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Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




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sábado, 10 de septiembre de 2011

Placeres Oscuros: Capitulo 5: Hacerte el amor.


     

Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. Que hará? Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 5: Hacerte el amor.


       -Quizás estas muy cansado- comento Leah un poco preocupada.

Jacob yacía en su cama desnudo y boca abajo, su rostro estaba hundido entre la almohada, negaba con la cabeza.

         –Escucha, si quieres podemos intentarlo de nuevo. – dijo con su característica personalidad paciente, retirando la sabana blanca de  su cuerpo desnudo para incitarlo.

         -No. – Se dio la vuelta para quedar de espaldas a la cama, estaba tenso, su rostro denotaba molestia –no es cuestión de cansancio ni de nuevos intentos.– Leah lo miraba interrogativamente.

Jacob había llegado a su casa con la intención de acostarse con ella, Leah gustosa lo había aceptado, ambos se refugiaron en su habitación y se habían dado ardientes besos  y caricias exigentes que la hacían quemarse viva de deseo por él, sin embargo algo no iba bien, pues Jacob no parecía estar muy concentrado en lo que hacia, la pasión que lo caracterizaba, las caricias electrizantes, el calor abrumante, brillaban por su ausencia, y en cambio tenia en su cama a un Jacob apagado, pensativo, frío y al cual finalmente no había logrado provocarle una erección.

         -¿Entonces que es? – quiso saber ella.

Jacob medito sus palabras, no quería causar molestias a Leah, quien no era una mujer explosiva, ni de carácter fuerte, pero si muy rencorosa y astuta, lo sabia porque él había conocido a algunos de sus maridos, todos humanos, el primero un borracho, a quien le gustaban los burdeles y las prostitutas, las separaciones maritales no eran bien vistas ni aceptadas en la sociedad, Jacob sospechaba que aquel hombre no había muerto de un ataque al corazón por exceso de bebidas alcohólicas, los 4 maridos que les siguieron era solo viejos de casi 90 años, a quienes les gustaba tener una hermosa esposa que exhibir, para sentirse codiciado, todos fallecieron de muertes naturales, y por supuesto Leah había cosechado una cuantiosa fortuna a costa de ellos.

A pesar de ello, ella era una mujer muy sensible, atenta e inteligente, siempre procuraba hacerlo sentir bien, porque ambos se entendían, y compartían algo  muy íntimo y vergonzoso para ambos… la soledad.

Sin embargo, ¡joder! ¡Lo había intentado! ¡Realmente lo había hecho!, pero no podía dejar de pensar en la humana, era como si tuviera una imagen de ella pegada a la retina, donde quiera que mirara la veía, ¡y no podía concentrarse en nada mas!, no podía besar a Leah sin recordar sus sensuales y rojos labios deseando que fueran los de ella, su piel blanca, sus achocolatados ojos, Jesucristo, ese olor, de solo pensar en ello se volvía loco, la dulce voz que provenía de su deliciosa garganta, los gemidos que le había provocado esa mañana, aun recordaba como el caliente aliento de ella chocaba en su rostro, Jacob sentía que comenzaba a tener una erección, pero no diría nada a Leah, porque sabia que apenas ella lo tocara se desinflaría, ¡necesitaba verla ahora!, acariciarla, probar su sangre… Si, no había tenido la oportunidad de beber de su sangre, ¡dios! Debía hacerlo pronto, y deseaba desesperadamente que ella probara la suya, esta maldita obsesión lo iba a  matar.
 
Jacob suspiro de cansancio, había cruzado sus brazos bajo su cabeza, los músculos que tenia en sus brazos y pecho se tensaron.

            -Las divinidades han elegido a una mujer para mí. – soltó sin rodeos.

Leah se tenso, con el rostro serio volteo la cabeza para observar a Jacob, quien estaba justo a su lado, este no quería corresponderle la mirada.

           -¿Como? – le pregunto estoicamente, como siempre que una noticia respecto a Jacob le incomodaba o con la cual no estaba de acuerdo, era su manera de reaccionar para evitar importunarlo.

            -Pero no la quiero – mintió, las palabras salían como si fueran acido, como si le dolieran. Leah no noto el matiz con el cual lo había dicho, solo lo que quería oír, y respiro mas tranquila.

Le sonrío con emoción y le acaricio el bipcep, pero entonces se detuvo de nuevo preocupada. 

           –Espera, ¿quieres decir que las divinidades te han presentado a una mujer para que solo sea tu esposa o?… - sus ojos adquirieron cierto tono de pánico - ¿o te han puesto el lazo?

Jacob se levanto violentamente de la cama, tomo una toalla que reposaba en una silla para tapar su desnudez.

          – Me han impuesto el lazo. – susurro con ira, caminando hacia la amplia ventana que daba a los jardines de la mansión, el sol entraba a raudales.

Leah solo lo miraba angustiada, no podía creer lo que él había dicho.

          – No puede ser – soltó.

          -No se que hacer – dijo respirando hondo mientras su mirada se perdía por el verdoso paisaje. – esto cada vez se pone mas difícil.

         -¿A que te refieres? – le pregunto.

         -A que… ya vez – dijo exasperado sin mirarla – no funciono en la cama, ya sabes como es esto.

         -Si lo se – dijo Leah con la mirada triste y perdida, todos los vampiros lo sabían, era una tradición que era bien conocida por los vampiros, y se les hablaba a los niños gradualmente, conforme iban madurando. – El lazo esta hecho para que puedas encontrar el amor.

Jacob tenso la mandíbula y Leah se abrazo a si misma.

              – Es la unión de dos almas predestinadas, que se han encontrado en este mundo. La atracción es instantánea, la lujuria es constante, y el amor es permanente – Jacob quería que Leah se callara – es… casi una necesidad estar juntos, y cuando se separan… duele.

Leah lo miro a la cara, pero el seguía sin mirarla - no deseas estar con nadie mas, por eso no me deseas, la deseas solo a ella – le dijo con reproche - es una comunión sagrada. Estas destinado a vivir por ella y para ella, y su sangre… solo podrás beber de ella…

           -Es una esclavitud… - susurro Jacob.

           -No – le contradijo Leah. – es una bendición de las divinidades.

Jacob la miraba desconcertado, pues no esperaba que dijera eso. Ella se levanto de la cama, totalmente desnuda, sus negros cabellos y su piel morena relucían en el sol, lo halo para que volviera con ella al lecho, y se encaramo encima de él, sus senos chocaban contra su pecho.

         – Una bendición que no pienso facilitarle, porque tu eres mío – y entonces ella le clavo los colmillos en él cuello para alimentarse.

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Reneesme caminaba preocupada por su habitación, esa última orden que le habían hecho llegar las divinidades a Sara la inquietaba un poco, ¿ellas realmente querían que se casara con Jacob? ¿Bajo las leyes vampiricas?, ¡todo esto era una locura!... ¿o no?

Quizás no lo era, Reneesme toda su vida había vivido en la calle, primero en un orfanato desde que era un bebé, pero allí no había nada, no había tenido ni amigos, ni nadie que la quisiera, luego vivió en esa pequeña y vieja habitación que con mucho esfuerzo había alquilado, todo el dinero que ganaba en sus mal remunerados empleos lo gastaba en el pago de la renta y no le quedaba mucho para comer, nunca tuvo tiempo para hacer amistades, siempre estuvo sola, vagando por las calles, buscando alguien que le ofreciera trabajo para poder comer, anhelando una familia, y ahora…quizás ese hogar que ella tanto había soñado con tener estaba allí, ¿con Sara y el Rey?, pero parecía como si se estuviera aprovechando de la situación, sin embargo ella se conocía muy bien, no le importaba el lujo, la comodidad, si le tocara tener una familia pobre ella igual seria feliz, porque solo anhelaba compañía y amor.

Ella lo medito, y se pregunto, ¿porque no? el único problema que había era Jacob, quien la detestaba, pero también era cierto que a la vez la deseaba, y de eso estaba totalmente segura, por otra parte ella lo había deseado desde la primera vez que lo había visto, y lo había confirmado cuando él la había acariciado y besado bajo las calidas sabanas de su cama aquella mañana – Reneesme al recordar aquello tembló de deseo y se ruborizo - ¿realmente ella había querido yacer con él?... Si, ahora que lo pensaba lo deseaba mucho, tenerlo a él así tan cerca, se había sentido tan maravillosamente bien, que ella quería repetirlo muchas veces, y también quería que él se introdujera dentro de ella, de todas las formas posibles, él era un vigoroso hombre en toda su extensión, hermoso, valiente, él le había dado la libertad a su pueblo, les había dado paz, comida, salud, se podría decir que la felicidad de las personas se podía respirar, y todos esos logros hablaban bien de él, además, si era cierto que él era un grosero y mal educado, un huraño, malhumorado, pero ella podría hacerlo cambiar.

Quizás el tema de la descendencia era complicado, Sara le había explicado que ambas especies cuando se unían eran estériles, pero hacia mucho tiempo había ocurrido un caso muy raro, un vampiro había embarazado a una humana, pero la humana había soportado el embarazo a duras penas, y en el parto falleció, nunca se supo si el bebé sobrevivió, de todas maneras Sara le había aclarado que era una simple leyenda de su gente.

¡Pero ellos si tenían una solución, siempre estaba la opción de adoptar! ¿Cuantas veces ella misma deseo ser adoptada por padres amorosos que le dieran cobijo bajo su techo? Y al tema del sexo, ella confiaba que el podría ser cuidadoso, cuando la había acariciado el lo había sido. Y ella estaba segura que cuando le había gritado que le repugnaba su sangre se trataba solo de un berrinche, él la deseaba y punto.

Sara le había explicado que el lazo era una manera de encontrar tu verdadero amor, y si ella era el amor de Jacob y Jacob el amor de su vida, ¡entonces ahí estaba! ¡El amor lo haría cambiar!. Si sonaba hasta ridículo, pero nunca había sentido lo que sentía con él, era como si… fuera necesario tenerlo con ella.

Ahora solo tenia que comprobar la teoría de Sara con la verdadera realidad.

Reneesme estaba más relajada, la conclusión a la que había llegado le daban más seguridad, de ese modo salio de su habitación al pasillo, iría a buscar al Rey, necesitaba darle la noticia. Mientras cojeaba por el corredor directo al despacho, ella pensaba en que no esperaría una reacción de felicidad, ni tampoco de tolerancia, esperaba una verdadera explosión de su parte, pero con esta noticia ella podría convencerlo de empezar una amistad e ir conociéndose, y era posible que encontraran el amor una vez ya casados, ella sabia que cosas así sucedían frecuentemente en los matrimonios, y Reneesme conocía muy bien cuales eran sus dotes, y los usaría para conquistarlo.

En el pasillo se encontró con Patra, quien como siempre la miraba con desden y murmuraba cosas ofensivas.

         -¡Es una atrevida, resbalosa! Claro ahora es la querida del Rey, ¡lo que hace la gente por dinero! – murmuraba lo suficientemente alto para que Renesmee la escuchara. Pero Renesmee la ignoro, le importaba muy poco lo que ella pensara, total, Patra siempre la había odiado, y no se desviaría de su objetivo por esa vieja gruñona.

Ella se atuso la melena un poco y se aliso la falda del vestido, toco la puerta del despacho y espero a que él dijera “entre” para poder avanzar.

Dios mío, allí estaba él, tan abrumadoramente hermoso, el aura de poder que emanaba no era normal, estaba concentrado en varios pergaminos, con su corto y negro cabello azabache brillando a la luz del día, sus facciones masculinas gesticulaban una expresión de meditación, y allí estaba la conexión, aquello que la halaba hacia él, que le exigía permanecer a su lado, y ella no quera resistirse.

Carraspeo para hacerse notar y automáticamente Jacob levanto la mirada, cuando la vio su cuerpo se tenso, y su rostro nuevamente adquiría esa expresión odiosa.

¡Jesús! ¿Es que acaso no tenía otra mirada para ella?, pensó obstinada.

              -¿Que quieres humana? – le gruño.

              -Reneesme – susurro ella intimidada.

              -¿Que? – pregunto con fastidio, no había oído bien lo que ella había dicho.

              -…Ah… que me llamo Reneesme – le dijo atropelladamente, y ruborizándose, él la ponía increíblemente nerviosa.

             -¿Que quieres humana? – repitió con antipatía. A Renesmee le dieron ganas de rechinar los dientes, Ok, él simplemente no cooperaría, y ella si quería ganar tendría que imponerse.

            -Vine a informarle sobre el ultimo mensaje que ha enviado la… Orden Divina – aun se le hacia difícil hablar de esa forma – han pedido la pronta celebración de… una…ceremonia para… – ¡dios!, El rostro del rey cada vez iba adquiriendo un tono bastante violento – nuestra unión. – soltó ella.

Jacob la miraba de arriba abajo con el ceño fruncido, su rostro furioso iba cambiando a uno de indignación.

          -¿Me estas diciendo que te casaras conmigo? – le pregunto con una ceja alzada, su expresión ahora era una de sarcasmo. – ¿con un amargado como yo?

Renesmee estaba confundida, ¿el Rey la estaba previniendo?

         – pues… yo… creo…

              -Ah… tú… ¿que?, ¿no sabes hablar? – se burlo Jacob exasperado.

Él aparto la mirada y la llevo a su escritorio, de nuevo a los pergaminos, revolviéndolos rápidamente, se pasaba la mano por el cabello repetidamente.

           – Si no vas a decir algo coherente sal de mi despacho, tengo cosas importantes que hacer.

Renesmee se molesto, otra vez se burlaba de ella, ¿él acaso creía que ella era su payaso personal? ¿Y se atrevía a sacarla de allí como si nada? ¿No se suponía que entre ellos había una fuerte conexión? ¿O es que acaso ella era la única de los dos que lo sentía? ¿Y porque no la miraba a la cara? ¿Porque estaba nervioso? ¿Nervioso? Ja! No, él seguro estaba ansioso por deshacerse de ella, pues pronto lo lograría, ¡pero ella no se iba a dejar pisotear en el intento!.

              – Por supuesto que se hablar – le dirigió una mirada furibunda – pero si dejara de intentar intimidarme tal vez usted y yo podríamos tener algún día una conversación normal. – termino con el ceño fruncido y los puños cerrados.

            -No me interesa, vete – murmuro él concentrado en sus labores.

Renesmee se quedo estupefacta, con los ojos y la boca abierta, ¿como era posible que ella creyera que podía hacer cambiar a una bestia como aquella? ¿A ese animal insensible? Como podía tratar a una mujer de esa forma?, ¿como aquellas divinidades podrían pensar que una mujer como ella podría soportar a semejante cretino?, ¿a sus humillaciones?, ¡pero por supuesto! ¡Porque nadie quería de marido a un idiota como este!

Renesmee levanto el mentón orgullosa, lo miro con ira, aunque el Rey no se diera cuenta, pues tenia la vista clavada en los pergaminos, ella aprovecho para acercarse a su escritorio, en él había una copa de vino y un tarro de tinta, decidió tomar entre sus manos el frasco de tinta y lo derramo en los pergaminos y el costoso y lujoso traje del Rey, este se levanto inmediatamente de la silla y la miraba incrédulo y con la ira grabada en sus hermosas facciones, no podía creer que aquella mujer había hecho aquello.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿PERO QUE DEMONIOS TE PASA?!!!!!!!! – Le grito limpiándose el traje – ¡¡¡¿estas loca?!!!

Renesmee se molesto mas por aquello, y le arrojo al rostro el resto de tinta que quedaba en el tarro, el Rey comenzó a gritar maldiciones, mientras trataba de arrancar el tarro a Renesmee de las manos, esta forcejeaba por un objeto que ya no le servia, pues la tinta ya se había acabado y no representaba ninguna amenaza ya, sin embargo el tenerlo en la mano la llenaba de orgullo, porque la proclamaban como la autora de semejante desastre. Al final él pudo quitarle el tarro, pero la satisfacción nunca se la robaría.

               -¡Un caballero jamás debe decirle loca a una dama! – Le dijo a Jacob con el mentón alzado – discúlpese por haberme tratado de esa forma. – le exigió.

               -¿¿Que?? – Dijo Jacob furioso mientras se limpiaba la tinta negra del rostro con un pequeño pañuelo – soy el Rey, no pido disculpas. – gruño.

               -¡Creo que al Rey le hace falta un poco de humildad! ¡Exijo una disculpa! – reitero con firmeza.

Jacob estaba indignado, jamás había sido tratado tan mal desde que se había convertido en Rey, y lo peor de todo era que no estaba tan molesto como debía estarlo, incluso la pelea lo divertía un poco, y a la vez lo excitaba, la humana se veía tan apetitosa cuando estaba enojada.

Jacob gruño, con el ceño fruncido, su rostro manifestaba un ánimo que no sentía, pero quería provocarla. Él se acerco al escritorio con paso decidido, tomo la copa de vino y se la arrojo a su orgulloso rostro, Renesmee al recibir el baño de vino chillo de rabia y de ira, el oscuro liquido había arruinado su vestido.

              -¡Es usted un bruto! – le reclamo mientras se limpiaba el rostro con las manos.

               -Ya veras lo que puede hacer un bruto –

La arrincono contra la pared, en sus ojos ya no había ira, sino una pasión enloquecida que provocaba que jadeara como un perro. Jacob no podía evitar mirar sus sonrosados senos que sobresalían del escote y estaban bañados en vino, brillando para él. Sus manos estaban aferrados a su cintura, para evitar que se escapara.

Renesmee ahogo un grito.

               – ¡¿Que hace?! – decía asustada, no tenia ni idea de las intensiones de su odiado Rey.

               -Quiero mi vino de vuelta – le gruño sin apartar los ojos de su pecho. Jacob bajo su cabeza, saco su lengua y la deslizo lentamente por la piel blanca de su seno izquierdo, ella se arqueo hacia atrás pegándose mas a él, mientras soltaba un fuerte gemido, Jacob aprovecho el arco de su espalda para rodear con su  brazo su cadera y pegarla mas a él. 

              -¿Te gusta lo que te hace el bruto? – le pregunto sin apartar los labios de su seno, buscaba desesperadamente que su lengua abarcara toda la piel.

              -¡No! – mintió ella sin aliento.

              -¿No? – pregunto él riéndose un poco. – Entonces tendré que ser un poco mas bruto.–

Jacob con sus colmillos arrancó por completo la tela de su escote para liberar sus senos, Renesmee jadeo de sorpresa al sentir el frío aire que impactaba contra la piel desnuda, las aureolas de sus pechos se fruncieron, pero el frío no duro mucho pues inmediatamente, después de haberse extasiado mirando las hermosas protuberancias rosadas Jacob se lanzo a probarlos.

Jacob cargo a Renesmee hasta el escritorio y la sentó en él, para luego zambullirse entre sus pechos, acariciaba uno de ellos mientras se llevaba el otro a la boca. ¡Sagrada orden de los cielos! Aquello era el nirvana, él no había conocido nada tan maravilloso como aquello, ninguna mujer jamás lo había hecho sentir nada igual a como se sentía con ella.

Renesmee tenia ganas de llorar de lo excitada que estaba, Jacob castigaba su pezón dándole suaves y luego fuertes lamidas y succiones, cada vez que lo hacia ella le halaba mas el pelo y abría mas las piernas para que se pegara mas a ella. La conexión otra vez, estaba haciendo estragos con su cuerpo, no podía controlarlo.

Jacob deslizo una de sus manos del pecho de ella a su muslo derecho, debajo del vestido, sintiendo la curvatura del inicio de sus tibias nalgas, para ese momento Renesmee tenia fuertemente enganchadas las piernas en las caderas de él y su negro cabello en su puño, mientras Jacob ascendía con su boca de su pecho a su cuello, lamia con fervor el área haciendo que ella jadeara descontrolada, su sexo no paraba de latir de necesidad, su cuerpo ardía con locura, tenia los ojos entrecerrados y oscurecidos por la pasión, y la boca entreabierta. Ella quería que él fastidioso vestido desapareciera para sentirlo mas, mucho mas!

              -Chupame… - ella no sabia como se decía en el lenguaje vampirico – muérdeme… - jadeaba enloquecida mientras le halaba el pelo para apremiarlo.

              -Se dice “bebe de mí” – la corrigió él ya listo para hacerlo.

             -¡Los que sea! ¡¡¡Hazlo!!! – le grito.

             -No gatita, aquí no. – le respondió tratando de controlarse.

            -¡Si, Ahora Jacob! – le exigía restregándose mas a él.

Jacob estaba más excitado que antes, su carácter posesivo y su dulce voz de mandona lo ponían caliente.

Renesmee no podía hablar de lo excitada que estaba, desesperada porque él la penetrara de alguna forma le mordió el hombro para hacerle saber que estaba molesta por negarse, pero a él no le dolió,  al contrario, se echo a reír.

             -Calma gatita, no desesperes, no quiero perder el control –

La cargaba por la cintura, ella aun tenía las piernas enganchadas a su cadera, su duro miembro chocaba y se frotaba contra el de ella cuando él caminaba con ella en brazos, y eso los volvía más locos a ambos.

              -Necesito hacerte mía ahora mismo –

Y entonces él los transporto de su despacho a su habitación, la recostó en la cama, ella se veía increíblemente sensual, el sexo brotaba de su piel, sus rojas mejillas, sus pechos al aire, y sus piernas abiertas hacían que el cuerpo le temblaran de deseo por ella.

Jacob se arranco la camisa, y los pantalones junto con los zapatos se los quito apresuradamente, ya desnudo gateo encima de ella, quien había aprovechado también para desnudarse por completo.

               -Tócame, hazlo ahora. – ella estaba inconforme con la lentitud de él.

               -Oh dios querida, eres un manjar –

Gimió Jacob mientras le abría las blancas piernas y deslizaba sus manos y boca por el muslo de ella camino a su centro, el maravilloso olor que de allí se desprendía era exquisito para él y lo llamaba con urgencia, su lengua resbalaba por la cara interna de sus muslos conforme se acercaba a su lugar secreto.

Renesmee tenia las sabanas en sus puños, respiraba agitadamente con la boca abierta, y de vez en cuando mordía las cobijas que tenia a un lado de su cara, las manos de Jacob, sus mágicos labios, su poderoso cuerpo desnudo la volvían loca, sentir el roce de su lengua entre sus piernas era el éxtasis, la excitación se manifestaba con fuertes calambres en su sexo, y su bajo vientre mientras la piel se le erizaba.

               -¡Jacob! ¡Por favor! ¡Necesito…! –

Renesmee llevada por el intenso placer levanto el torso repentinamente y volvió a caer de espaldas contra la cama arqueándose, Jacob había introducido su lengua en su vagina y comenzaba a lamer y penetrarla aleatoriamente.

Jacob estaba arrodillado frente a ella, su poderosa espalda mostraba duros músculos que se pronunciaban cuando él hacia un movimiento, la luz de las velas hacían de todo aquello ante los ojos de Renesmee un sueño.

Él tenia sus manos a los lados de las caderas de ella, y con su boca trabajaba en su sexo, para llevarla al mas grandioso orgasmo, Jacob quería hacerla sentir como en el cielo, en el paraíso, quería que nunca se olvidara de lo que él podía hacerla sentir, quería que lo deseara, quería que a ella le importara él, que lo recibiera con amor, a pesar de las mentiras que envolvían su vida.

Jacob succiono su centro con fuerza, haciéndola llegar al borde de un abismo, el orgasmo tocaba las puertas de su cuerpo para que lo dejara entrar, ella no pensaba con normalidad, sus cabellos alborotados se veían adorables en los ojos de Jacob, él deseaba que esa imagen se repitiera infinidad de veces en las mañanas cuando despertara.

              -Shhh – le dio una lamida – relájate gatita.

Pero ella no podía, en cambio cuando Jacob apretó mas su cara a su sexo y hundió mas su lengua haciendo movimientos ondulantes en su interior, solo pudo darle rienda suelta al orgasmo que se desencadeno en su cuerpo, gritando con la voz ronca se sujeto a la cabeza de él y se arqueo una vez mas, la electricidad bailaba en su interior con fuerza, haciéndola convulsionar de placer. Jacob aun tenía su boca pegada a su sexo, lamiendo sus jugos, quería probarla toda.

           -¿Te gusto gatita? Dime que te gusto – le pregunto juguetón Jacob mientras ascendía a su boca para besarla con pasión, ella lo recibió aun jadeante, Jacob introdujo su lengua en su boca mientras le acariciaba un pecho, ella podía sentir el miembro de él sobre su muslo, estaba duro y deseoso.

          -Si… Me gusto mucho, tú me gustas mucho – Jacob le sonrío mientras ronroneaba en su cuello. A Renesmee la atravesó otra corriente de placer. – Muérdeme – le ordeno.

Jacob estaba sorprendido del deseo que ella sentía porque él bebiera de ella.

           -Te dolerá. – le informo.

          -No me importa, necesito saber que tienes mi sangre en tu cuerpo, ¡hazlo! – volvió a ordenar, ella quizás no sabia lo que estaba diciendo, pensó Jacob.

          -¿Estas… segura? Llevaras una marca permanente en tu cuello. – le comunico él.

           -Que tipo de marca? – pregunto.

           -Serán solo dos pequeños puntos, donde morderé con mis colmillos para alimentarme. Todos los de mi especie lo verán y sabrán que tienes compañero.

Ella le respondió enganchando nuevamente sus piernas en su cintura y ondulando sus caderas para frotar su sexo con el vientre de él, Jacob gimió y el deseo lo obligo a actuar. Lamió la piel de su cuello.

          – Me vuelves loco. Queridos dioses, necesito hacerte el amor.

          -Pero antes – ella le ofreció su cuello.

          -Eres maravillosa –

Jacob acaricio la zona con su nariz y luego hundió suavemente los crecientes colmillos blancos en ella,  Reneesme se tenso, no había esperado tanto dolor, tenia apretados los dientes y los ojos, pues el punzante dolor hacía mella en ella, no lo soportaba, la diferencia entre placer que había sentido y el malestar que la atacaba era abrumador, estaba a punto de pedirle que se retirara, pero entonces cuando el tomo su primer trago la excitación revoloteaba como una mariposa por su cuerpo, la segunda succión provoco que hundiera las uñas en su espalda, la tercera succión le arranco un fuerte gemido desde las profundidades de su pecho, al cuarto trago necesitaba tenerlo mas profundamente en ella, el placer que traía consigo cada succión era desgarrador, tanto que sus ojos se ponían en blanco y su sexo palpitaba nuevamente de necesidad.

          -Mas fuerte, hazlo mas fuerte –  susurraba apremiante.

Jacob con cada trago sentía que el goce era mayor, su sangre era como un vino exquisito, que lo embriagaba haciéndole perder el control, su cuerpo se sentía maravillosamente bien, ella le proporcionaba salud, vida, bienestar, y lo que mas lo desconcertaba, ¡le daba calidez! Nunca había sentido calidez cuando en su pasado bebía de sus amantes, era increíble. Lo mejor de todo ello era que la estaba declarando como suya, todo imbécil que se acercara a ella verían las primeras marcas de su alimentación en su cuello, y de esa forma sabrían que ella era de él, era bien sabido que toda mujer que poseía marcas de colmillos en su cuello tenia un compañero sentimental, cuando su compañero moría estos desaparecían, era la manera mas eficaz de saber si una mujer tenia el lazo que las divinidades otorgaban.

Jacob necesitaba liberarse, tenia el cuerpo tenso, muy caliente y una erección tremenda entre sus piernas,  el placer de beber su sangre hacia mas urgente la necesidad de penetrarla, de que lo acogiera en su interior, de frotarse en ella, de hacerla suya. Jacob gruño con furor y encamino su pene hacia su entrada, el cuerpo le pedía con locura que se derramara en ella.

Renesmee sabia lo que venia a continuación, Jacob entraría en ella, y a ella no le preocupaba el malestar de su primera vez, pues el fuerte placer de las succiones contrarrestaba el dolor.

Jacob se deslizo con un poco de dificultad en su cavidad, y se sorprendió de que ella no fuera tan flexible, incluso estaba muy estrecha, ¡es virgen! Dioses del cielo, él era el primer hombre que ella recibía en su interior, que dicha.

Con dificultad logro entrar completamente en ella y lo invadió un sentimiento de calidez, y de placer, sentirse envuelto en ella era abrumadoramente maravillosos, no tenia palabras. El estaba frío, hasta que ella llego para darle calor.

Jacob metió su antebrazo debajo de su rodilla y le alzo una pierna para comenzar a embestirla. Renesmee ahogo un grito de placer, mientras su amante bombeaba con sus caderas suavemente para evitar hacerle daño.

Pero ella no sentía dolor, al contrario, todo le gustaba, todo lo que le daba a ella le gustaba.

Jacob despego su boca del cuello de ella, y lamió allí donde habían estado sus colmillos para cerrar la herida, ya estaba saciado, contemplo la marca, en su piel pálida y se veía correcto lo que había hecho. Le beso la boca introduciendo su caliente lengua en la suya, Renesmee saboreo su propia sangre.

           – Sabes deliciosa. Eres exquisita.

Jacob comenzó a cabalgarla con mas fuerza mientras tenia sus ojos enganchados a los de ella, ver su rostro hacer gestos de placer incrementaba mas su libido. Pronto la cama rechinaba ruidosamente por los impetuosos movimientos de sus cuerpos chocando entre si,  los gemidos bailaban por toda la habitación, el sudor era atrapado por las sabanas que yacían bajo ellos, Renesmee se aferraba a la espalda de Jacob para evitar caerse, pues los empujes de Jacob provocaban que su cuerpo se moviera con fuerza.

Y entonces ambos llegaron al clímax al mismo tiempo, sintiendo como sus respiraciones se cortaban repentinamente, y gruñían cuando el placer les recorría el cuerpo. Jacob se desplomo encima de Renesmee, al principio ella sentía que se ahogaba con su peso, pero después el rodó con ella sobre su pecho y pudo descansar sobre el cuerpo de él. Renesmee sintió que algo se enterraba en su cuero cabelludo y le peinaba el cabello, eran los dedos de Jacob.

Cuando ella levantó la cabeza para mirarle a la cara, le dio un poco de vergüenza, él la miraba fijamente, sin pudor, Renesmee bajo la cabeza y se miro el cuerpo, estaba totalmente desnuda, inmediatamente se cubrió con la sabana que tenia a un lado, no podía creer que se había comportado de esa manera, como si fuera una… ¿Desvergonzada?, exigiéndole placer de esa manera, ¡dioses que horror!

            -¿Que pasa?

Jacob ahora le acariciaba el rostro.

            -¿Por qué me comporte de esa manera?

            -¿Cómo? ¿De que manera?

            -Como una cualquiera.

La risa de Jacob tronó como un rayo atravesando el cielo.

           -No te comportaste como una cualquiera – luego le aclaro – solo te desinhibiste un poco, no te avergüences de ello, creo que mi naturaleza vampirica te ha afectado un poco.

           -¿Fuiste tú? – pregunto ella sorprendida.

           -Puede ser. – le dijo meditándolo.

Renesmee estaba todavía avergonzada, quizás necesitaba pensar mejor a solas.

-¿A donde vas?

Jacob estaba preocupado, pues ella se había levantado rápidamente de la cama.

   -A mi habitación.

    -¿Porque?

    -Necesito… algo de ropa y… resolver unos asuntos.

Mentira, Jacob se tenso, a ella no le había gustado estar con él.

              -No te gusto.

Renesmee lo miró incrédula.

             -¿Porque piensas eso?

             -Es obvio.

             -Mira solo necesito pensar…

Pero Jacob ya no la escuchaba se había transportado al baño, y Renesmee gruño, ¡¿porqué siempre hacia lo mismo?!

Ella no se sentía cómoda para hablar con él en las fachas en las que estaba, se envolvió la sabana alrededor del cuerpo y le tocó la puerta.

                -Jacob abre por favor, me has mal interpretado.

Pero él no respondía.

               -Podemos hablar?

               -Lárgate de mi cuarto. – le dijo con voz apagada.

Ella rechino los dientes de frustración, pensó que era inútil discutir con la puerta, así que recogió lo que quedaba de vestido y salio de la habitación, esperaba no encontrarse a nadie en el pasillo hacia su cuarto, pues seria bochornoso que la vieran en semejante situación.

              -¡Renesmee!

Ella se tensó, se volteó rápidamente para ver quien era.

             -¡Sara!– el rostro se le puso rojísimo.
              -¿Por qué llevas esas sabanas?

Y entonces Sara vio de donde venia ella.

           -¡Oh! – Dijo con la diversión bailando en sus ojos –  es mejor que no pregunte, vamos a tú habitación antes de que te vean. – y se transportaron hacia la habitación de ella.

            -Anda hija ve a ducharte y a vestirte, se que necesitas hablar.

Renesmee la miró a los ojos con agradecimiento y se retiro. Al pasar una hora ella ya estaba limpia, vestida peinada y perfumada.

           -¡Valla! Pobre vestido. – comentaba Sara al ver el vestido con el escote mutilado.

Renesmee volvió a enrojecer. Sara rió un poco mientras contemplaba su timidez.

             -Cuéntame, ¿Qué ocurre?

Ella no sabia si responder o callar, lo cierto es que aquello que la perturbaba la estaba quemando por dentro, necesitaba hablar.

            -Yo… creo que no me gusta perder el control.

           -Querida – le sonrío Sara mientras se sentaban en la pequeña mesa de Té que había en la terraza de la habitación. – te comprendo, a todas nos pasa al principio.

Renesmee se sorprendió, pensaba que Sara no le entendería.

           -Es incomodo, porque no somos dueñas de nuestra propia voluntad en esos momentos, pero no debes preocuparte, los instintos primarios suelen desencadenarse en las situaciones sexuales, la naturaleza vampirica es la causante.
   
           -Pero me sentí como… una…

-         ¿Zorra? – Sara volvió a reír mientras Renesmee estaba preocupada – querida, te gustaría ser una santa en la cama?

          -¡Sara! – se escandalizó Renesmee.

         -Lo siento querida, debo evitar pasar mucho tiempo con Moa, la divinidad del amor. – se volvió a reír un poco – no te aflijas linda, las próximas veces tendrás mas control de ti misma, así me ocurrió a mi.

          -¿Perdiste el control tú primera vez? – pregunto incrédula.

         -Oh si, creo que todo el castillo se entero que estaba teniendo sexo – ambas rieron, Renesmee sospechaba que Sara no le decía la verdad al respecto de su experiencia, pero estaba agradecida de que la hiciera sentir mejor.
 
        -Jacob cree que no me gusto – le dijo ya sin poder evitar no contarle sus angustias.

        -Es mejor que vallas a hablar con él hija, Jacob puede parecer un hombre frío e insensible pero lo cierto es que es inseguro y teme que lo traicionen.

Renesmee asintió y se preparo para buscarlo, salio de su habitación, después de despedirse de Sara y darle las gracias, encontró a Jacob en el pasillo que daba hacia la entrada del castillo, parecía listo para salir a la calle.

           -Jacob – le llamo.

Jacob se paró en seco a penas la escucho, pero no volteó, Renesmee cojeaba lo mas rápido posible para llegar ante él.

 -¿Podemos hablar?

 -Habla. – le dijo secamente aun sin voltearse.

Renesmee sabía que él estaba molesto, quería hacerlo en un lugar mas privado pero al parecer no tenia elección, necesitaba aclarar el mal entendido como sea.

           -Siento mucho lo que ocurrió cuando… yo solo estaba un poco confundida pero he pensado mejor y quería pedirte disculpas.

Él se veía tenso, parecía que no quería verle a la cara.
         
          -Jacob me gusto mucho estar contigo y…

          -¿Has terminado?, tengo que resolver unos asuntos - le dijo usando las mismas palabras que ella había dicho para alejarse de él en su habitación.

            -No, no he terminado – le comunico – por favor mírame a la cara.

Él se volteo para encararla y ella pudo notar que nuevamente se había cerrado a ella, dejándola fuera.

       -No tengo tiempo para discutir tonterías, lo que ocurrió solo fue sexo casual, no te lo tomes tan a pecho, en ningún momento me ofendí.

 Fue como recibir un baño con agua fría, para él no había tenido importancia, sin embargo para ella si había sido importante.

       -Hablas en serio – le pregunto con el rostro descompuesto.

       -¿Qué te hace pensar que miento?

       -Pero yo pensé que…

       -¿Qué?, ¿pensaste que te amaba?, por dios tampoco fue para tanto.

Renesmee jamás había sido tan humillada y maltratada, de repente se sintió muy expuesta, no se había dado cuenta que los guardias estaban formados y esperando por el Rey en la entrada del castillo, algunos la miraban con lastima otros con sonrisitas de burla, pues habían escuchado toda la conversación, ella estaba segura.

A Renesmee se le inundaron los ojos de lágrimas, y una sola resbalo por su mejilla, el rostro endurecido de Jacob paso de la ira a la preocupación, y después a la vergüenza, él tampoco se había dado cuenta de que no estaban solos.

          -Gracias por aclararme el punto – le hizo una reverencia y le sonrío con frialdad – ya lo he entendido todo mi señor, con su permiso.

Renesmee sentía que un animal caliente y enfurecido le destrozaba por dentro, la vergüenza la carcomía viva, y la ira se manifestaba en lágrimas, se dio la vuelta y comenzó a cojear hasta la entrada del castillo.

-Renesmee – ella ignoro su llamado, a pesar de que por fin había utilizado su nombre.

-¿A dónde vas? – le preguntó persiguiéndola, ahora Jacob era el angustiado.

-Eso, a su majestad no le importa – le dijo con rencor cojeando mas rápido, pero era obvio que Jacob la alcanzaría pronto.
        
        -Si me importa – le contestó. – no tienes a donde ir, no puedes irte.

          -¿No puedo?, solo obsérveme – le dijo con ironía.
      
-¿Te estas vengando?

Renesmee lo miró con burla sin detener su marcha.

        -¡Oh no su majestad! – Negaba con sarcasmo – no se crea tan importante, esto no es más que un mal trago en su vida, pronto volverá a ser el mismo de antes, no tendrá que llevar más una carga como yo. – termino con ira.

       -No eres una carga. Por favor…

Jacob estaba sorprendido de cómo los papeles se habían invertido, ahora era él quien rogaba, no podía permitir que se marchara.

Renesmee se detuvo un momento.

         -¿No acaba de decir que no me tome las cosas tan a pecho? ¡Pues lo mismo le digo!, no pienso imponerle mas mi presencia su majestad – lo miraba con cólera – y no se preocupe, no pienso volverme una de esas mujeres acosadoras, y posesivas, porque solo fue sexo ¿no?.

Jacob tenia la boca abierta, no sabia que decir, jamás se había encontrado en una situación similar.

        -No te vayas por favor, quédate – le suplico mientras ella reanudaba la marcha, a él no le importaba parecer un idiota, siempre y cuando ella se quedara.

        -Jódase y déjeme en paz.

Renesmee salio del castillo con la frente en alto, ante la mirada incrédula de Jacob.

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Hola chicas,  siento mucho dejarlas siempre con la intriga, pero si no fuera así, la historia fuera aburrida verdad? Bueno he decidido acomodar un poquito mi escritura, hace poco leí un comentario en uno de mis OS donde una lectora me acusaba de ignorante, bueeeeno aquí mi pequeño intento para dejar de serlo XD

Bueno espero sus comentarios besos ; )

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