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Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




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domingo, 14 de agosto de 2011

Placeres Oscuros: Capitulo 3: una nueva vida.




Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. Que hará? Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 3: una nueva vida.

Señor…- alguien llamaba – mi señor se encuentra bien?

Jacob sentía como su hombro izquierdo era zarandeado, mientras le hablaban, pesadamente abrió los ojos pero enseguida se arrepintió, una punzada muy dolorosa le atravesó el cráneo, y  prontamente le comenzó a latir.

Maldita sea… - gruñía sujetándose la cabeza y cerrando con fuerza los ojos – que ocurrió?

Pues señor, la guardia enemiga se ha marchado una vez que su hermano se ha escapado con esa joven. – le comunico Sam, quien estaba arrodillado frente a él, con varias contusiones en su rostro, tenia un corte un poco profundo en su mejilla izquierda, los labios llenos de sangre y una quemada en su cuello bastante grande.

Observo a su guardia real y la mayoría estaba bien, excepto por las quemadas y golpes en sus rostros, sus ropas también estaban chamuscadas y ensangrentadas por las quemadas de las bolas de energía que la guardia de Nahuel les había lanzado, él mismo tenia unas cuantas quemadas en su ropa, especialmente en el pecho, donde le había impactado una, arrojándolo contra la pared. Palpándose la parte trasera de la cabeza en la zona donde más le dolía pudo constatar que tenia sangre, pero no le importo.

Notó que estaba un poco mareado cuando se levantaba del suelo lentamente y con dificultad, Sam intento ayudarlo, pero Jacob lo miro con ira, dándole a entender que si lo tocaba lo asesinaría.

Cuanto tiempo estuve… - la palabra se le quedo atascada en la garganta, la vergüenza lo abrumaba, él era el Rey! Como es que lo habían dejado fuera de combate tan fácilmente?, maldición. – desmayado? – susurro con ira.

No mucho tiempo señor, acaban de irse – dijo el guardia.

Bien, y Quil? – Quil se encontraba en un rincón arrodillado frente a Paúl, quien estaba en el suelo sentado con la espalda apoyada en la pared, Quil tenia ambas manos sobre el hombro herido de este, mientras una luz azulada salía de ellas y  penetraban en la zona mal herida para sanarla, se podía notar como la luz cicatrizaba la fea herida abierta.

Si mi señor? – dijo Quil sin mirar a Jacob, pues necesitaba estar concentrado para que el hombro de Paúl sanara bien. – estoy por aquí, quiere que le cure ahora mismo?.

Jacob camino hacia ellos – No, no, muy bien Quil, quiero que te encargues del resto de la guardia, cúrales las heridas por favor – Quil asintió haciéndole saber que había captado la orden. – Paúl que ocurrió?

Mi señor… - Este hablaba con dificultad mientras la cegadora luz azulada seguía penetrando en su cuerpo, en el suelo, a su alrededor había un charco de sangre, se había estado desangrando.

Shhhh, es mejor que no hables – Jacob pudo verle el rostro, estaba sumamente pálido, y de el brotaba el sudor, mientras respiraba con dificultad – imagino que Nahuel descubrió tus intensiones y no pudiste controlarlo – Jacob sabia que Paúl tenia una habilidad excepcional, era capaz de controlar el cuerpo de un ser viviente con la mente, si él lo deseaba podría poner a bailar a una persona, o brincar, o correr, cualquier cosa, Jacob lo llamaba el títere, pues dicho don se le asemejaba bastante. Sin embargo tenia 2 grañidísimas debilidades, la primera se presenta cuando intenta controlar a una persona, ya que pierde la concentración en su entorno, y por ello se vuelve blanco fácil para ser atacado, y la segunda es que no tiene la habilidad de controlar a todo el mundo, ya que existen personas que tienen un control mental mas fuerte que la de él y son capaces de resistirse, como el propio Jacob, quien hacia ya mucho tiempo impresionado por la habilidad de Paúl le había pedido que utilizara el don en su cuerpo y no había funcionado. Sin embargo el idiota de Nahuel podría ser fácilmente domado por Paúl, pues calculaba que su capacidad mental fuera de un 0.0%.

Quil al oír las deducciones de su señor asintió – así que uno de sus guardias te ataco cuando intentabas controlarlo? – Quil volvió a asentir.

Lo siento señor… - dijo haciendo una mueca de dolor.

No hables, no es tu culpa, debí haberte mandado con alguien y no enviarte solo. – Jacob suspiro…

Mi castillo!! – Sara hizo aparición por una de las esquinas del sombrío pasillo – ya me las pagara ese mocoso! – chillaba indignada mientras observaba con horror y furia las paredes y muebles destrozados, el hermoso tapiz azul que ella misma había elegido estaba quemado, las alfombras rotas, todo su precioso castillo era un desastre. – Ustedes 2!! No son mas que un par de imbéciles que no saben llevar la vida en paz, dios no me envío hijos! Me envío un par de enemigos!!! – vociferaba con ira y los puños fuertemente cerrados.

Ya basta Sara – dijo cansado mientras observaba como ella caminaba hacia él. – podrás arreglarlo luego.

Para que voy a arreglarlo? – le miro con antipatía – para que vuelvan a utilizar el pasillo como campo de guerra??!! – Jacob rodó los ojos. Sara caminaba por todos lado como si se le hubiera perdido algo – donde esta la sirvienta? – pregunto con el ceño fruncido.

Jacob se tenso, era de lo ultimo que quería hablar, había decidido antes de ser noqueado ir a buscar a la humana, pero le había perdido el rastro.

Sara llevaba un minuto entero mirándole el rostro, tratando de deducir que había ocurrido. – pregunte que donde esta la humana – se acerco a su hijo con las manos en las caderas.

No lo se  - le dijo encogiéndose de hombros.

Como que no lo sabes? – casi le grito Sara de lo enfadada que estaba.

No lo se! Se la llevo tu bebe, y no se a donde!!!. – le grito este, ella no tenia derecho a exigirle nada! Nada!!.

Jacob!! Tienes que ir a buscarla! – le dijo ignorando el grito que le había dado, y totalmente aterrorizada – Nahuel podría hacerle daño, ya sabes que es muy inmaduro, no piensa en las consecuencias y…

Y a mi que me importa! – dijo Jacob caminando hacia su despacho con la cabeza erguida.

Como que no te importa?  - le azuzó Sara pisándole los talones – esa chica es tu complemento, tu otra mitad que…

Ya puedes dejar de decir esas idioteces tan cursis y ridículas? – Le soltó mientras daba zancadas por el pasillo, necesitaba un trago.

Pero Jacob!! Si ella muere…

Mejor para mi! Podré seguir con mi vida tal cual me gusta! No necesito complicarme la vida con esa humana. – le interrumpió mientras vertía el liquido amarillo en la copa de cristal.

Permitirás que la asesinen??!! – le pregunto Sara con la boca abierta y la mano en el corazón.

No me mires así – gruño - Yo no seré quien lo haga,  lo hará tu hijo querido. – le informo con rencor. – porque no vas a reclamarle a él?

Pero es lo mismo que si la estuvieras matando tú! Serás su cómplice! – le reprocho escandalizada.

No soy cómplice de nadie! Es su problema si se convierte en un asesino de inocentes! Que quieres que haga? Si no hiciste bien tu papel de madre enseñándole valores a tu hijito no es mi culpa! No vengas ahora a querer obligarme a solucionar tus problemas! – termino gritándole Jacob.

Si, por lo visto no hice un buen trabajo como madre con ninguno de los dos – le siseo Sara, el dolor lacerante de su corazón se reflejaba en su rostro – pero si ella muere…

Porque te importa tanto?! – le interrogo - Nada! No pasara nada! – le critico ya exasperado.

No! – otra vez estaba enfadada, al fin le grito para hacerse notar -  si ella muere, la orden sagrada te destronara como Rey, y harán un juicio en tu contra!!

Jacob detuvo la copa de cristal en el aire, miraba a Sara con los ojos muy abiertos interrogativamente. - no entiendo nada! Explícate – le gruño.

Jacob, esto de los lazos es algo muy delicado, crees que matándola se solucionaran todos tus problemas? – le pregunto.

Pues claro que si! – dijo sorprendido de que halla mas información al respecto del que él no halla estado enterado, su misma madre le había explicado cuando era un niño de todas esas idioteces de los lazos que unían un vampiro a una vampira.

Pues no, no sabes nada – le comunico. – el lazo que te une a esa mujer es impuesto por la orden sagrada y es para siempre, Jacob ellas han decidido que esta mujer sea tu compañera de vida, y desde el mismo momento en que se les fue impuesto el lazo ella es tu responsabilidad, todo lo que le ocurra a esa joven pesara sobre tus hombros. – Jacob la miraba exasperado, tenía ganas de gritarle que se fuera al demonio con sus estupideces, toda esa  mierda le estaba cabreando, pero no podía, las cosas se estaban poniendo negras para él.

Sigo confundido Sara, y eso que?  - le preguntó con una hosca mirada – se muere, si, y que?, a mi no me importa que la gente me acuse de asesino.

No entiendes nada! – se desesperó Sara acercándose mas a Jacob, lo miraba con el horror en los ojos. – la orden investigara como ha muerto, y si descubren que fue asesinada tú también lo serás!

Que?!, pero que dices? Porque? – preguntó frunciendo el ceño.

Porque una compañera es sagrada, te lo explique hace mucho tiempo!, si la orden ha decidido que ella sea tu mujer entonces deberá ser así. – le decía Sara para que entrara en razón – a ellas no les gustara nada saber que la mujer que te fue asignada ha sido asesinada y que tu no hiciste nada!, se enojaran y acabaran con todo lo que hemos logrado hasta ahora.

Esas malditas brujas! – critico Jacob, por supuesto que conocía de la orden sagrada, todos los vampiros las conocían, pues eran las creadoras, protectoras y lideres de la raza, la orden  estaba compuesta por 5 entidades divinas, eran como diosas, representadas en figuras femeninas, la primera de las hermanas era la divinidad de la riqueza, su nombre era Opes, le seguía la divinidad de la fertilidad Donec, luego la de la fuerza Vis, el amor Moa, y la sabiduría Sapientia, ellas tomaban decisiones, como quien ocuparía el trono de Rey de la raza vampira, quienes serian las respectivas parejas de cada vampiro vivo sobre la faz de la tierra, entre otros, pero en primer lugar ellas era quienes le habían jodido la vida!.

Pero si es una humana! Eso quiere decir que no tendré descendencia? Entonces mi puesto será ocupado por el mal nacido y jodido loco avaricioso de Nahuel! Por ser mi hermano menor, Eso es lo que quieren?! – grito en dirección al techo del despacho, como si estuviera gritándole al cielo, quería una respuesta, pero las malditas brujas no aparecerían para dársela, de eso estaba seguro… Perras.

No lo se hijo, no se porque es una humana a quien has sido unido – le dijo Sara ya mas calmada de que hubiera entendido el punto al que quería llegar. – Jacob debes ir a buscarla.

Sara, no me imp….

Pero Sara lo interrumpió. – Si  Jacob, se muy bien que no te importa si te asesinan, pero realmente estas dispuesto a dejar toda nuestra raza en manos de Nahuel? Sin antes luchar?, que importa si la humana no te puede dar hijos?...

No quiero hijos con ella! – Grito Jacob – no quiero hijos con nadie!!

Entonces podremos encontrar otra solución a eso, pero no puedes dejar a la deriva este reino! - presiono Sara – Jacob nuestro pueblo no tiene la culpa de lo que esta ocurriendo, no hace mucho fue azotado por la violencia, por el hambre, la desigualdad, por la muerte!, piensas sumergirlo de nuevo en la miseria? Después de todo el esfuerzo que has hecho para devolverle la felicidad? Piensa en los niños hijo, en sus madres, no es justo!

Jacob en esos momentos le daba la espalda a su madre, mientras se apoyaba en su impecable y elegante escritorio de madera pulida, le daba vueltas y vueltas a todo lo que le decía Sara. Visto como ella lo planteaba todo parecía indicar que la salida mas fácil era recuperar a la humana y mantenerla junto a él, pero él sabia que no era así, no podría soportar tenerla cerca, él no quería tener a su cargo a ninguna mujer, incluso Sara no era su responsabilidad ella se sabia cuidar muy bien sola, pero la humana, esa jodida humana! Era una debilucha que no podría soportar ni un pequeño empujón, además él estaba muy bien como estaba, tenia amantes como arena en la playa, mujeres vampiras como deben ser, fuertes, resistentes, y a él le gustaba así, pero una pareja permanente? Una pareja sentimental? Después de lo que ocurrió con Lizzie? El podría…? Pero por supuesto que no! en que estaba pensando!!

Esta bien Sara la buscare, pero esa mujer no será responsabilidad mía, será tuya! Y no la quiero cerca de mi! Me oíste? – Sara lo miraba con la boca abierta, pero reacciono enseguida.

Si, yo me encargare de ella – le dijo segura de si misma – no te preocupes.

Jacob se termino de un solo trago el liquido de la copa, lo dejo en la mesa y salio dando zancadas por la entrada del despacho.

Señor lo acompañamos? – preguntó Seth al notar como su Rey se disponía a desaparecer del pasillo.

No Seth, quiero que descansen, los voy a necesitar luego.  – Seth le hizo una reverencia, y se marcho con el resto de la guardia.

Jacob comenzó a meditar, Nahuel no era muy inteligente, se dejaba llevar por sus impulsos, así que lo más probable era que estuvieran en su castillo, si, iría al pueblo Villa Louisiana  y seguro allí encontraría a la sirvienta.

Se desvaneció en el pasillo de su propio castillo para transportarse al de Nahuel. Aterrizo en otro pasillo, todo estaba calido, pues el castillo era mucho mas pequeño que el que él poseía, sin embargo estaba solo, miro a sus espaldas y solo había una escalera que daba acceso al ultimo y primer piso, observo el lado contrario del pasillo y pudo ver una puerta de madera, avanzo hacia ella mientras escuchaba el suave martilleo de sus botas con el piso de piedra, las paredes estaban revestidas de papel tapiz rojo sangre, y cada metro y medio había una antorcha adherida a las paredes para que iluminaran el camino de quien recorría el lugar.

Jacob tenia los sentidos muy despiertos, quería saber quien estaba a su alrededor antes de que este lo descubriera a él. Llego al final del pasillo justo al frente de la puerta, y forcejeo un poco con ella pues estaba cerrada. Algunos vampiros tenían la virtud de poder transportarse a cualquier lugar, pero siempre y cuando ya lo conocieran, Jacob conocía el castillo desde luego, pero había lugares de este que no había tenido la dicha de recorrer, y uno de ellos era el misterioso lugar que había tras la puerta, por ello no podía aparecerse detrás de ella.

Observo con más interés la puerta de madera y notó que había un enorme candado de acero que la mantenía cerrada, Jacob suspiro con cansancio, hecho otra ojeada a sus espaldas para verificar que no había nadie, todo en su lugar. Considero seriamente hacer estallar el candado pero si lo hacia haría mucho ruido, lo que atraería a los guardias, y realmente no tenia deseos de comenzar ninguna pelea, así que tomo el candado en sus manos y apretó fuertemente a ver que ocurría… Bingo! La bastarda había crujido casi silenciosamente mientras era aplastada en su palma, Jacob la termino de partir a la mitad y esta quedo inservible, la arranco de la puerta y esta al fin pudo abrirse.

En su mente se debatían dos cosas, o el era un genio, o Nahuel era un idiota. – o las dos cosas – susurro para él mismo sonriendo.

Abrió la puerta sin hacer ruido y asomando cuidadosamente la cabeza descubrió que era una celda. Demasiado fácil maldición!, pensó.

Habían en realidad varias celdas en el lugar, Jacob camino por el deplorable sitio, las paredes eran de piedra gris, y el suelo estaba lleno de pajas, y olía a mugre y sangre. Transito por la primera celda, no había nada, la segunda, la tercera, la cuarta, la qui…

La pequeña humana estaba encogida en el suelo, en el rincón mas alejado de la celda, se abrazada a si misma, con el rostro aterrorizado, la pañoleta negra que llevaba había cedido un poco de su apretado amarre y ahora varios cabellos bailaban sueltos enmarcando su angelical rostro, y las lagrimas surcaban sus mejillas enrojecidas, pero cuando lo vio su expresión de dolor cambio inmediatamente a uno de sorpresa y luego a otro de esperanza, se levanto rápidamente y cojeo hasta las barras de metal que la separaban de la libertad, y de Jacob.

Me sacara de aquí? – le preguntó aferrándose a las barras de acero como si se le fuera la vida en ello, tenia los nudillos blancos de la presión que ejercía en el apretón – por favor. – le rogó, abriendo sus grandes y maravillosos ojos marrones, con una lagrima cruzando su adorable mejilla derecha, atrapándolo, hipnotizándolo, esa imagen desvalida de ella irremediablemente hizo efecto en él, por mas que rechazara esa cosa caliente que surgía en su pecho, sabia que no podría hacer nada contra ello, era algo natural, tenia que… no, no tenia, NECESITABA cuidar de ella, era una necesidad de hacer que se sintiera bien, y el estado en el que se encontraba, allí en esa celda, triste y aterrorizada, a él le dolía, y hacia que sintiera una especie de ternura? Maldición! Esto no podía estar pasándole.

Hazte a un lado muchacha – le gruño de manera hosca, Reneesme estaba emocionada por la expectativa de salir en libertad, después de pensar que nadie la sacaría de allí, pues no tenia ningún ser querido que abogara por ella, se hizo a un lado, volviendo al rincón en el que se había refugiado hasta hace unos momentos.

Pero entonces Jacob no abrió ninguna reja, ni rompió ningún barrote, sino que nuevamente hizo esa cosa de desaparecer y aparecer dentro de la celda, una vez adentro le hizo señas para que…

Entonces todo se volvió loco, se oyeron gritos y de manera impresionante varios guardias aparecieron y los rodearon dentro de la celda, uno de ellos apreso a Reneesme nuevamente sujetándola fuertemente por los brazos, mientras que dos de ellos forcejeaban con Jacob, Nahuel entro corriendo, estaba fuera de la celda, y observo aterrorizado como se ejecutaba la pelea dentro de la cárcel.

Tengan cuidado imbeciles!!!... – gritaba Nahuel pero los gritos de Reneesme no permitían a los guardias oír con claridad las instrucciones de su señor

Suéltame!! No!! no me toques cerdo asqueroso!!!!! – forcejeaba la humana de manera inútil, dando patadas al aire, mientras se retorcía en los brazos del enorme guardia.

Jacob le propino un golpe en el rostro a uno de sus contrincantes, este se tambaleo y callo al suelo, el otro encendió una bola de energía en su mano derecha, cuando la lanzó Jacob por poco no lograba esquivarla, pero esta se estrello en el suelo cerca de los pies de Reneesme, quien grito de dolor, por la quemazón que le producía la cercanía de esta.

Para ese momento el otro guardia ya se había recuperado y Jacob pudo notar como el guardia que apresaba a la humana se desaparecía con la chica fuera de la celda y se la entregaba a Nahuel. Reneesme grito de terror cuando Nahuel la sujeto como a una rehén, su espalda estaba contra el pecho de él mientras con un brazo él la abrazaba de la cintura inmovilizándole los brazos, con la otra mano le sujetaba la cara.

Ya dejaras de jugar con mis guardias Jacob? – le preguntó su hermano alzando una ceja – porque estas aquí? – Nahuel sospechaba que era por la humana, pero no sabía porque, por ello la tenía como rehén, mientras que el guardia que tenia al lado invocaba una bola de energía y la mantenía cerca del rostro de la sirvienta.

Devuélveme a esa humana – le exigió Jacob dentro de la celda, los guardia habían cesado de atacarle por ordenes de Nahuel.

Para que la quieres hermano?  – le pregunto intrigado. – pensé que no la necesitabas, así que me la traje, ahora ella me servirá a mi.

Tienes muchas mujeres que te pueden servir Nahuel – soltó Jacob con precaución, observando la cercanía de la bola de energía al rostro de la chica. – esta no te complacerá, es una humana.

Pero me gusta, es hermosa, y huele deliciosamente – Reneesme estaba temblando de terror, la energía que se encontraba cerca de su rostro desprendía una luz cegadora, y un calor insoportable, que le enrojecía el rostro y ella podía notar como la asquerosa mano de Nahuel comenzaba a deambular por su vientre ascendiendo a sus pechos, era asqueroso, ella quería vomitar.

Desde ahora será mi puta – le sonrío con maldad a su hermano.

Abrumado por la repulsión y la cólera que le producía el hecho de que Nahuel le arrebatara y tocara lo que era suyo, lo que el deseaba para si, lo desquiciaba de una manera enfermiza, sintió como se le contraía el estomago al observar como toqueteaba a la pequeña mujer indefensa. Y sin pensarlo, sin sentir ningún tipo de remordimiento, llevado por la ira de sus palabras hizo estallar las cabezas de los dos tipos que tenia al frente, como en una película de terror los sesos volaron en todas las direcciones dentro de la celda manchándole la cara de sangre. Pedazos de carne cayeron al suelo mientras los enormes cuerpos descabezados caían aparatosamente al suelo, el guardia que mantenía la bola de energía cerca del rostro de la sirvienta miraba a Jacob con el horror marcado en su rostro, no hizo falta ninguna otra demostración para que este desvaneciera la bola de energía y saliera corriendo despavorido, huyendo de él.

Maldito cobarde! – susurro Nahuel.

Jacob se desvaneció fuera de la celda, mientras Nahuel empujaba a Reneesme lejos de él, para evitar que Jacob le estallara la cabeza también.

La chica corrió a esconderse detrás de Jacob, este la pego a su cuerpo para evitar que se la arrebataran de nuevo – te lo advierto Nahuel, si la vuelves a tocar, voy a arrancare los malditos testículos y los freire en aceite para obligártelos comer maldito cretino!!! – tenia el rostro y el cuerpo tenso, pero el apretón que ejercía en Reneesme para mantenerla cerca era suave. - desde ahora te pudrirás en este castillo!!, y si sales de el eres hombre muerto!!

No puedes hacer eso!!, mi madre…

Yo soy tu Rey imbecil!!! Desobedéceme y pagaras las consecuencias!!! – y sin decir mas, dejo al idiota de Nahuel con el rostro palidecido, y se desvaneció con la humana a su lado de vuelta al castillo.

Cuando llegaron al mismo pasillo en el que Jacob había desaparecido encontró a Sara impaciente, esperándolo, los sirvientes del castillo se encontraban haciendo la limpieza del lugar, y se quedaron con la boca abierta cuando observaron a Reneesme abrazada al Rey.

Reneesme no podía respirar bien, todavía estaba impresionada por lo que había ocurrido, sentía que sus piernas flaqueaban, y si se soltaba seguro que se estrellaría contra el piso.

Estas bien? – le preguntó Jacob con su voz ronca, la miraba con el seño fruncido, y con ojos de preocupación. La mantenía pegada a su cuerpo aun, ella se sentía muy bien allí, los temblores poco a poco iban cesando, y además él Rey olía excelentemente bien, y se estaba tan calentito allí, y bien resguardada...

Ya estas a salvo pequeña, aquí nada te ocurrirá – le susurro Jacob al notar su increíble palidez, no podía evitar el impulso de mantenerla unida a su cuerpo, ella parecía un pequeño pajarito debajo de su brazo, además tenia ese estupido pensamiento de que alguien aparecería de nuevo para llevársela, así que la unió mas a él.

Jacob!! Por fin – Jacob se tenso y recordó la conversación que había tenido con Sara, mientras ella se iba acercando Jacob comenzaba a despegarse de Reneesme.

Bien, aquí la tienes Sara, salva y sana – Reneesme sintió una gran decepción cuando Jacob la tomo de los brazos para despegarla de él y la empujaba hacia la Reina, lejos de él – ahora cumple tu parte – le exigió acercándose a Sara y entrecerrando los ojos con frialdad - mantenla lejos de mi. – le dedico una ultima mirada a Reneesme con altivez y se marcho.

Sara observaba como su hijo se alejaba de ellas por el pasillo a paso firme, seguramente se dirigía a su habitación, para darse una ducha y quitarse toda esa sangre y suciedad de encima – si Jacob, ella permanecerá muy lejos de ti. – pensó Sara con sarcasmo rodando los ojos.

Los días siguientes al fatal secuestro de Reneesme fueron muy extraños para ella, Sara no deseaba que trabajara en las cocinas como desde su llegada al castillo había hecho, en su lugar, habían ocupado las tardes estudiando. Sara la había convencido de que era necesario que aprendiera a leer y escribir.

Pero no entiendo el interés de su majestad en mi, en que yo aprenda todas estas cosas…

Dime Sara olvídate de todo eso de su majestad o su excelencia, por favor hija –
Sara – repitió con un poco de vergüenza – pero sigo sin entender - le decía Reneesme mientras seguía a Sara por una de las enormes habitaciones del castillo que la reina había mandado a preparar para ella, era hermosa, con cortinas de encaje azul pastel, alfombras a tono, tenia enormes espejos en cada rincón del cuarto, un enorme armario blanco con mucha ropa y en el centro la ancha cama, en la que ella sentía que se ahogaba por las noches, pues tanto espacio para ella sola era abrumador, y el baño era un escándalo! Todo era blanco y pulcro, la bañera parecía un estanque gigante, y en las paredes habían pequeñas repisas de cerámica en las que habían esencias de todos los olores que se podía imaginar, con jabones y otros cosméticos que no había tenido tiempo de utilizar, nunca había visto uno así. En el orfanato donde se había criado, los baños apenas lograban dejar entrar a dos personas a la vez.

Pues ya te lo dije, siempre quise tener una hija, y pues tu necesitas a alguien que cuide de ti, no querrás que te hagan daño después de lo que sucedió con Nahuel verdad?  - le dijo Sara con afecto y un poco nerviosa, pero Reneesme no era idiota, ella sabia que la reina le ocultaba algo, y que ella misma tendría que averiguar, nadie ofrecía lo que ella le estaba proveyendo gratis.

Por supuesto que no – le respondió con suspicacia la chica mientras se jalaba el vestido azul celeste de encajes, pues era un poco incomodo y le picaba en algunos sitios, tenia un escote pronunciado, muy característico de la realeza, le quedaba ajustado hasta la cintura, de esa altura al los tobillos la falda bailaba holgada. Su cabello estaba suelto, peinado en rulos que caían libremente por sus hombros y llegaban hasta la parte baja de su espalda. El maquillaje también era obra de Sara, aprovechando los sin fines de perfumes, pinta labios, polvos entre otros artículos que reposaban en la enorme peinadora y que ahora le pertenecía. Sin embargo ella no quiso utilizar ninguna de esas cosas y opto por dejarse colorear un poco los labios.

Reneesme cuando digo masticar es masticar no machacar con los dientes! – decía exasperada Sara, mientras le daba clases de etiqueta en el comedor, y definitivamente Reneesme estaba perdiendo la paciencia, deseaba salir corriendo y volver a las calles, pero no podría volver a esa inestable y peligrosa vida. – Muy bien, así es mi niña – sonreía Sara con orgullo, pues consideraba que Reneesme aprendía muy rápido, le recordaba a ella misma cuando era joven, y eso le gustaba.

En sus ratos libres, y cuando Sara se lo permitía Reneesme se dedicaba a pasear por el castillo, con sumo cuidado de no toparse con el Rey, quien cada vez que la veía no hacia mas que gruñirle para que se perdiera de su vista, a veces se topaba con algunas sirvientas, quienes la miraban al principio con un poco de temor, pero cuando ella las saludaba con afecto, volvían a tratarla con la misma calidez que siempre.

Una de esas mañanas libres decidió subir un piso mas arriba de donde se encontraba su dormitorio, pues había visto unos magníficos ventanales que permanecían abiertos durante el día, y el sol entraba a raudales, desde allí se podía ver el hermoso paisaje que brindaba la naturaleza, los terrenos del castillo eran de un verdoso cegante, y a ella le gustaba ver como los sirvientes del castillo se ocupaban de las flores que adornaban los campos y a los caballos correr libres por las montañas…

Al final de pasillo, justo a un lado de los ventanales habían dejado una puerta entre abierta, ella cojeo lentamente hasta ella, esperando a que alguien saliera, o la cerrara repentinamente desde adentro, pero no ocurrió. Así que se acercó más.

Al llegar a ella, pudo oír unos suaves ronquidos, pues el pasillo estaba silencioso. Allí había alguien durmiendo, quizás fuera el Rey!, si la veía allí seguro la correría como siempre lo hace, decidió que era mas apropiado retirarse de allí, pero entonces un pensamiento inapropiado la ataco, como se vería él durmiendo?

Pues como todo él mundo! Dormido! – le contesto una vocecilla en su mente dándole  un regaño – ella rodó los ojos, pero en realidad no era eso lo que quería ver,  ella quería saber como se veía él indefenso, sin esa mueca odiosa en su rostro, la que utilizaba siempre que la quería asustar, o alejar. Y entonces se decidió a entrar, de todas maneras no era seguro que la habitación fuera del Rey.

Empujo un poco la puerta esperando algún chirrido de esta, pero no se escucho nada, cuando asomo la cabeza un olor le impacto los sentidos calentándole el cuerpo hasta llegar a ruborizarle las mejillas, era una especie de olor a canela y chocolate que la seducía, abrió mas la puerta y entro completamente a la habitación dejándola entreabierta, era una estancia amplia, casi igual a la de ella, sin embargo allí los colores eran diferentes, el suelo era de granito negro, y las paredes estaban coloreadas del mismo color, las ventanas estaban cerradas con las gruesas cortinas vinotinto bordadas en hilo de oro, todo estaba oscuro, sin embargo ella pudo observar como una enorme figura oscura dormitaba en la amplia cama que se encontraba al fondo de la  habitación, cojeo con cuidado de no hacer mucho ruido, pues al caminar el vestido hacia pequeños  susurros que ella temía que lo despertara, mediante mas se acercaba, el olor a canela y chocolate era mas fuerte, como no lo había notado cuando la había rescatado? Quizás no era algo que importara en ese momento.

Él estaba boca abajo, su ancha, musculosa y morena espalda se encontraba al descubierto, tenia algunas cicatrices, seguramente de las batallas, las luces de las velas derramaban su luz en la piel del Rey, dejándole ver mas allá de lo que debía, la sabana permanecía enrollada en su estrecha cadera, dejando al descubierto sus potentes músculos, estaba desnudo. Su mejilla reposaba sobre la almohada, de modo que ella podía ver su apacible y apuesto rostro dormido, era tan hermoso. Sus brazos y piernas extendidos, ocupando gran espacio en esa enorme cama, y ella deseaba estar con él allí, siendo arropada por su calido cuerpo y olor, despertando bajo sus inquietas caricias, exigiéndole…

Ella no se había dado cuenta de lo cerca que estaba de su rostro, lo miraba fijamente, conteniendo el aliento, estaba siendo demasiado imprudente, esto era pasarse de la raya, pensó mientras decidía  salir de la habitación.

Reneesme pego un grito cuando el Rey se levanto repentinamente y tomándola de los brazos la arrastro a su cama y se encaramo encima de ella.

Me pareció haber visto una linda gatita – le ronroneaba con una sonrisa en los labios mientras enterraba su rostro en su cuello para olerla, él comenzó hurgar debajo de su ancha falda, rozando con sus enormes manos calientes sus piernas. Reneesme dio un respingo cuando sintió el toqueteo y comenzó a forcejear, pero era demasiado para ella, enorme, y ella muy pequeña.

Señor! Esta aun dormido? – le preguntó mientras se revolvía para quitárselo de encima, quizás aun estaba dormido y la había confundido con alguien mas – no se ha dado cuenta de quien soy? – jadeo desconcertada mientras él buscaba su boca para besarla, y lo hizo.

Reneesme sintió como su lengua caliente y resbaladiza se empujaba dentro de su boca, ella nunca había sido besada, solo una vez por él Rey y en circunstancias bastante extrañas. Él Rey se hizo espacio entre sus piernas y recostó su tenso bulto entre la calidez de su intimidad haciéndola jadear, ese olor a canela y chocolate se hizo mas fuerte embriagándola y entonces ella respondió, lo beso también, subió sus manos a su fuerte cuello y ascendió hasta su cabello negro, enterrando sus dedos en sus cortas y finas hebras,  Jacob le subió mas la falda enrollándola sobre sus caderas para que sus piernas quedaran libre, ella tenia un fino pantaloncillo de hilo del cual se deshizo fácilmente, arrancándolo, ella  se sobresalto, pero no se asusto porque se sentía como en casa, mientras el Rey acariciaba su centro con sus grandes dedos, ella gemía en su boca, con los ojos entre abiertos, el rostro de él a la luz de las velas era un sueño, una delicia, todo allí era calido, no quería que terminara nunca…

Pero entonces ella pudo ver como de sus labios rojos comenzaban a sobresalir unos colmillos blancos, y en el apuesto rostro del Rey comenzaba a formarse una sonrisa malvada y cruel que hacia que todos sus huesos se congelaran, y su cuerpo por ende se tensara.

Creo que mi desayuno esta listo – susurro fríamente mientras se arrojaba a su cuello para succionarle la sangre, el grito de ella se quedo atrapado en la garganta, pues el pánico le había inmovilizado el cuerpo.

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Que tal chicas, aquí otro cap, de placeres oscuros!! bueno bueno este Jacob se las trae, pero que hombre tan maligno! En manos de quien vino a caer la pobre Nessie L esperemos que no le pase nada malo jejeje. Espero que les haya gustado, y que me dejen sus comentarios, es la única forma de que me motive a seguir escribiendo J Bye!!

1 comentario:

  1. Me encanta... Espero que no tardes en actualizar el otro capitulo...

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