Querida estas bien? – le pregunto alguien a su lado.

Era Bella Cullen, aquella mujer que se había quedado impresionada el día anterior al conocerla, ahora le palmeaba la mano cariñosamente para llamar su atención.

- Si, estoy bien – trato de sonreírle, pero sus labios estaban tan tensos que fallo en el intento.

- No lo pareces, te ves afligida. – Bella la miraba con suavidad, y Renesmee sintió cierto consuelo al refugiarse en sus ojos, tanto fue así, que sintió como una lagrima se escapaba de su ojo derecho, y se la seco con la mano rápidamente antes de que la gente lo notara, nadie se dio cuenta, pero Bella si.

–Lo… lo siento.

- ¿Que ha pasado Renesmee? ¿Porque estas tan triste? – insistió Bella.

- No ha pasado nada, solo me siento un poco cansada – mintió ella.

- Nadie llora por estar cansado. – Bella la miro penetrantemente con sus ojos color chocolate, curiosamente eran muy parecidos a los de ella. – ¿quizás sea por el embarazo? – termino ella en un susurro.

Renesmee se quedo con la boca abierta, se suponía que aquella información solo la manejaban ella, Sara y el doctor Cullen.

- Se supone que es un secreto – le dijo Renesmee bajito, mirando a los lados, para verificar que nadie las había oído.

- Lo siento cariño, Carlise es mi suegro, y pues… No es culpa de él, yo lo escuche, mientras lo consultaba con Edward, él también es medico, y estaban analizando como es que una humana había quedado embarazada de un vampiro, yo solo escuche por casualidad. – se disculpo.

- Y… ¿que dedujeron? – quiso saber ella, le parecía mas interesante saber la teoría de los doctores, que enojarse con Bella por haber oído lo que no debía.

- No lo se, tendrás que hablar con ellos – le contesto – puedo arreglar una reunión con Edward y Carlise si así lo deseas.

- Seria maravilloso – y le sonrío.

- Así me gusta pequeña, sonriendo te ves mas hermosa – Renesmee le agradeció con la mirada, pero entonces escucho a alguien hablar sobre una “humana” y volteo a mirar a Jacob quien se encontraba prestándole atención a algo que decía Leah y entonces instantáneamente su mal humor volvió.

- Matilde, ella no es “la humana” – escucho que decía Sara en voz alta, respondiendo a una pregunta que había hecho uno de los invitados, mágicamente la atención de todos los que allí se encontraban se poso en Sara.

- ¿Entonces quien es la chica?, conozco a todos los vampiros que viven en Garnicov, y por su olor puedo asegurar que no es una vampiro. El día de ayer el Rey tampoco nos aclaro quien era. – decía una mujer de mediana edad, había sido una de las que la miraban con molestia, le dedico a Renesmee una sonrisa hipócrita, que ella no respondió, miro a Sara para evitar cruzar miradas con esa horrible mujer.

- Precisamente estaba por comunicarles que… – comenzó Jacob con una calida sonrisa, quien se disponía a levantarse para hacer un anuncio, Renesmee se alarmó, y entonces se apresuro a lo que sospechaba que venia.

- Soy una amiga – soltó Renesmee repentinamente, la atención de las personas estaba en Jacob y luego recayó en ella. – Una… amiga de los Black.

Jacob se había quedado paralizado a medio camino de levantarse completamente de su silla, su cara era de una total y profunda confusión. La gente se había escandalizado un poco con la interrupción de Renesmee, pues le había quitado la palabra al mismísimo Rey sin pedir permiso. Renesmee intento no mirarlo, pero era imposible no hacerlo, le dolía, sobretodo había algo en su pecho, una profunda desilusión compartida, en los ojos de Jacob se podía notar también la decepción, lentamente volvió a sentarse en su puesto ahora con el dolor que le causaba el evidente rechazo de Renesmee reflejado en el rostro.

A su lado Leah brillaba de la felicidad por aquella interrupción, ella también sabia cuales eran las intensiones de Jacob, Leah se burlaba de la mala educación de Renesmee con un grupo de jóvenes mujeres, quienes la miraban horrorizadas, y soltaban risitas tontas ante los comentarios maliciosos de ella. A Renesmee se la estaba comiendo la ira, sentía como sus mejillas enrojecían, y a su lado Bella decía “tranquila”.

- Pues, si, es cierto – decía Sara un poco asombrada también  por lo que había hecho Renesmee, la idea en general era que Jacob la reconociera públicamente como su pareja, de ese modo la comunidad se iría acostumbrando a ella como la futura reina de Garnicov. Pero Renesmee se había negado a los planes a ultima hora, ella estaba tan molesta, que se había negado a ser presentada de esa manera, porque simplemente no seria una hipócrita con sus sentimientos, ella no se uniría a Jacob si este no le daba su lugar ante Leah, no podía taparse los ojos y dejar de ver que no todo era como ella había pensado, entre ellos no había sinceridad, Jacob le estaba ocultando muchas cosas, cuando ella si había sido sincera con él, no era justo, así nunca tendrían una familia sana y feliz -  es una amiga, pero también es como mi hija, por eso Jacob y yo deseamos que sea tratada con respeto – la palabra respeto fue dicha de manera dura, Sara buscaba que sus palabras fueran tomadas al pie de la letra, y estaba en su derecho, pues era la Reina. – y sobretodo como parte de esta familia, señores y señoras les presento a Renesmee Black, y les invito a hacer un brindis por ella.

Todos al mismo tiempo levantaron sus copas e hicieron el brindis repitiendo su nuevo nombre, todos menos Leah y algunas otras personas que visiblemente les desagradaba la presencia de Renesmee, Sara los ignoro. Al otro extremo Jacob veía a Renesmee con ansiedad, esperaba con urgencia que esa maldita cena acabara, necesitaba hablar con ella.

Cuando la cena culmino finalmente entre risas, chistes, y charlas en las que Renesmee no participo, y Jacob estaba cansado de que Leah tratara de llamar su atención, ambos se levantaron apresuradamente sin despedirse de los invitados.

- Jacob – lo llamo Leah, pero Jacob la ignoro, sus ojos estaban fijos en Renesmee, quien en ese momento se despedía de Bella y se escabullía discretamente de la estancia.

Jacob la siguió hasta su habitación.

Renesmee escucho que alguien abría la puerta de su habitación y la cerraba de nuevo.

- ¿Que haces aquí? – la pregunta salio con dureza. Ella estaba a punto de irse al baño a ducharse para meterse en la cama a dormir.

- Quería aclarar las cosas contigo – le dijo con precaución, no sabia si ella estaba tan molesta con él como para echarlo de su habitación.

- No hace falta, en el comedor me quedo todo muy claro – respondió ella mientras se sentaba en la suave cama y se quitaba los zapatos.

- Las cosas no son como parecen.

- ¿Ah no? ¿Y como son?, porque te vi muy cómodo con tu acompañante durante la cena.

- ¿Como querías que le dijera a Leah que se fuera a sentar a otro lado? – se comenzó a exasperar pues Renesmee no estaba entendiendo su punto de vista.

- Simple – contesto secamente, levantándose de la cama y mirándolo a la cara desafiante – Solo tenías que decir, “ese puesto esta ocupado ya” y listo. ¿Tanto esfuerzo te costaba?, ¿o es que preferías tenerla a ella cerca?, ¡Oh! ¡No claro! ¡Querías darle el gusto de que pueda seguir restregándome en la cara que aun hace contigo lo que a ella le da la gana!

- ¡Nadie puede hacer conmigo lo que le de la gana! – ahora estaba mas molesto aun, al darse cuenta de que ella lo miraba acusadoramente, haciéndole ver que no podía controlar su temperamento en una discusión, Jacob respiro para tranquilizarse.

- Si vas a comenzar a gritarme te agradezco que te vallas. - dijo apuntando con el dedo hacia la puerta.

- Es mi casa, y puedo estar donde se me de la gana, cuando se me de la gana. – contesto con irritado.

Renesmee lo miro con odio, nuevamente le tocaba el orgullo, y entonces camino hacia el armario, lo abrió con fuerza, y saco un vestido para dormir. Se planto frente a Jacob.

- ¡Bien!, ¡entonces me largo a otra parte a dormir! – y entonces camino hacia la puerta dejando a Jacob confundido.

Jacob reacciono rápido, camino hacia la puerta y la cerro con llave.

- ¡Quítate! ¡No quiero estar en el mismo lugar donde estés tú!– Jacob camino con decisión hacia ella y la apreso entre sus brazos, Renesmee forcejeaba porque Jacob se rehusaba a soltarla.

- No te iras.

- ¡Me quiero ir!, ¡déjame! ¡¿Por que no te vas a buscarla a ella?!

- ¿Podrías abandonar el sarcasmo de una buena vez?

- A lo mejor te gusta más el sarcasmo de ella. – espeto con una ceja alzada.

- No me gusta el sarcasmo. – puntualizó el moreno.

- Hipócrita.

- ¿Por que? ¿Por que no la eché del castillo?

- Por que te gusta y no lo admites – volvió a forcejear.

- ¡No me gusta Leah! ¿No entiendes que no puede gustarme nadie más?

- Pero te gustaría tener la libertad de hacerlo, ¿no es cierto? – Renesmee estaba tocando fondo, estaba llegando al punto, el rompimiento del lazo, y llegar allí la metería en problemas.

- ¿Por que piensas eso?

Ella no contesto al momento, levanto la cabeza y lo miro con rencor.

- Porque… me dolió que la hallas defendido.

- Renesmee, no la defendí, solo dije la verdad…

- Y permitiste que ocupara mi lugar en la mesa, ella me odia, y no pierde oportunidad de recalcarme que no soy digna de ti.

- Eso no es cierto.

- Tú actitud hacia ella no me demuestra lo contrario.

- Iba a hacer el anuncio de nuestro compromiso y no me dejaste, dijiste que solo eras mi amiga. – le reclamo. – ¿Porque lo hiciste?

-¡Por supuesto!, ¿que diría la gente? ¿Que soy tu prometida y andas pegado a la zorra esa? ¡Jamás! Puedo ser pobre, pero aun conservo intacta mi dignidad.

- Estas exagerando las cosas. No seas tan dramática.

La ira nuevamente la ataco.

- ¡¡¡ ¿Exagero?!!! – abrió mucho los ojos. -Oh no- pensó Jacob, ahora temía una nueva explosión. Ella bruscamente se giro entre sus brazos y quedo de espaldas a él, pero no logro escapar. – ¡no me toques! ¡NO ME TOQUES!, no entiendo que haces aquí, no entiendo, ella es quien debería estar en mi lugar, seguro quisieras que fuera ella ¿verdad? Te gustaría, ¡claro! ¿Como no me di cuenta antes? – soltó una retahíla de maldiciones, y seguía revolviéndose y forcejeando en sus brazos - A ella nunca la habrías intentado matar, con ella no te habría costado nada aceptar el lazo y ¡con ella no te rehusarías a tener hijos!

Para Jacob no era ningún esfuerzo mantenerla inmóvil, y sus intentos de morderlo, pellizcarlo y aruñarlo le parecían suaves cosquillas, sin embargo las lágrimas que brotaban como cascadas cristalinas por sus rojas mejillas, si que le causaban dolor y hacían que Jacob se odiara por no saber que hacer para consolarla.

- ¿Que tiene que ver el tema de los hijos aquí?... No te iras, por favor Renesmee, no quiero pelear mas contigo – Le suplico - ¿como puedes pensar eso? Tu eres la única con la que quiero estar unido – la miraba con sus negros y penetrantes ojos, ella dejo de forcejear al escucharlo, y no pudo resistirse mas, la verdad era que ella también lo necesitaba, ¡pero odiaba su actitud ante la imbécil de Leah!

Renesmee aun le daba la espalda, y decidió picarlo un poco más.

- La gente piensa que tú y Leah hacen una bonita pareja – dijo en un susurro, había cruzado sus brazos sobre su pecho, como una niña regañada.

Jacob se echo a reír. Aprovecho que había dejado de pelear para estrecharla mas en su cuerpo.

- No opino lo mismo, creo que tú y yo nos vemos mejor. – a ella esa respuesta le gusto, aunque no tanto como para perdonarle aun.

Renesmee se zafo de sus brazos repentinamente, aprovechando la baja de guardia de Jacob, este ultimo no pudo hacer nada.

- Renesmee – la llamo caminando hacia ella para volver a retenerla.

Ella recogió rápidamente el bonito vestido de hilo blanco para dormir que había caído al suelo y camino en silencio hacia el baño. Jacob la veía extrañado, ¿ahora actuaba como si nada hubiera pasado?

Se sentó en la cama a esperarla, no se iría sin terminar aquella discusión. Renesmee se tardo media hora, para luego salir completamente bañada, se había puesto el vestido blanco, que ahora Jacob se daba cuenta era para dormir, la tela transparente dejaba entrever su sonrosado cuerpo desnudo, Jacob suponía que el enrojecimiento se debía por la ducha de agua caliente.

No pudo evitar  mirarla fijamente, sus curvas no terminaban de volverlo loco, y sus pechos no se tomaban la molestia de ocultar la excitación que le producían ser observados por el.

Renesmee camino rápidamente a la cama para cubrirse con las finas sabanas, lo ultimo que deseaba era que Jacob le siguiera seduciendo con su mirada.

Le dio la espalda mientras apagaba las velas que se encontraban en el candelabro de la mesita de noche. Esperaba que con esa indirecta Jacob se rindiera y saliera de su habitación, para dejarla descansar.

Pero entonces sintió movimientos en la cama, unos zapatos rebotaban contra el suelo, el sonido de telas rozando entre si, luego cayendo al suelo, y finalmente sus brazos se colaron debajo de las sabanas para hacer contacto con su cuerpo.

- ¿Que haces? – susurro ella estremecida.

- Dormir contigo, siempre dormimos juntos. – contesto él muy cerca de su oído, pegando su abdomen a la parte baja de la espalda de ella.

- Si, pero dormimos en tu cuarto, no en el mío. – ella trataba de sonar enojada, pero era imposible cuando Jacob repartía pequeños besos en su cuello.

- ¿Quieres que vallamos a mi cuarto? – el abrasador aliento impactaba contra su mejilla, enfebreciéndole el cuerpo aun mas.

Decidió no dejarse llevar y para salir del trance envolvente que le provocaba la pasión, comenzó nuevamente  a revolverse entre los brazos de Jacob.

- No quiero, suéltame.

- Gatita, por favor…

- Suéltame. – Siguió forcejeando con los fuertes brazos que le envolvían las caderas, y tratando de alejar los calientes labios de Jacob lejos de su cuerpo, pero era inútil, no se había movido ni un milímetro.

- Hoy te he extrañado mucho. – Pero Renesmee no se atrevió a creerle.

Jacob había suspirado de alivio cuando ella había dejado de pelear contra él, la giro de cara a él y la apretó contra su pecho para apoyar sus labios en sus cabellos.

- Es mentira.

- No miento - le llevo la contraria él, la estrechaba en sus brazos y le acariciaba el cabello, ella había hundido su rostro en su pecho, buscando con su nariz entre las sabanas que cubrían su cuerpo, algún indicio de piel desnuda para poder absorber su exquisito olor de canela y chocolate.

- No me pareció que me hallas extrañado.

- Si te extrañe – el bajo sus labios a su mejilla buscando sus labios. – lo juro, te extrañe como un loco. Te amo. – le tomo el rostro y hundió su boca en la de ella, mordisqueándole los labios. - ¿me perdonas?

- No… - contesto ella totalmente perdida en sus labios. – No te perdono.

- Pero tendrás que perdonarme algún día – susurro mientras besaba su cuello y la apretaba más contra él.

- Algún día, que no será hoy… - suspiro.

- ¿Estas segura? – sus manos acariciaban su espalda, debajo del transparente vestido blanco.

- No… No estoy segura.- Jacob soltó una pausada y profunda carcajada mientras la despojaba del molesto vestido.

- Entonces esta es mi oportunidad para convencerte.

- Pues aprovéchala – lo asuso ella mientras enroscaba sus piernas en su cintura.

- Por cierto… - a Jacob le estaba costado pensar con normalidad, Renesmee ahora estaba completamente desnuda, con sus largos cabellos cobrizos extendidos por toda la cama, sus ojos marrones estaban oscurecidos por la pasión.

- ¿Que?

- Tengo hambre – dijo apasionada y sombríamente, y a ella eso la excito. Mucho mas por lo que venia a continuación, que por el mismo planteamiento de la idea. Ella le sujeto la cabeza, rodó para quedar de espaldas a la cama y él encima de ella, y lo guío a su cuello.

Desde la primera vez que le había mordido para tomar su sangre, se había vuelto casi una necesidad para su cuerpo alimentarlo. Apretó más sus piernas alrededor de sus caderas y gimió al sentir sus dientes hundiéndose en la carne de su cuello, y como siempre las succiones enloquecían su cuerpo causando una revolución sexual en ella.

Jacob se giro en la cama y coloco a Renesmee a horcadas sobre él, sin apartar la boca de su exquisito cuello. Se sentó en la cama con ella todavía sobre él, y le levanto las caderas para así poder permitir que su erección se deslizara dentro de ella. Renesmee prontamente comenzó a balancearse sobre él, suavemente, sintiendo como él la colmaba por completo, escuchando como los gemidos de ambos se entremezclaban, con el sudor brillando en sus cuerpos.

Los labios de él se separaron de su cuello para devorarle la boca, sus manos acompañaban y ayudaban a balancear sus caderas, para intensificar más el placer. Y prontamente el orgasmo impacto sus sentidos, dejándolos con deseos de repetir el acto.

La noche transcurrió entre besos, jadeos, y murmuraciones de amor, la habitación se lleno con el aroma de la pasión, haciendo todo mas irreal.

- Renesmee – la llamó él para saber si estaba despierta, tenían ya media hora en la misma posición, ella acurrucada en sus brazos, con el rostro escondido en su pecho.

- ¿Mmm…?

- ¿Crees que soy egoista?

- ¿Porque piensas eso? – pregunto con voz adormilada.

- Por que no te puedo dar hijos, y no quiero dejarte ir. – dijo él con inquietud.

Ella levanto la cabeza algo tensa, y lo miro a los ojos, él hizo lo mismo.

- Yo ya sabia en que me estaba metiendo antes de decidir quedarme contigo. No es cuestion de egoismo. – le aclaro, ella sabia que esa duda habia sido implantada por Leah, asi que desidió asegurarle que aquello no le afectaba, no permitiria que Leah le ganara en esta guerra.

- ¿Estas segura? – dijo con esperanza en los ojos – no quiero hablar de hijos en este momento, pero es posible que podamos adoptar uno algun dia, ¿no te molesta?

Renesmee se habia quedado muda, que debia decir. ¿No me molesta, pero no hace falta, porque ya estoy embarazada?, ¡no eso no!

- No, no me molesta – contesto con la boca seca. Pero la felicidad en el rostro de Jacob no tenia precio, solo con verlo asi, ya nada le importaba.

Finalmente ya exhaustos ambos se rindieron y cayeron en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente en la mañana, ambos recordaron que los invitados ese día partirían del castillo, así que se apresuraron a levantarse de la cama, pues ya se les hacia tarde, debido a la agotadora noche que habían tenido.

- ¿Estas listo? – pregunto ella, mientras él la cargaba en sus brazos para salir de la habitación.

- Por supuesto, limpio, vestido y perfumado. – le sonrío mientras le besaba la boca.

 Ella tenía los brazos enroscados en su cuello, y deslizaba su nariz por su rasposa mejilla, aquella mañana él no se había rasurado, así que una ligera sombra de barba adornaba su masculino y atractivo rostro.

- Perfumado con mis perfumes – lo miro divertido.

- Huelo a mujer. Me siento un afeminado. – afirmo él sonriendo.

- Pues hueles afeminadamente bien. – ella termino enterrando su nariz en su cuello, para embriagarse de su olor, realmente no olía a mujer, la curiosidad por saber a que olían sus perfumes lo llevo a aplicarse un poco, pero la verdad era que su olor natural era mas fuerte, así que la diferencia entre un aroma y otro no se notaba, prevalecía el suyo.

- Ponla en el suelo. –  le ordeno Sara a Jacob mientras se acercaba a ellos por el pasillo.

- ¿Que ocurre? – pregunto Jacob.

- No te preocupes, cosas de mujeres – ella le sonrío a su hijo, Jacob confundido la coloco delicadamente en el suelo.

- Hijo por favor déjanos un minuto a solas. – Jacob y Renesmee pusieron mala cara ante la perspectiva de alejarse uno del otro. – ¡por dios! ¡Solo será un minuto! – exclamo Sara.

Jacob acerco su rostro a Renesmee y la beso dulcemente.

- Ahora vuelvo - a regañadientes se alejo de ella.

- ¿Que ocurre Sara? – pregunto ella con ansiedad observando como Jacob desaparecía.

- ¡Sorpresa! – soltó Sara mostrándole un par de ¿zapatos?

Renesmee mostró un rostro de confusión.

- Pero… si ya tengo zapatos – le informo todavía confundida.

Sara rodó los ojos.

- Pero no unos como estos – le dijo animándola a que los viera con mas detenimiento.

- ¿Por que la suela de uno es mas alto que el otro? – pregunto ella tomando el par en sus manos, y observando la diferencia. Eran unas zapatillas muy elegantes de cuero negro, el zapato que correspondía al pie derecho tenía una pequeña plataforma, mientras que el otro no.

- Porque están hechos a tu medida, tu pierna derecha es mas corta que la izquierda ¿no es cierto? – afirmo la Reina a lo que Renesmee asintió comprendiendo por fin el punto al que quería llegar Sara.

- ¿Estos zapatos harán que deje de cojear? – le pregunto ya sabiendo la respuesta, y cuando Sara asintió, a Renesmee se le escapo una lagrima de su ojos izquierdo. – Gracias Sara. – la abrazo.

- No es nada mi niña.

- Si lo es, para mi si, nunca nadie se había preocupado por mi como lo hacen tú y Jacob. – Sara le sonrío algo emocionada.

- Bueno, pero pruébatelos, además también lo he hecho por mi nieto. Carlise me ha dicho que ese defecto podría causarle daño.

- ¿Por qué? – pregunto aterrada, instantáneamente se había paralizado.

- Calma cariño – Sara la tranquilizo -  veras, al parecer ese brusco balanceo al caminar podría causar algunas complicaciones en el desarrollo del embarazo, entonces Carlise ha dicho que lo mejor será que uses estos zapatos para evitar cualquier problema.

Renesmee inmediatamente se quito los zapatos para usar los nuevos, eran bastante cómodos, pero la prueba verdadera vendría cuando comenzara a caminar.

- Vamos, no tengas miedo.

- ¿Y si me caigo? – pregunto ella, repentinamente sintiéndose insegura, sentía sus piernas en una posición diferente, y ello le causaba una sensación de extrañeza.

- No lo harás, de todas formas estoy aquí para socorrerte, vamos, da unos cuantos pasos hacia mi.

Renesmee respiro hondo, y adelanto el pie izquierdo ante el derecho, dio el primer paso, y luego repitió el proceso con el derecho. Sorprendida comenzó a caminar con mas seguridad, Sara sonreía de felicidad al igual que ella.

- ¡Ves! ¡Son perfectos! ¡Ya no cojeas! – decía emocionada.

Renesmee también notaba la diferencia, su pie derecho ya no descendía al dar un paso, ¡ahora estaba a la misma altura del izquierdo!

- Es… maravilloso – dijo sin aliento.

- Ve a contárselo a Jacob, anda – le aconsejo la Reina.

- ¡Gracias Sara! – le dijo después de abrazarla de nuevo, y caminando cada vez con mas seguridad por el pasillo, no cabía en si de felicidad, y los sirvientes cuando la veían, la miraban sorprendidos al no notar su acostumbrado modo de andar.

A ella no le importaba nadie, solo Jacob, quería ver su rostro sorprendido cuando la viera caminar con normalidad hacia él.

Pero entonces no todo podía ser felicidad ¿verdad?

- Vaya, la coja ya no es coja – se había topado con Leah en uno de los pasillos.

Renesmee suspiro en resignación, decidió pasar de largo e ignorarla, pero Leah le impidió el paso atravesándose en su camino, claramente buscando molestarla.

Renesmee la miro con sorna, ¿así que ella quería jugar? Pues bien, Renesmee le daría una cucharada de su propia medicina.

- Vaya – Renesmee la miro de arriba abajo con desprecio – la zorra sigue siendo zorra. – y negó con la cabeza en señal de desaprobación.

Y entonces Leah llevada por la ira se planto frente a ella con aire amenazante.

- Ya me tienes harta – dijo con los dientes apretados – debo confesar que al principio me parecía divertido la perspectiva de aplastarte como una cucaracha.

Leah le toco un mechón de cabello con gesto de asco, Renesmee aparto su propio cabello de su contacto con el rostro crispado por la ira.

- Pero entonces las cosas se me han estado poniendo difíciles con Jacob, y ya no es divertido – le confeso con el fuego chispeando en sus ojos. – debo felicitarte, has resultado inteligente, sabes muy bien como jugar tus cartas.

- Si, pero al parecer usted no ha terminado de entender que este juego de cartas, se juega entre dos. – Renesmee la miraba desafiante, no bajaría su guardia. – me temo que usted aquí esta sobrando.

- No lo creo, cuando logre convencer a Jacob de que no eres mas que una insignificante humana, el volverá a mi, y entonces la que estará sobrando serás tú.

- ¿Esta segura de eso? – pregunto Renesmee apartándose el cabello del cuello para dejar claramente a la vista las marcas de los colmillos de Jacob en su piel.

- Eso tiene solución. – le aseguro la morena.

- Lo que no tiene solución es que en su vacía cabeza comprenda que Jacob solo quiso de usted sexo, en cambio de mí lo quiere todo.

Y entonces todo ocurrió muy rápido. Leah guiada por la ira levanto los brazos y enseñando sus blancos dientes empujo a Renesmee lejos de ella.

Renesmee sintió como el pánico le recorrió el cuerpo, no temía por ella, sino por su hijo. Pero no pudo evitar trastabillar con sus pies e impedir el fuerte impacto contra él suelo, cayendo tendida en la fría baldosa con un quejido. Sus manos se apoyaban en su vientre, buscando desesperadamente protegerlo de cualquier golpe.

Prontamente comenzó a sentir que algo caliente se deslizaba entre sus piernas.

- ¡Renesmee! – grito Jacob desde el final del pasillo, mientras corría hacia ella.  Leah permanecía congelada, con una mueca de horror en su rostro, y entonces Renesmee dirigió sus ojos allí hacia donde ella estaba viendo.

¡Sangre! ¡Oh dios mío! Era sangre en su propia ropa. Los finos hilos de sangre se deslizaban desde su vestido hasta el suelo.

- ¡Jacob! – las lagrimas salían de sus ojos producto del pánico y la desesperación, Renesmee trato de levantarse pero Jacob se lo impedía, él se había transportado a su lado en un abrir y cerrar de ojos.

- Calma – decía Jacob abrazándola contra su pecho y buscando el lugar de donde provenía la sangre. – ¿estas herida? ¡Carlise! – grito desesperado llamando al doctor con el que casualmente hablaba hace algunos minutos.

El doctor Cullen había llegado en segundos también, y apenas se había acercado a ella Renesmee lo había sujetado de la chaqueta para acercarlo más a su rostro.

- ¡Por favor, no permitas que le pase nada, por favor! – las suplicas fueron dichas con mucha fuerza y a su lado Jacob miraba a Renesmee confundido.

- Calma, hare todo lo posible. – le aseguro el doctor mirándola intensamente a los ojos, para luego deslizarlos hacia el confundido rostro de Jacob.
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Hola!, aquí nuevo cap, bastante largo por cierto, espero que les halla gustado. Aun estoy conmocionada por esta caída! Esperemos que no le pase nada al pequeño Jacobito L y que tal la Leah esa?! Como puede ser tan mala?, aunque al parecer lo hizo sin pensar, dejándose llevar por la ira, y Jacob esta apunto de enterarse! Dios! Me va a dar un infarto! jajaja. Bueno! Dejen sus comentarios mis niñas please J