I made this widget at MyFlashFetish.com.

Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




TAMBIEN PUEDEN PASAR POR EL BLOG DE MONY http://black-red-white-twilight.blogspot.com/ DONDE PODRAN LEER EXCELENTES HISTORIAS DE EXCELENTES ESCRITORAS COMO LO SON MONY, JOSENSO Y KRI! no olviden dejar sus comentarios porfavor besos :)




martes, 3 de abril de 2012

Capitulo 13:Tan cerca pero tan lejos.




Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. ¿Que hará? ¿Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? ¿Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 13: Tan cerca pero tan lejos.

- ¡Estas loco! ¡Loco!.

Renesmee lo miraba como si no lo conociera, como si fuera un desconocido que acababa de insultarla.
                        
- No lo hare. – determino ella mirándole con fiereza a los ojos.

- Si lo harás – le contradijo Jacob mientras le sostenía la mirada con igual intensidad – me lo debes.

Estaban en su habitación.

A Renesmee le había costado mucho convencer a los Cullen de que le dieran un poco de privacidad. Al principio Edward estaba increíblemente molesto, tanto, que le había gritado a Jacob que se marchara de su casa, y Jacob le había retado a que lo sacara con sus propias manos en una clara invitación a matarse a golpes, si es que los vampiros podían morir de esa forma, pero Carlise se había encargado de meterle algo de sentido común en la cabeza a Edward antes de que cometiera la locura de aceptar, y finalmente habían decidido que el Rey podía hablar con Renesmee a solas.

Sin embargo ella esperaba hacerlo en el despacho, donde se recibía a la visita, pero no pudo, Carlise le había dado la negativa, ella debía irse a la cama a descansar, su embarazo estaba muy adelantado, y su excursión fuera de casa había abarcado todo el día, estaba agotada.

- Toma. – Jacob saco una daga con empuñadura dorada y hoja de cristal, cuando él la acerco a ella, Renesmee pudo notar que contenía un humo negro. Jacob extendió el puñal hasta ella.

El pretendía que ella tomara la cosa en sus manos y le apuñalara en el corazón. – Hazlo. – le ordeno abriéndose la camisa y dejando a la vista su enorme pecho al desnudo, en sus ojos había una aterradora mirada de resolución.

-Vete al diablo. – le espeto Renesmee con furia.

Jacob la miro con odio y frustración. Ella no le entendía, no entendía que no tenía otra salida para su miserable vida, no entendía que no podía vivir ni un minuto más en ese infierno. Ella se veía muy bien, tranquila, en paz, no sufría por la separación, en cambio él sentía que se estaba quemando vivo.

- Eres una egoísta. – le reprocho él. – ¿serias capaz de dejarme sumido en esta desgracia?

- No es egoísmo, simplemente no voy a apuñalarte el corazón. ¿Estas loco?, ¡puedes morir!

- ¿Y a ti que te importa?

- No me convertiré en una asesina.

A Jacob le dolieron sus palabras, a ella no le importaba que él muriera, solo se preocupaba por no cargar con una muerte en su conciencia.

Estaba claro que el único idiota que se moría de dolor por aquella separación era él, ella quizás en todos esos meses había decidido hacer su vida con el padre de su hijo, él quizás había cometido un error al ir hasta allá, solo conseguiría lastimarse aun mas y molestarla a ella.

Por otra parte se avergonzaba de si mismo, porque aun, después de toda la desgracia que ella había provocado, él tenia esperanzas, quería averiguar y ver con sus propios ojos que ella no tenia a otro amante, que aun esperaba por él. ¿Pero para que? Si el rencor que tenia en su corazón jamás le permitiría perdonarla.

- No moriré.

- ¿Cómo lo sabes?

Jacob se ensimismo en sus propios pensamientos, la pregunta de Renesmee le daba vueltas en su cabeza, y entonces miro al suelo y dijo en un susurro.
                                                                                                  
- Morir seria un alivio para mí.- levanto la cabeza con una fría y triste sonrisa en sus labios mientras clavaba dolorosamente la mirada en sus ojos.- y las divinidades no lo permitirán, ellas quieren que sufra.

Renesmee lo vio con incredulidad, ¿Por qué decía eso?

- Jacob – le dijo sorprendida – ¿como podrían ellas odiarte de esa forma?, además… - lo miro confundida. - ¿Realmente quieres morir?

Jacob adopto una expresión molesta y sombría.

- Eso ahora no importa.- le susurro fríamente.

Pero a ella si le importaba, y se maldecía por ello, porque se suponía que no debía importarle, porque rendirse al amor que sentía por Jacob la hacia débil, y ella no podía darse el lujo de ser débil por su hijo, ella no podía confiar nunca mas en Jacob, porque eso era un pase seguro al mundo de la rechazo y el abandono, ese lugar a donde él no se cansaba de enviarla una y otra vez desde que se conocieron.

Y aun así venia a esta casa a obligarla a que lo matase...

Pero eso no iba a ocurrir.

- Lo siento, no lo hare.- dijo Renesmee con determinación en su voz.
                                                                                                        
Jacob la miro con horror, como si fuera un animal herido e indefenso que estuviera siendo arrinconado por su dueño para ser asesinado brutalmente.

- Entonces buscare otra salida. – A Renesmee no le gusto lo que le vino a la mente con aquellas palabras. ¿Qué quiso decir con otra salida?, ¿acaso él realmente intentaría…?

-Jacob, podríamos solucionar esto como la gente madura, lo sabes. – Susurro ella, mirándolo ahora con pena, no se había dado cuenta de lo delgado que estaba, parecía haber adelgazado mucho en todos esos meses, y parte de ello se debía a que él ya no se alimentaba de ella, o mas bien, ya no quería hacerlo.

- No hay solución a esto.

- ¿Eres tan incapaz de abrirte a la verdad?

El Rey clavo su mirada llena de rencor en su vientre, para luego cambiar su expresión a una de profunda culpabilidad.

- Yo desearía que desapareciera.- un espasmo de dolor cruzo su rostro, Renesmee con pánico entendió que él hablaba de su hijo. ¿Pero, a que venia todo aquello?- quisiera que todo rastro de tu traición desapareciera para...- se detuvo abruptamente cuando poso sus ojos en su abultado vientre. El violento silencio se debió a que hablar de sentimientos en aquel momento era humillante y doloroso.

- Él no va a desaparecer. Yo jamás lo permitiría.- le dijo con cólera mientras protegía tiernamente con las manos su vientre de la mirada de Jacob.

- Lo se. - respondió estoicamente mientras se alejaba de ella caminando hacia el fondo de la habitación.- y no me importa- era un mentiroso, pensó para si mismo.
                                                                                   
Renesmee lo miro con ira, aquellas palabras le dolieron en lo mas profundo de su alma, el rechazo hacia su hijo era tan inconcebiblemente doloroso que no soportaba verle la cara a Jacob sin odiarle, y rechinando los dientes balbuceo- entonces lárgate- finalmente termino gritándole- ¡si no te importa nuestro hijo márchate y déjame en paz!

Jacob no grito, pero eso no impidió que sus palabras siguieran torturándola.

- No es mi hijo- contesto con dureza, pero la verdad era que en vez de odio lo que sentía era una ardiente y profunda envidia hacia desconocido padre de aquel bebé que ella llevaba en su vientre. Ese hombre lo tiene todo, todo lo que él deseaba, le había arrebatado todo lo que tenía y deseaba de la vida.

En ese momento Edward toco la puerta.

- ¿Ren? ¿Que esta pasando allí dentro?, ¿porque gritas? Abre la puerta.- le exigió enojado.

- Estoy bien Edward, yo solo... exagere.

Jacob la miro con la verdad en los ojos, era una pésima mentirosa.

Edward suspiro del otro lado de la puerta, la voz de Bella se le unió.

- Edward ya basta, déjalos hablar.- le regaño.

- Ella esta muy delicada, no debe agitarse Bella. – Decía Edward, como para que Jacob lo escuchara.

- Renesmee sabe eso, ella se controlara.                                                                                

Y diciendo eso sus voces desaparecieron.

- Solo hazlo y me machare lo mas pronto posible.- dijo el moreno tendiéndole la daga de nuevo.

- No.- se negó de nuevo. Renesmee estaba mas tranquila, era cierto ella debía ser mas cuidadosa con su salud. Pero no por eso seria menos firme.- aclararemos esto de una vez por todas.

- No he venido a hablar!.- gruño Jacob con ira. Pero ella no se dejo intimidar por su furia y lo ignoro.

- Entonces según tu conclusión mi hijo no es tuyo.- asintió ella, mientras hablaba con sarcasmo.- ¿serias tan amable de inventarle un padre también? Porque me gustaría avisarle que su hijo nacerá pronto.
                                                                                          
Jacob siguió mirándola con ira sin contestar a su burla. Así que ella siguió con el discurso.

- ¿Sabes? En un principio pensé que tu trauma con Elizabeth era el causante de tu rechazo a mi embarazo- ella estrechaba la mirada al verlo.- pero después me di cuenta que no era así. Ahora estoy segura que es por cobardía.

Jacob tenso el cuerpo y contrajo el rostro en una mueca de ira.

- Si, porque en vez de afrontar tus miedos, te quedas allí para que ellos decidan por ti, porque permites que ellos dirijan tu vida.

- ¿Cobardía? - Jacob se carcajeo amargamente.- ¿y me lo dice alguien que le teme a confiar?

- Por lo menos yo lo intente. Pero de nada sirvió, porque destrozaste mi confianza una y otra vez abandonándole, sin permitirme el derecho de explicarte mis motivos. – termino con la cara tensa por la rabia.

- Tu me acusas de cobarde, pero eres incapaz de ver tus propios defectos, y la verdad es que tienen uno muy grande, eres una mentirosa, ¿hasta donde pensabas llevar esta mentira?- le pregunto respirando forzadamente mientras se acercaba a ella con lentitud.

- No es una mentira.

- ¿Porque no me lo dijiste antes? ¿Porque permitiste que me enterara de tu embarazo aquella forma tan humillante?

Ella no sabía que responder a esa pregunta, ella había querido decírselo desde un principio pero temía a su reacción.

- Yo... Yo sabía que reaccionarias mal.- se defendió.

- ¡De cualquier forma iba a reaccionar mal! Pero tú silencio logro que desconfiara mas de ti, Callaste, y eso es una mentira más, ¿que esperabas de mí? ¿Que esperabas de un hombre que ha sido traicionado una y otra vez?

- ¡Que me comprendieras! ¡Que entendieras que este milagro también me ha sorprendido y sobretodo que creyeras que es tuyo!

- ¡Y yo esperaba que no me engañaras! ¡Tú! Entre todos, la única mujer que ha logrado que amara de verdad. No es justo.

Y ella odiaba admitir que realmente había cometido un error al ocultárselo, se había dejado llevar por el miedo. Había tenido buenas intenciones al callar, pero la verdad es que había empeorado todo. No había pensado en que había perdido mucho terreno en lograr que él le creyera, al no habérselo contado a tiempo.

- ¿Habría alguna diferencia si te hubiera contado la verdad en primer lugar?- le pregunto tensando las sabanas en las manos, y temiendo a la respuesta.

- No lo se, y tampoco lo sabremos nunca.- le dijo el apoyando la cabeza en la pared que estaba al lado de la ventana.

Cansados, estaban agotados de esta guerra que no llevaba a nada.

- Entiendo tus razones, pero no puedo aceptarlas.- le dijo Jacob con la mandíbula tensa, decidido a no demostrar ningún tipo de sentimiento.

- ¿De que razones hablas?- pregunto ella girando el rostro para verlo apoyado ahora en el alfeizar de la ventana mirando el cielo oscuro, tenia los ojos cerrados, estaba tratando de calmarse.

Jacob no pudo evitar que el dolor se expresara en su rostro.

- Yo no puedo darte hijos, y tu sueno es tener una familia- no pudo evitar la sorpresa en su rostro, él la conocía mejor de lo que pensaba, pero eso no cambiaba nada.- es obvio que te rehusaste a vivir sin esa opción.

- ¿Sigues con esa idea estúpida?- le dijo simplemente.

- No es estúpida, es lo mas lógico.

- Eres tan cerrado de mentalidad - le critico ella.- tan increíblemente cerrado. Eres incapaz de pensar en otra posibilidad con respecto a esta situación, solo partes de tú tragedia personal para hacerte una conclusión.

- ¿Entonces como explicas eso?- pregunto molesto señalándole el vientre.

- ¡Eso!- dijo con ira Renesmee- ¡es tu hijo! Y ya sabes como lo concebimos.

- Deja de burlarte de mi, y confiesa que te embarazaste de otro el día en que huiste del castillo!

Renesmee rechino los dientes, ya estaba harta de aquello, ella no haría nada al respecto.

- Confiésalo.- la presionó mirándola directamente a los ojos.

- No voy a mentir- ella ahora adopto una actitud serena, no le daría el gusto de verla desesperada.

- Entonces según tú, ¿que ocurrió? – quiso saber él.

- ¿Porque quieres oírme ahora? – lo miro con recelo. - No vas a creerme.

- Dímelo, quiero oírlo.                                                                                        

- El niño es tuyo, es todo lo que diré.

- ¡Mentira!- grito consternado.

- Cree lo que se te de la gana, no voy a permitir que sigas con este jueguito mental. Tampoco te necesito.- Renesmee estaba tranquila, su rostro lo miraba estoicamente.

Jacob caminaba desesperadamente de un lado a otro, como un animal enjaulado y herido.

- No es posible, los humanos y los vampiros no pueden concebir hijos, es contra natura, desde el inicio de mi raza eso nos ha quedado muy claro- susurraba rápidamente para convencerse de ello, porque su corazón estaba comenzando a jugarle sucio, quería soñar con lo que ella decía, creer en sus palabras, pero eso solo haría que el dolor fuera mas fuerte de lo que era, autoengañarse no podía ser una opción, si él le creía y descubriera que le había mentido no podría ni siquiera mantenerse en pie por el dolor.

Renesmee seguía con expresión impasible.

- Harías bien en buscar respuestas en las madres de tu raza. En las divinidades. - pero su reacción fue previsible.

- ¡NO!- grito con furia, luego se arrepintió de haberlo hecho, instintivamente él se preocupo por su salud., lo último que quería era agitarla en su estado, pero ¡maldita sea! Ella lo volvía loco.- no lo hare.

Renesmee suspiro con cansancio.

Jacob camino hacia ella de nuevo, con pasos sigilosos como los de un tigre, con su torso desnudo, se sentó insoportablemente cerca, tanto que ella sentía el calor emanando de él, y su seductor aroma achocolatado le llenaba la cabeza hasta marearla.

Jacob tomo delicadamente su mano, su rostro estaba muy serio, pero ella solo podía pensar en su suave toque y en su cuerpo, respondiendo a la cercanía de Jacob, la calentura le estaba ruborizando las mejillas, y se sentía húmeda en su entre pierna. Se maldecía por sentir aquello, él seguro no sentía lo mismo, porque la despreciaba y aborrecía.

- Aquí, hazlo de una vez, no alarguemos más esta agonía. Libéranos de este error.- Renesmee ante esas palabras salio de su ensoñación abruptamente, no se había dado cuenta de que él había envuelto sus dedos al rededor de la empuñadura de la daga. Pero lo que le había dolido era que él considerara error el sentimiento que sentían.

A ella se le humedecieron los ojos, algo que creía que nunca mas volvería a ocurrir, algo que solo el era capaz de producir, vio como el rostro de Jacob se suavizaba de su dura expresión y adoptaba una expresión de culpabilidad, mientras a ella se la estaba comiendo viva la ira y el rencor.

Vio como su mano estaba perfectamente posicionada con la punta de la daga sobre el corazón de Jacob, él había notado su rabia, y empujando el torso hacia adelante rasgo su propia piel morena, donde ahora goteaba la sangre, Renesmee solo debía tomar impulso con sus manos y clavar con fuerza la daga allí donde el quería, y acabaría con el dolor, o eso pensaban ambos, acabarían con el sufrimiento, seria el fin, Jacob podría irse feliz a hacer su vida con Leah o con cualquier otra, y ella se quedaría igual, porque un maldito lazo no le había impuesto nunca sentir amor por Jacob, quizás para él fuera así pero no era la ley en ella, nada cambiaria después de aquello.

-Por favor – susurro Jacob, clavando sus negros ojos en los de ella con súplica y Renesmee tembló de miedo ante lo que pensaba hacer.

Y entonces sintió como era consumida de nuevo por la ira ante lo injusto de aquella situación, y sintió como ese sentimiento se afianzaba cuando su hijo se movió dentro de ella. La rabia hizo que ella levantara la daga sobre su cabeza para tomar el impulso que necesitaba, pero no para apuñalarle el corazón y romper el lazo como Jacob tanto deseaba, sino para lanzar al suelo aquella daga maldita que ella se rehusaba a utilizar, cuando la cosa se estrello en el suelo y la hoja de cristal se partió en mil pedazos, ante la horrorizada mirada de Jacob, un extraño humo negro salio de los restos que habían quedado en el suelo.

El humo se arremolinaba extrañamente como si tuviera vida propia, parecía una serpiente retorciéndose en el aire, que rápidamente se había tornado fría. Renesmee tembló de pánico y sintió escalofríos, Jacob vio horrorizado como el espantoso humo se dirigía hacia Renesmee, rápidamente sin detenerse a pensar se interpuso para protegerla con su cuerpo.

El extraño humo se dirigía decidido a atacar, bordeo el cuerpo de Jacob con una rapidez impensable, dejándolo sin posibilidades de protegerla, Renesmee palideció mientras se protegía el vientre, pero sucedió algo extraño, el humo no pudo acercarse a ella, en cambio retrocedió ferozmente, como si la cosa pudiera pensar y estuviera espantada, al parecer algo en Renesmee lo hacia retroceder, como si para el humo maligno fuera insoportable acercarse a ella, y entonces el humo cambio de dirección, Renesmee entro en pánico y soltó un agudo grito mientras el humo impacto en el pecho desnudo de Jacob, este se doblo sobre si mismo sintiendo un fuerte dolor en el corazón.

- ¡Jacob! - grito Renesmee. La habitación rápidamente fue invadida por todos los Cullen, que habían acudido rápidamente al grito de la cobriza.

Edward fue directo hacia Renesmee, mientras que Carlise se dio cuenta rápidamente que algo malo iba con el Rey y acudió en su ayuda.

- ¡El humo! Entro en el pecho de Jacob, ¡lo absorbió en su cuerpo! - gritaba ella histérica mientras los Cullen la miraban sin entender.

- ¡Ren cálmate! No estamos entendiendo nada. - le dijo Edward. Pero Renesmee seguía gritando desesperada, ellos no entendían su pánico, porque ellos no habían visto el horror que acababa de presenciar.

Carlise afortunadamente comprendió la situación en la que se encontraba el Rey pero este insistía en que no le había ocurrido nada.

- Estoy bien, estoy bien.- decía Jacob para calmar a todo el mundo. - no me paso nada. Preocúpese por ella.- le dijo a Carlise mientras le echaba un ojo a Renesmee para asegurarse de que estaba bien.

- ¿Estas bien?- le pregunto él escudriñándola con la mirada para buscar alguna anomalía.

- Si, yo estoy bien.- susurro algo incómoda por la atención de todos sobre ella.

Todos se quedaron en un sepulcral silencio sin saber que hacer a continuación.

Jacob parecía querer decirle algo a Renesmee, pero los Cullen no paraban de mirar a uno y después a otro como esperando una explicación mas detallada de lo que había ocurrido.

Jacob frunció el ceño molesto, camino hacia la puerta y Renesmee se tenso, ¿Tan rápido se iba?

- Adiós. – gruño el Rey y salio rápidamente de la habitación.

Renesmee se agito, sintió deseos de salir corriendo detrás de él, para pedirle que se quedara, pero ella no iba a cometer ese error.

Jacob llego a la puerta de la casa Cullen, y cuando sujeto el pomo para abril la puerta escucho que lo llamaron.

- ¿Señor? ¡Su majestad! – decía el doctor Carlise mientras bajaba rápidamente las escaleras. – ¿Existe alguna posibilidad de que me permita hacerle un chequeo medico para estar seguros? Me ha parecido ver una pequeña mancha en…- pero Carlise fue interrumpido abruptamente por el rey.

- Muchas gracias Carlise, pero debo ir a atender algunos asuntos. – Si unos asuntos que incluían retorcerle el maldito pescuezo a Tenebrae, ese bastardo había querido joderlo, porque esa daga tenia algo extraño que él no entendía, pero era seguro que no habría roto el lazo, o al menos eso le parecía a él. Ese humo extraño tenia otro propósito. - Hasta luego.

- Pero… - la palabra murió en los labios de Carlise al ver como el Rey salía de su casa.

Pero entonces observo con desconcierto como el detuvo su andar repentinamente. El aire a su al rededor se había vuelto frío y pesado, algo maligno rondaba el exterior de la casa. Jacob soltó una maldición y con una mano en su pecho y el rostro deformado en una mueca de dolor, el Rey se giro sobre sus pies y callo arrodillado al suelo.

Carlise corrió a socorrerlo rápidamente, mientras Jacob yacía en la tierra retorciéndose de dolor.

- ¡Su majestad! Permítame...- pero el dolor no mitigaba, y el Rey seguía retorciéndose, no permitiéndole revisarle para saber de donde provenía... En el pecho de Jacob una mancha redonda, como tinta negra se esparcía con rapidez justo encima en donde se encontraba su corazón. El cuerpo de Jacob comenzó a sacudirse fuertemente, sus labios ahora estaban azules, y sus ojos en blanco, no había pupilas en ellos, en cambio, parecía que una mancha negra los comenzaba a teñir.

El Rey no parecía conciente de ello, porque no dejaba de revolcarse por el dolor que sentía en su pecho, este parecía provocarle una terrible agonía. Carlise no sabia que hacer, quería huir de allí porque el horroroso aspecto del Rey lo estaba asustando, pero no podía dejarlo allí, era el Rey y salvador de su raza, le debía la vida, y todo lo que tenia, incluso el regreso de su nieta. Pero ¿que podía hacer? Estaba muriendo, y él no entendía que le ocurría.

- Llévalo con ella.- dijo una suave voz detrás de Carlise.

El doctor asustado giro la cabeza para encontrarse con una mujer de increíble belleza, que despedía luz de su piel. Parecía un ángel.

- Su gracia... Madre Sapientia.- era la divinidad de la sabiduría. Sus negros cabellos bailaban al rededor de su hermoso rostro, como si una brisa natural los agitara, cuando era una noche cálida sin viento. - perdóneme pero... ¿Que ha dicho?

- Llévalo con Renesmee, con ella él estará bien. - Carlise miro automáticamente la mancha negra en el pecho del Rey. - eso no le hara daño a ella ni al bebe, tampoco a tú familia. El único al que puede atacar y matar es a él mismo. - dijo la divinidad mirando con sus intensos ojos azules al Rey, quien había abandonado su silenciosa lucha contra el dolor y había comenzado a gemir, el sudor estallo en su cuerpo empapándolo.- ve, sálvale la vida a tu Rey.- la apremio ella.
                   
Carlise abrazo a Jacob e inmediatamente lo transporto a la habitación de Renesmee. Ante la atónita mirada de la cobriza Jacob fue dejado en el suelo.

- ¿Que...? ¡Carlise! ¡¿Que le ha pasado a Jacob?

- Hizo un pacto con el diablo.

Renesmee volteo la cabeza y le sorprendió ver allí a la madre de la sabiduría.
                                                                                    
- ¿Que?...

- Jacob hizo un trato con Tenebrae, y fue engañado. - dijo Sapientia caminando con majestuosidad hacia Jacob, que había dejado de gemir, al parecer estar en aquella habitación lo aliviaba. Sapientia aparto la camisa del pecho de Jacob.

- ¿Que es esa horrible mancha? - pregunto Alice impresionada. Renesmee se sobresalto con su voz, se le había olvidado que los Cullen estaban allí.

- Es el mal. - dijo la divinidad, pero no con intención de responder, parecía que hablaba para si misma. Ella llevo su mano hacia el pecho del Rey pero sin tocarlo.- no puedo interferir en esto, la promesa del libre albedrío de la raza no me lo permite.- La diosa levanto sus misteriosos ojos hacia Renesmee.- Ven acá muchacha.

Renesmee abrió mucho los ojos, se preguntaba que era lo que aquella diosa quería de ella.

- Renesmee...- dijo alguien con pánico.

- Tranquila Bella- la calmo Carlise- no le sucederá nada, madre Sapientia no lo permitirá.

Cuando Renesmee llego a hasta ella, la divinidad la motivo a tocarlo, Jacob respiraba agitado y se retorcía levemente, intranquilo, sus ojos horriblemente blancos se tenían de negro a cada segundo.

- La oscuridad lo esta devorando. - susurro la diosa.

Renesmee asustada se apresuro a hacer lo que le decía Sapientia y puso la palma de su mano encima de su pecho, justo sobre su corazón.

- Observa con atención como lo alivias.- dijo Sapientia a su lado.

Renesmee no podía creer lo que había dicho, seguramente aquello era una equivocación, porque ella realmente no podía hacer tal cosa.

- Pero yo no... - entonces con sorpresa vio como el oscuro circulo que minutos antes crecia con alarmante rapidez sobre su corazón, ahora estaba remitiendo, disminuía en tamaño cada vez mas y con el se iba el dolor. Jacob gimió de alivio, y ahora respiraba acompasadamente conforme el círculo negro se reducía. Ahora podía ver claramente un extraño brillo que salía de ella mientras sanaba a Jacob de aquella maldad que lo envolvía. Era un brillo que salía de su cuerpo y sus manos, hermoso, extraño pero hermoso.

Los Cullen estaban asombrados ante aquella revelación.

Finalmente la mancha disminuyo hasta convertirse en un pequeño punto negro, que bien podría parecer un lunar, sino fuera tan oscuro.

Sapientia llevo su mano hacia el pantalón de Jacob y extrajo una botellita de metal rojo. Saco el tapón que cerraba aquella botella, pero de allí no salio nada. La divinidad miro el ahora apacible rostro de Jacob.

- Niño tonto.- le dijo, pero en su voz no había rastro de burla, ni de ira, al contrario, a Renesmee le pareció que lo decía como una madre triste.- no permitas que se aleje de ti hasta que consigamos la manera de librarlo de esto, si se aleja, morirá.

- ¿Cómo podría suceder eso? - pregunto Renesmee, aun no entendía mucho lo que allí sucedía.

Sapientia la miro fijamente a los ojos, buscando algo en su mirada, cuando lo encontró, sonrío, y le dijo con voz profunda.

- Tienes luz. – fue lo único que le dijo, y se desvaneció.

Renesmee quedo mas confundida que antes, ahora no sabia que implicaba todo aquello, lo único que sabia era que nuevamente la vida del Rey y la de ella volvían a estar mas unidas en lo que a términos de distancia se refiere, porque en lo que al corazón respecta, las cosas iban de mal en peor.

Pasada una hora, Jacob yacía dormido en un colchón que amablemente los hombres de la casa habían llevado al cuarto de Renesmee para el rey, suficientemente grande, y ahora estaban ellos dos solos, Jacob inconciente por el sueño y ella pensando en que finalmente no sabia a donde la llevaría todo aquello.

Giro su rostro para verlo, allí estaba él, con su apacible rostro iluminado por la luz de la luna, tan insoportablemente hermoso, ella lo amaba tal cual era él, con su mal humor, con sus molestos ceños fruncidos, con sus odiosas palabras de rechazo, porque cuando él admitía que la amaba, le daba mas de lo que la decepcionaba.

Pero todo tenía un límite, y ella había alcanzado el suyo.

-No lo hare, así que puedes comenzar a relajarte. – le susurro a su hijo, quien se removía ansioso dentro de ella.

Si, desde la primera vez que Jacob había entrado por la puerta de los Cullen el bebe lo había escuchado y no había dejado de moverse, porque sabia quien era él.

Antes de dejar el castillo, cuando todo iba bien entre Jacob y ella, el bebe había tenido tiempo suficiente para memorizar y reconocer la voz de su padre, una vez que ella había dejado el castillo hace meses, notaba un fuerte sentimiento que bien podría venir de ella misma, pero también lo percibía de su hijo, era "añoranza", lo extrañaban, y por muy loco que pudiera sonar, su bebe lo extrañaba también.

Y ahora que estaba cerca el pequeño estaba impaciente por escuchar la voz de su padre de nuevo.

- Calma pequeñín, harás que mami comience a aullar de dolor.- le dijo sonriendo.

Al día siguiente Renesmee se levanto muy temprano, quizás fuera por la novedad de tener a Jacob durmiendo nuevamente junto a ella. Dándose la vuelta en la cama volvió a dormirse pensando en que estaba molesta consigo misma porque su fuerza de voluntad fuera tan débil con respecto a el.

Horas mas tarde ambos se despertaron al mismo tiempo.

- ¿Que estoy haciendo aquí? – pregunto Jacob levantándose del colchón, con aires de estar muy confundido. Oh si ella tendría que despejar esa confusión contándole todo lo que sabia de lo ocurrido anoche.

Así que lo hizo, le contó absolutamente todo, y cuando termino el solo mostró molestia e ira, y contra todo pensamiento irracional Renesmee pensó que mostraba algo de… ¿alivio?... no podía ser, ella solo quería pensar que era así.

-¿Dices que tenia un circulo negro en mi pecho? – Renesmee asintió. – ¿y que tu hiciste que desapareciera?

- Bueno no lo desaparecí, allí tienes un punto negro aun. – Jacob se reviso el pecho.

- Pero es diminuto.

- Y si no habría sido por Sapientia no estuvieras sano. – dijo Renesmee.

-Pero tú me sanaste. – decía Jacob mirándola sorprendido.

- Sapientia…

- ¿Porque?

Renesmee se quedo con la boca abierta, no podía creer lo que él había preguntado, ¡dios! La pregunta era tan insultante, ¿como era posible que él no supiera lo que el significaba para ella?, ¿como podía él dudar de ello? cuando se había cansado de repetirle que lo amaba, cuando ella le había hecho el amor durante tantas noches, cuando llevaba su hijo en su vientre.

Sin poder evitarlo sus ojos se humedecieron, y ella rechino los dientes de ira.

Jacob la miraba sin entender.

- ¿Dije algo malo? – si no hubiera mostrado una expresión de desconcierto en su rostro ella habría creído que se estaba burlando.

Ella no respondió.

-Lo siento, si dije algo que te hirió. – Jacob se acerco a la cama y se sentó a su lado, sin tocarla. Parecía que tenía miedo de hacerlo. Enseguida bajo el rostro y fijo lentamente sus ojos en el abultado vientre de ella, pero ya no había tristeza cuando la miraba allí, ahora había… ¿curiosidad?, él miraba el vientre con anhelo, sus ojos se agrandaron cuando vio como este se expandía, pues el bebé dentro de ella se estaba estirando para hacerse mas espacio. – ¿Te duele? – pregunto con intriga.

- ¿Que?

- Cuando hace eso, ¿Te duele? – estaba asustado por la respuesta, ella lo sabia.

- No. – respondió Renesmee sin aliento, era la primera vez que hablaban del bebé sin que él estuviera molesto, triste o herido. Tal vez debería decir algo mas, pero no se le ocurría que decir.

Jacob la miro como pidiendo permiso para algo, pero ella no sabia para que, y entonces inseguro bajo lentamente la cabeza para acercar su rostro al vientre, Renesmee no sabia que intentaba hacer pero se quedo quieta como una roca, no quería interrumpir ese momento de conexión entre los tres.

A través de los ojos de Renesmee, Jacob parecía no saber si retroceder y resguardarse en el fondo de la habitación o seguir acercándose, dios, era tan inseguro en todo lo que respectaba al embarazo, parecía temerle a todo aquello, pero la curiosidad era mas fuerte que el temor, porque siguió acercándose, cuando su rostro estuvo lo suficientemente cerca comenzó a olisquear su barriga, Renesmee lo miro frunciendo el ceño, pero no se atrevió a decir nada, ella no sabia con exactitud como era el comportamiento de los vampiros respecto a sus hijos.

Cuando termino de olisquear levanto la cabeza mirándola confundido, luego midió su reacción para saber si a ella le molestaba lo que hacia, como no demostró incomodidad volvió a inclinar la cabeza con lentitud para acercar su oreja, él parecía oír algo.

- Es… - levanto la cabeza y la miro con desconcierto. Pero no dijo nada más.

- ¿Que?

Jacob estaba aturdido, pero maravillado. En sus ojos había temor y a la vez algo de emoción. Pero entonces su rostro se tiño de vergüenza por lo que acaba de hacer. Se estaba comportando como si estuviera intentando vincularse a ese niño.

- ¿Que pasa?

- Yo lo siento, no debí…

- ¿Porque? puedes… - y entones ella se sobresalto.

- ¿Que ocurre? – pregunto Jacob asustado, extendiendo sus manos hacia ella, la había sujetado por los antebrazos.

- Nada… solo un fue hipo. – dijo con simpleza, esperando que se tragara la mentira, pues la verdad era que el bebé se había emocionado de nuevo con la voz de Jacob, dando una patadita en su vientre especialmente fuerte.

- ¿Un…. Hipo? – dijo Jacob con la confusión reflejada en su cara, ella asintió, y entonces Jacob se echo a reír de alivio. – un hipo. - afirmo y siguió riendo, Renesmee no entendía que le causaba gracia, pero el sonido de su risa era tan bonita y pacifica, que se le quedo mirando fijamente para deleitarse con la visión que él le daba.

- ¿Porque ríes? – quiso saber, pero inmediatamente se arrepintió de preguntar.

- Yo pensé que…- su rostro confundido regreso, dejo de reír y se puso serio. – nada.

Renesmee no quería dejar de escuchar su risa.

- No. – le exigió derepente, molesta con él porque la privaba de su risa. – sigue riendo por favor. – y con precaución coloco su pequeña mano sobre la suya, la cual reposaba sobre la cama entre ellos dos.

Jacob se tenso abriendo mucho los ojos, mirándola con pánico, Renesmee pensó que aquello había sido un mal movimiento, pero entonces cuando la iba a retirar para no incomodarlo, él la sujeto con mucha fuerza y relajándose mientras se acostumbraba de nuevo a su toque.

- Pensé que temías que te tocara.

-Más miedo me da pensar que no me tocaras. – las palabras salieron sin su consentimiento pero él ignoro ese hecho, en cambio solo pudo pensar en la suavidad de su piel, y su dulce olor.

Para asombro de Renesmee se llevo la palma de su mano a los labios y aspiro fuerte, a ella se le puso la piel de gallina al sentir sus aterciopelados labios en su mano.

- ¿Que haces?

Pero él no respondió, en cambio cerro los ojos y busco mas de aquel adictivo olor, trepando por su brazo llego a su cuello, donde se concentraba más su perfume.

Gimió de deseo, por su sangre, sintió como los colmillos se alargaban en su boca, preparados para hundirse en la carne y comenzar a succionar. ¡Oh si!, sagrada orden, Incluso podía sentir el latido de su corazón bombeando la sangra a través de sus venas, sentía el latido de su yugular en sus propios colmillos, era tan exquisito el olor que desprendía, el olor de su excitación, que hacia que su sangre fluyera con mas rapidez, y el sudor fluyera, de sus zonas mas intimas, del centro de sus pechos, y podía sentir con claridad el calor emanando de su entrepierna.

Con toda la fuerza que pudo reunir giro el rostro hacia su mejilla, ella respiraba con dificultad, y de su cuerpo despedía mucho calor.

- ¿Te estoy asustando querida? – pregunto con voz ronca.

Renesmee solo pudo gimotear, con urgencia giro su rostro y se encontró a milímetros de su boca, ¡Oh dios!, su dulce boca, que ella moría por probar otra vez, sentía todo, desde sus manos acariciando sus muslos hasta su aliento chocando en su rostro, tan delicioso, con su mirada erótica, aun no había perdido todo su ser bajo aquella amargura que lo invadía.

-Jacob – susurro ella perdida en él.

Jacob estaba decidido a hundirse en esa boca hasta que ella lo obligara a romper el beso, se iba a zambullir entre sus calidos labios e iba a acariciar su dulce lengua hasta llenarla y cubrirla completamente con su sabor, para que nunca lo olvidara, para que supiera que nunca nadie iba a besarla como lo hacia él, si y lo iba a disfrutar como no tenia idea…

-¿Ren? Hey cariño, soy yo Henri. – Renesmee se tenso abriendo los ojos de par en par. – vengo a pasar un rato con mi pelirroja desafortunada favorita.

Jacob se alejo de ella rápidamente, mirándola con una cruda ira y tristeza, asimismo salio de la cama rápidamente rompiendo todo ambiente sensual y calido, ahora solo había frío.

- ¿Ren?...

El Rey camino hasta el fondo de la habitación con los puños cerrados y el rostro crispado por la ira. Renesmee no sabia que hacer, ¿Qué hacia Henri allí? ¿Es que acaso nadie le había impedido que subiera?

- ¿Cariño la puerta esta abierta, puedo pasar? – inmediatamente se escucho un gruñido proveniente del rincón donde se encontraba Jacob, Renesmee ahora temía por la vida de Henri.

- Es el padre de tu hijo. – Susurro el Rey como si se estuviera confirmando ese hecho.

- No, Henri…

Demasiado tarde, Henri entro con el rostro teñido de preocupación.

- Pensé que te había pasado algo, no respondías…

Henri se sobresalto por la frialdad de la habitación, sintió una presencia brutal allí, y cuando giro el rostro buscando el lugar de donde provenía se topó con el Rey.

El Rey se había posicionado frente a Henri mostrando los colmillos y gruñendo con ira, sus puños estaban cerrados, y a Renesmee la visión le mostraba una clara premonición de lo que iba a ocurrir a continuación si ella no lograba impedirlo, Henri iba a ser machacado y asesinado por el puño del Rey.
 *********************************************************************************

Los Cullen estaban reunidos en el despacho de la casa discutiendo.

- ¡No podemos hacer eso! Ahora no, se marchara Edward, ¡ella no volverá a confiar en nosotros!

- Bella por favor tranquilízate, debemos hacerlo, la Orden Divina nos lo ha impuesto. – le explicaba su esposo mientras ella sollozaba por el pánico.

- ¿Pero porque? ¿Porque ahora? – quiso saber Alice.

- No lo se con exactitud, pero al parecer Renesmee es una de ellas. – ante esa respuesta todos jadearon.

- ¿Que dices? – pregunto Bella horrorizada.

- Bella yo no entiendo esto más que tú, créeme, Sapientia solo insinúo que Renesmee debía conocer su linaje antes de unirse a ellas. – respondió Edward tenso.

- ¿Se va a ir? ¿Con… con la Orden? ¿No la veremos más? ¿Porque? ¿Como… como puede ser Renesmee una de ellas? Edward mi hija, no la quiero perder de nuevo, nuestro nieto, Edward por favor. – Bella se lanzo a los brazos de su marido, estaba a punto de desfallecer.

- Tranquila cariño. – la tranquilizo Edward estrechándola contra él. – Carlise habrá alguna posibilidad de que el rey pueda interceder para evitar esto?

- Pero es decisión de la Orden Divina, no pueden interferir en los deseaos de las madres de nuestra raza. – Hablo Rosalie escandalizada- ¡podrían molestarse y tomar represalias!

- ¡No permitiré que nadie mas me aparte de mi hija! – grito Bella histérica, miraba a Rosalie con un brillo asesino en los ojos, Edward la tenia sujetada de la cintura. – ¡Nadie, nunca mas!, ¡estoy dispuesta a ser maldecida por las divinidades por el resto de mi vida, prefiero irme al inframundo a servirle a Tenebrae antes que perderla de nuevo!

-¡Bella! – se horrorizo Alice ante sus palabras. Pero entonce Bella sintió que se le aflojaban las piernas y apoyo todo su peso en Edward, quien la llevo hasta el sofá para que pudiera descansar.

- Bella, calma – le susurraba Edward mientras Bella no apartaba la mirada de Rosalie, quien ahora estaba avergonzada y era consolada por Emmett.

- Carlise, ¿que opinas?

- No lo se Edward, no se realmente si el Rey tiene potestad para evitarlo, además las cosas entre él y Renesmee no van muy bien, la verdad no comprendo muy bien el punto de la Orden. – Reflexiono Carlise seriamente.

- Quizás si le demostramos que el pequeño es su hijo. – comento Edward.

- Esa seria una buena estrategia, lo tendríamos de nuestro lado. – opino por primera vez Jasper. – creo que deberíamos aprovechar el tiempo que pasara en esta casa para hacerle ver la realidad. ¿Crees que Renesmee tenga algún inconveniente con eso?

- No lo se. – contesto Edward pensativo.

- Edward – le llamo Bella. - si ella se entera que somos sus padres en este momento podría ser peligroso para su embarazo, además podría rechazarnos sin pensar con claridad, ha estado bajo presión, no lo tomara bien, querrá irse con la Orden, por favor, no se lo digamos aun. – le imploro Bella con lagrimas en los ojos mientras sentía que sus piernas temblaban.

- Esta bien cariño, esta bien, pero después no habrá tregua para nosotros, la Orden me han informado que si no se lo decimos nosotros – Edward la miro fijamente – lo harán ellas.
 ********************************************************************************

Perdonen que no actualice LVE, ¡me confundí! O.O! para cuando me di cuenta que tenia que actualizar LVE ya llevaba medio capitulo escrito de PO. Ok, me pongo a ello.

Espero que les haya gustado el cap ¡que locuras! Son tantas cosas, todo se complica para esta gente Jake y sus celos, y los Cullen con sus secretos, ¡ahora Renesmee…! ¡Oh dios! ¿Será de verdad una especie de Divinidad? O.o Apuestas, apuestas, apuestas XD