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Hola! este blog esta creado para todas aquellas personas que como yo, adoran leer hasta madrugar con la compañia de un café con leche, bienvenidos al lugar donde le doy rienda suelta a las locuras e incoherencias que habitan en mi cerebro, las compartire con ustedes para que se contagien y le pongan a sus vidas un toque de excentricidad. Les advierto que el contenido de este blog posee escenas sexuales y lenguaje del mismo índole. Asi que estan advertidos queridos lectores.




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domingo, 16 de octubre de 2011

Placeres Oscuros: Capitulo 8: Síntomas.



Placeres Oscuros

Los personajes no me perteneces, son de Stephenie Meyer, pero la trama es de mi invención.

Él es el Rey de su raza, y no desea ser atado a nadie, esta dispuesto a asesinar para conservar su libertad, pero inevitablemente se verá atado a ella mediante una fuerte conexión que atenta contra sus propias leyes, y contra su rebelde alma. Que hará? Podrá asesinar a aquella mujer que amenaza con destruir su independencia? Que incluso amenaza con acabar con su reino?

Capitulo 8: Síntomas.

Renesmee se sentía cómoda y calentita, no quería levantarse aun, quería seguir recostada allí en esa cama tan suave, limpia y olorosa, tan diferente a la que usaba en la taberna…

Abrió los ojos lentamente, todo se veía un poco borroso a su alrededor, parpadeo varias veces para aclarar la vista y pudo reconocer donde se encontraba.

En su antigua habitación del castillo Black. Se sentó bruscamente en la cama, lo que provoco que le doliera la cabeza, se la sujeto con ambas manos, mientras gemía con los ojos cerrados.

-¿Te duele mucho? – pregunto una voz femenina  al fondo de la iluminada habitación.

-¿Sara? – hablo ella con la voz contenida por el dolor.

-Si cariño, gracias a dios despertaste – se acercó a ella rápidamente para examinarla con la vista. - ¿Cómo te sientes?

-Fatal – contesto apesumbrada. Se recostó nuevamente en las blancas y suaves almohadas – le dije a Jacob que no quería regresar – se quejo ella, aunque era mentira, extrañaba todo lo que tenia que ver con el castillo, especialmente ver por las mañanas el paisaje verdoso que ofrecía el castillo, charlar con Sara y pasear por el invernadero a ayudar al jardinero a  cuidar de las olorosas y hermosas flores, anhelaba ver todos los días sus favoritas, las rosas, las zinnias y las azucenas.

Por otra parte también echaba de menos a algunos trabajadores del castillo, con quienes había hecho una bonita amistad, excepto a Patra, ella aun la detestaba, y el sentimiento era mutuo.

- ¿De verdad no querías regresar? ¿o solo estas haciendo un berrinche? – quiso saber Sara, quien no le creía mucho aquello de no querer regresar.

- Pues… - comenzó Renesmee – si quería, pero ya no. – dijo enfurruñada. 

- ¿Ni siquiera estas feliz de verme? – Renesmee la miro con arrepentimiento.

- Lo siento Sara – le sonrío – siempre estaré feliz de verte.

- Yo igual cariño -  Sara recogió un poco la falda del vestido esmeralda que llevaba para sentarse en la cama junto a Renesmee, quien se sentó nuevamente en la cama para mirar a la cara a Sara.

- Ahora dime – la miro con seriedad – que ocurrió para que te desmayaras.

Renesmee le habría gustado que Jacob no dijera nada sobre el desmayo, ahora se sentía como una debilucha que no haría más que estorbar, ¡era lo justo! Después de haberla llevado allí sin su consentimiento.

- No quiero hablar de eso – soltó enojada.

- ¿Estas segura? Creo que te haría bien desahogarte – comento Sara dándole una palmadita en la mano.

- Estoy segura, gracias Sara, no significa que desconfíe de ti, es solo que estoy demasiado molesta como para recordar el tema – ella detestaría revivir la escena del río.

-No te preocupes, cuando quieras hablar solo búscame – le pico un ojo – ahora veremos al doctor, lo he llamado para que te revise y descarte cualquier problema con tú salud.

Renesmee rodó los ojos.

- No hace falta Sara, ya se me pasará, creo que estoy a punto de resfriarme – le tranquilizo, no quería ser tratada como una invalida.

- No creo que debas tomártelo tan a la ligera, si es un resfriado pues el doctor nos dirá como curarlo. Es de nuestra raza, espero no te moleste – le dijo Sara mirándola interrogativamente. Renesmee rodó los ojos de nuevo, Sara seguía con esa actitud sobre protectora, creía que ella aun le temía a los vampiros, cosa que era total mentira, después de conocer a Jacob dudaba que le temiera a alguien más. Le hizo un  gesto con la mano para darle a entender que no le importaba.

Sara camino hacia la puerta, la abrió y salio, Renesmee escucho la conversación que se desarrollaba fuera de su habitación.

-Gracias por venir doctor, ella esta en esta habitación descansando – decía Sara – como Jacob ya le habrá dicho, ella es humana, por favor tenga mucho cuidado.

- No se preocupe su majestad – decía una voz profunda – ella estará bien a mi cuidado.

Cuando entraron Renesmee aun estaba sentada en la cama, levanto la mirada y pudo ver que el doctor era un hombre joven, alto, corpulento, rubio y hermoso, estaba vestido con pantalones grises, camisa blanca con corbatín negro, y chaqueta que iba a juego con los pantalones, era muy elegante, pero la miraba estupefacto, como si estuviera confundido, o hubiera visto a un fantasma.

- ¿Que ocurre doctor? – le pregunto Sara que también observaba con inquietud el rostro del Doctor.

- Ah… - se quedo con la boca abierta observando a Renesmee, quien estaba comenzando a sentirse incomoda. Le miraba el rostro como tratando de reconocer algo en ella. – lo siento mucho – miro a Sara. – disculpe no es mi intención incomodar. – volteo a mirar a Renesmee con disculpa en la mirada.

- Esta bien doctor, ¿podría examinarla? – le dijo Sara apremiándolo.

- Si, por supuesto – dijo el doctor, parecía que se le había olvidado a que había ido allí. – Bien señorita, mi nombre es Carlise Cullen – se presento caminando hacia ella y estirando la mano para presentarse.

- Renesmee – contesto ella.

- Renesmee… - susurro mas sorprendido – ¿cual es su apellido?

- No tengo -  contesto ella un poco irritada con la actitud de aquel hombre, alzó la barbilla con orgullo, siempre era lo mismo, cuando la gente se enteraba que ella era una huérfana la trataban con desprecio, como si no valiera nada.

- No por favor, no se enoje conmigo, solo pregunte por curiosidad – le sonrío con ternura para evitar que se pusiera a la defensiva, Renesmee lo miro un poco desconfiada, pero no sabia porque, el doctor no daba señales de ser mala persona, sin embargo, podría deberse a que se encontraba frente a la mismísima Reina de Garnicov.

- Renesmee Black doctor, ese es su nombre – aclaro Sara mirando a Renesmee maternalmente, ella se sintió agradecida. Pero el doctor seguía teniendo esa cara de confundido.

- Bien – dijo sacudiendo un poco la cabeza para despejarse. – ¿cuales son los síntomas? – le pregunto a Renesmee.

- Ahhh pues… me duele un poco el estomago, y siento nauseas, me canso muy rápido… - ella fruncía el ceño mientras recordaba.

- ¿Algo afiebrada? – pregunto el doctor.

- Si- le confirmo.

- ¿Te duelen los senos? ¿Los sientes mas grandes? –  el rostro de Renesmee se tiño de rojo por la vergüenza.

- Si. – dijo secamente, algo desconcertada, aquello lo había pasado un poco por alto.

Miro a Sara para intercambiar una de esas miradas de desconcierto, pero Sara tenia los ojos muy abiertos mientras la miraba fijamente, como si estuviera… ¿Sorprendida?

- Tú periodo, ¿cuando fue el ultimo? – pregunto el doctor de nuevo, ahora sacando un estetoscopio para escuchar los latidos de su corazón.

- Hace un mes y pocos días – reflexiono un poco tensa, todos esos síntomas eran extraños, era como si estuviera… no, imposible.

- Es decir, que tendrías que haber tenido tu periodo hace una semana – afirmo el doctor.

Ella asintió con la cabeza y la mirada perdida.

- Muy bien, te tomare una muestra de sangre, así podré hacer mejor los análisis – le informo.

- ¿Muestra de sangre? Me… sacara sangre con esas agujas… - pregunto ella palideciendo.

- ¿Le tienes miedo a las agujas? – el doctor la miraba un poco divertido. – vamos, eres una chica valiente, podrás soportarlo.

- No quiero agujas. – le contesto enroscándose en si misma.

-Renesmee permite que el doctor haga su trabajo – le pedía Sara con impaciencia.

- Pero… - el doctor Cullen ya había sacado la jeringa de vidrio para extraer la sangre de ella.

Renesmee se encogió, odiaba cuando en el orfanato hacían jornadas de salud, algunas monjas eran amorosas y pacientes con los niños, pero otras se exasperaban y terminaban gritándoles, ella había tenido la mala suerte de que siempre le tocaran las amargadas, cuando le gritaban porque se rehusaba a dejarse sacar la sangre, ella comenzaba a llorar y el pinchazo terminaba doliéndole mas de lo que debía.

El doctor Cullen no se parecía a ninguna de esas monjas obviamente, pero eso no quería decir que no le doliera cuando le clavara la aguja.

- Prometo que solo te dolerá un poquito – le sonrío con afecto.

- No es cierto, siempre duele mucho. – contesto ella frunciendo el ceño temerosa de la aguja.

Carlise sonrío, ella parecía una niña pequeña.

-Entonces te juro que no dolerá mucho, he hecho esto miles de veces. – le aseguro.

-¿Jura que no dolerá mucho? – le pregunto con esperanza en el rostro, quizás él era diferente, tenerle confianza a aquel hombre era fácil, y ella sentía algo extraño en su corazón por él, como si él la conociera, como si la… ¿Extrañara?, dios, se estaba volviendo loca.

- Lo juro. – la miro seriamente para que viera que no mentía.

Ella suspiro y le tendió el brazo con miedo. El doctor lo tomo con delicadeza, amarro una cuerda de goma alrededor de su antebrazo, limpio la zona con alcohol.

- Creo que seria mejor si no miras – le recomendó.

-¿Por que? – quiso saber.

- Mirar te causara mas estrés, y te pondrás mas nerviosa cuando llegue el momento de pincharte – ella tomo el consejo y volteo la cabeza a un lado. Cuando llego el momento solo sintió un pequeño pellizquito que duro unos segundo, y el doctor luego dijo “ya”.

Ella lo miro sorprendida.

- ¿Es todo?

- Es todo – confirmo él con una sonrisa.

-¿Porque no trabajó usted en el orfanato donde me críe? -  se pregunto a si misma algo compungida.

-¿Como dices? – pregunto el doctor algo desconcertado.

- Nada, muchas gracias, es usted muy bueno. – Él la miró con esa mirada de anhelo, a Renesmee el doctor comenzó a ponerla nerviosa de nuevo.

-Bien – dijo el doctor recuperándose – vendré pronto a darle los resultados de los análisis.

-¿ Pero no me dirá que puede ser lo que tenga? ¿Gripe tal vez?- quiso saber Renesmee.

El doctor negó aquello.

- No creo que sea gripe, por ahora solo descansa por favor, no quiero dar un diagnóstico apresurado. – dijo el doctor a la reina y a Renesmee.

- ¿Doctor puedo hablar con usted en privado? – pregunto Sara algo nerviosa.

- Por supuesto su majestad – y ambos salieron de la habitación de Renesmee, Sara antes de irse le hizo un gesto que ella entendió como un “Ya vuelvo”.

Pasaron solo minutos cuando vio entrar al Rey a su habitación, con expresión preocupada.

- ¿Como te sientes? – pregunto caminando hacia ella.

- Habría preferido que me dejaras tirada en el suelo antes que volver aquí y verte la cara todos los días – comento molesta sin mirarle al rostro. Jacob se paro en seco.

- ¿Realmente habrías preferido eso? – pregunto sin creerle.

- Si.

- Mentirosa.

- ¡El mentiroso eres tú! me engañaste.

Jacob suspiro y cerró los ojos por un momento, no caería en el juego de gritar y responder gritando, Renesmee tenia un don especial para sacarlo de sus casillas.

-No pienso discutir contigo, estas muy débil, no es bueno que te vuelvas a enojar. – se acerco a la puerta para marcharse.

- Cobarde – susurro a modo de burla ella.

Jacob se detuvo y la miro con el ceño fruncido.

- No soy ningún cobarde – le aclaro.

-¡Entonces dime porque me mentiste!

-Ya basta, porque todo es una discusión contigo, no podemos hablar como la gente normal.

-¡Claro! ¡Porque la gente normal cuando descubre que le han traicionado se sienta a hablar apaciblemente, mientras toman el té y comen galletitas! – dijo abriendo mucho los ojos.

- Abandona el sarcasmo por favor, solo harás que me enoje mas – le pidió ya molesto.

- Oh! ¿El Rey pide consideración? Pobrecito, ¿realmente debería tener condescendencia con usted? ¡No lo creo! ¡Traidor!

-¡No te traicioné!

- ¿Como puedo creerle después de lo que esa mujer me dijo? ¡Usted mismo me lo confirmo!

- Renesmee -  suspiro para tranquilizarse, camino hacia la cama para sentarse junto a ella, Renesmee se encogió, no quería que la tocara, estaba demasiado molesta. – No te traicioné, lo juro, Leah y yo tuvimos algo, es cierto – aquella confesión le provoco dolor de estomago, ¿como podría él haberse metido con una mujer tan despreciable como esa? – pero ya no mas, ahora estoy contigo.

- Eso no me asegura nada -  susurro abrazándose a si misma, ahora se sentía triste.

- Tienes que confiar en mi – le dijo acariciándole uno de sus pies desnudos, pues ella yacía sentada en la cama abrazándose las rodillas.

-No puedo confiar, tengo miedo.

- Entonces no puedo hacer nada.

- Lo se. – escondió su rostro entre sus rodillas.

Jacob la miraba con frustración, esto no podía terminar así.

- Renesmee, nadie te va a abandonar, no puedes desconfiar de todo el mundo pensando que te abandonaremos. – la miro con dolor – te comprendo porque a mi también me cuesta confiar en las personas… pero.

- ¿Por que? – quiso saber ella. – ¿Por qué también desconfías de la gente?

- No es momento para hablar de eso. – negó con la cabeza algo molesto consigo mismo.

Ella se encogió, inconcientemente estaba proyectando el abandono de sus padres en Jacob.

- No puedo, lo siento, no puedo confiar en ti.

- Esta bien, lo entiendo – suspiro él levantándose de la cama. – solo quiero que sepas que aunque quisiera estar con otra mujer que no fueras tú, no podría – llego a la puerta de la habitación y la abrió. – porque el lazo que nos ha impuesto la orden divina me lo impide. De todas formas, aunque no me creas, desde la primera vez que te vi, te amé, y si no estuviéramos unidos por ese estupido lazo, aun así seguiría enamorado de ti. – salio y cerro la puerta tras él.

Ella estaba congelada en su sitio, mirando la puerta que se acababa de cerrar, pensando en sus ultimas palabras, ¿él había reconocido que la amaba?,¿seria eso cierto?, si era cierto entonces era una idiota que estaba alejado al hombre que amaba por sus celos y desconfianza infundada, justamente las palabras que ella había soñado oír desde hace mucho tiempo ¿y lo dejaba ir?, debía ir tras él, necesitaba disculparse y decirle que ella también lo amaba.

Se levanto de la cama apresuradamente, abrió la puerta y…

- ¡Niña! ¿Que haces descalza? – había chocado contra Sara y por poco se cae, esta la sujeto para impedirlo.

- Necesito hablar con Jacob – la esquivo pero Sara cerro la puerta.

- No, aun no puedes, debemos hablar – concreto la reina.

- Pero Sara, es urgente por favor – le rogó.

- Creo que estas embarazada…

Ella la miró con la boca abierta, desconcertada, ¿había entendido bien?. Pero luego cayó en cuenta de que tal vez no fuera cierto y comenzó a reírse nerviosamente.

- ¿Es broma verdad? Solo quieres que te preste atención.

Pero Sara no reía. Así que frunció el ceño, otra vez confundida.

- No puede ser – le dijo tocándose el vientre sorprendida.

- Pues eso creía yo. Pensé que la historia entre la humana y el vampiro que procrearon un hijo era solo un mito. – comento mirándole el vientre.

- ¿Que nació de ese vampiro y la humana? – quiso saber ella.

- No se sabe, al parecer ocurrió hace muchos siglos, poco se conoce de esa historia. – Sara caminaba reflexionando de aquí para allá, mientras Renesmee ya se imaginaba la carita que tendría el bebé, mucho cabello negro brillante y liso, con la piel morena como la de Jacob, unos grandes ojazos negros, y una sonrisa bellísima que dejaría a todos embobados, la felicidad comenzó a invadirla, tanto que sus mejillas estaban calientes por los rápidos latidos de su corazón, ya podía imaginar a su hijo corriendo por todo el castillo, haciendo alboroto, llamando a gritos a su padre para arrastrarlo al jardín a jugar con él. A ella los ojos se le inundaron de lágrimas de felicidad, y una sonrisa se extendía por sus labios.

-No podremos decírselo a Jacob. – soltó de repente Sara.

A Renesmee se le borro la sonrisa.

- ¿Por que? – pregunto molesta, ¿como podría Sara sugerir tal cosa?

-  No nos creerá.

- Como no me va a creer, él ha sido el único hombre con el que he estado. – dijo algo ofendida.

- No tienes que aclarármelo a mi querida, te conozco y se que es verdad – ella se acerco a Renesmee y la tomo de las manos. -  pero Jacob ha sufrido mucho, y eso ha provocado que sea muy inseguro, él… ha vivido una desgracia que lo ha marcado. – Sara la miro rogando que pudiera comprender. – ¿por que crees que ha vivido tanto tiempo en la amargura? Todo tiene una razón.

- ¿Cual es? – le pregunto Renesmee intrigada, necesitaba saber que era eso que tanto lo hacia sufrir.

- Yo… - cerro los ojos- cuando era un niño de 8 años, permití que su padre lo alejara de mi, tenia que ser entrenado para ser Rey – Sara camino a la cama para sentarse, comenzaba a sentirse mal, Renesmee la siguió. – pero Billy nunca fue muy paternal, siempre fue frío y duro, demasiado cruel, fue el principal motivo por el que me separe de él, ya no existía rastro de aquel hombre que me enamoro, Jacob y Nahuel le tenían miedo, y solían esconderse cuando Billy venia a casa a visitarlos,  hasta que Jacob cumplió la edad adecuada para comenzar su entrenamiento y permití que lo alejaran de mi. – Dijo con las lagrimas rodando por sus ojos, Renesmee le acaricio una de sus manos para que se sintiera apoyada, Sara se lo agradeció – nunca me lo perdono, me odia por ello. Aun recuerdo sus ojitos negros bañados en lágrimas cuando me suplicaba que lo dejara quedarse conmigo – Sara sollozo -  pero ¿que podía hacer más que abrazarlo y prometerle que todo estaría bien?, Garnicov necesitaría un Rey, y ese puesto debía ocuparlo Jacob como el primogénito que era.

Pero eso no fue todo, años después, Jacob se rehusaba a visitarme, así que tenia que hacer muchas cosas para enterarme de cómo estaba, ya que Billy no quería que interfiriera con su entrenamiento, cuando me entere de la crueldad con la que lo trataba, busque a Billy para reclamarle, solo me dijo que los golpes que le daba, el hambre que le hacia pasar, y los desprecios que recibía lo harían un hombre… desde ese día lo maldije, y quise traerlo conmigo, a casa, de donde nunca debió salir, y lo busque, pero cuando le pedí que regresara decidió quedarse con su padre, en un principio no podía creer que prefiriera el maltrato a estar conmigo, pero luego pensé que lo hacia para castigarme.

Al pasar los años, me entere que Jacob se había enamorado de la nueva esposa de su padre, no se mucho sobre ello, porque Jacob jamás quiso contarme, pero supe que ella estuvo embarazada, y Jacob pensó que era suyo… Pero no fue así, el bebé resulto ser de Billy. La mujer en un arranque de furia se lo confeso. Billy descubrió el engaño y…

- ¿Que? – la apremio Renesmee.

- Incendio el castillo por la furia, Jacob escapo, no pudo hacer nada por la mujer ni por su padre, era imposible. Duro un tiempo vagando por las calles y cuando lo encontré, lo traje aquí, conmigo, pero ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho.

Renesmee estaba abrumada por aquella información, así que por eso Jacob sufría, no podía creer que todo aquello le hubiera ocurrido a él. Su confianza había sido traicionada, y seguro que se culpaba  todos los días por la muerte de su padre, esa mujer y el bebé no nato.

- Es una tragedia.- dijo Renesmee.

- Si, lo es, ¿ahora comprendes porque no podemos decírselo? Creerá que estas mintiendo, como lo hizo aquella mujer.

- ¡Yo no soy esa mujer! – estallo ella, odiaba que la compararan con alguien así.

- Lo se querida- dijo con paciencia Sara – pero el así lo creerá, retrocederá al pasado y pensara que eres aquella mujer, que solo jugo con él para satisfacer sus necesidades, y lo engaño.

-Pero no podemos ocultarlo por mucho tiempo. – afirmo desesperada.

- No se lo diremos ahora, debemos prepararlo para darle la noticia. – concluyo Sara levantándose de la cama.

- ¿Estas segura? Yo creo que Jacob no lo tomaría tan mal, pienso que debería decírselo. – dijo no muy convencida.

- Renesmee por favor, confía en mí, debemos tomar esto con más delicadeza. Déjame pensar en algo y prometo que le diremos toda la verdad.

Ella asintió, pero no quería esperar mucho, deseaba  compartir su felicidad con Jacob.

-Felicidades – le dijo Sara mirándola con una sonrisa – ser madre es maravilloso, y aunque el doctor aun no lo halla confirmado se que estas embarazada. – Caminó hacia ella para abrazarla – ¡Oh querida orden sagrada!¡un nieto! – Caminó hacia la puerta para salir- recuerda aun no debemos hablarle de ello, ¿de acuerdo?

- De acuerdo – suspiro todavía no muy segura.

Sara abrió la puerta.

- ¡Sara! – la llamo Renesmee algo avergonzada por lo que diría a continuación, Sara volteo para mirarla. - se que te sientes culpable, pero todos cometemos errores, siempre lo amaste, era tu hijo, y eso es importante también. – Sara la miro agradecida -  Nadie tiene la culpa de que Billy fuera un hombre tan cruel, ahora debes enfocarte en hacerle saber a Jacob que lo amas y siempre lo amaste.

- Gracias cariño – se toco el pecho y le sonrío un poco, todavía estaba algo triste por recordar aquella historia.
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Jacob besaba su cuello con pasión, oliendo su cuello con avaricia, el olor a rosas frescas que invadía su habitación era maravilloso.

-¿ Estas segura que me perdonas? – le pregunto mientras le acariciaba las mejillas y le besaba la boca.

Jacob estaba encima de Renesmee disfrutando de su desnudez, después de haberle hecho el amor varias veces ese día.

-No tengo que perdonar, ya me aclaraste lo de esa mujer, ella no es nadie en tu vida, así que no tengo nada que temer – contesto buscando sus labios para besarlo, mordisqueo un poco la comisura de su boca mientras él deslizaba sus grandes manos por sus pechos, eran el sitio preferido de su cuerpo.

-Menos mal entraste en razón – se río un poco, pues al decir eso ella le pellizco la nariz.

- Te amo – le dijo Renesmee abrazándolo y embriagándose con su delicioso olor.

- Yo también te amo gatita. – le respondió Jacob.

Ella abrió mas las piernas para que él se introdujera en ella, cuando unieron sus cuerpos ambos temblaron de placer.

Jacob comenzó a besar sus pechos mientras se movía encima de ella.

- ¿Por que tus senos están mas grandes? – le pregunto con la respiración un poco agitada y el ceño fruncido.

- Ah pues… - decía ella sin saber como contestar aquella pregunta. ¿Seria conveniente callar?, ¿o quizás Sara se estaba equivocando, y Jacob si estaba preparado para recibir la noticia?, tendría él la confianza suficiente en ella como para aceptar que el niño es suyo?... 

Dios! Ella quería decírselo, pero tenía miedo de otro rechazo.

- Jacob que pensarías si te dijera que seremos padres? – le dijo ella con una sonrisa en los labios.

Jacob paro instantáneamente lo que estaba haciendo.

- ¿Que dices? Tú y yo no podemos tener hijos. – respondió sorprendido.

- ¿Pero y si ocurriera? – la esperanza se veía reflejada en su rostro.

- ¿Estas embarazada? – pregunto él frunciendo mucho el ceño, en sus ojos había… ¿temor? – ella se arrepintió en el acto de haberle dicho aquello.

- No – contesto inmediatamente.

- Pues como ya te dije, es imposible gatita, a menos que… - se quedo callado.

- ¿Que? – pregunto ella ansiosa.

- Que decidieras tener un hijo con un humano, lo que técnicamente no me haría el padre. – la miro con inquietud, y algo de dolor en el rostro – ¿Tú… no me engañarías verdad? – la miró interrogativamente y temeroso de la respuesta.

-No, además no quiero estar con nadie mas que no seas tú – respondió abrazándolo.

- Yo tampoco. – y la beso con pasión, pensando que ahora estaba mas tranquilo de que tal cosa no ocurriría.

- Pero – insistía ella. -  y esa historia de la humana y …

- ¿El vampiro que la dejo embarazada? – Completo la frase divertido – son mentiras. Tal cosa nunca ocurrió, ni nunca ocurrirá, quizás esa humana se embarazo de un humano y engaño al vampiro haciéndole creer que era su hijo. – se carcajeo. – no creas en esas tonterías gatita, estamos bien así.

Renesmee no esta muy segura de eso, no podía creer que Jacob pensara eso de aquella humana… Aunque pensándolo bien podría ser cierto… Renesmee se tenso, cuando se lo confesara, ¿no pensaría Jacob que ella estaba embarazada de otro verdad? ¿O si?... ¡Demonios!
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Bien chicas, les prometí aclarar porque lo del embarazo de Renesmee es tan rápido, y lo único que pudo alegar es que pueesssss… Cuando dos personas tienen sexo sin precaución ocurre esto, Renesmee y Jacob pensaban que no podían tener hijos, porque no es usual que ocurra entre dos especies tan diferentes, por ello no tomaron precauciones, así queeeeee Charan!! Un bebe!!!!, aunque Jacob le tenga miedo a estas cosas, sip, tendra un hijo.

Así que ya saben, si no quieren bebes, pues protéjanse con los métodos anticonceptivos, consulten con su medico ginecólogo él o ella les dirá cual es el mas adecuado para tú cuerpo, o de plano no tengan sexo, jejeje… Bueno debo confesarles que no podré contestar los comentarios, porque tengo una gripo horrible, me siento muy mal, no se como me he sentado a la computadora a escribir, pero espero poder contestarles en el próximo cap, ya saben voten por su historia favorita en mi blog. Besos.

Otra cosa, unos de los comentarios toca un punto clave en la historia, el de Maria de Lautner, linda no te preocupes, el embarazo de Nessie no será trágico, porqueeee puesss, ella es especial y no puedo decir mas, jejeje, pero me encanta tu comentario, porque da pistas sobre Nessie!! Besos!

Perdonenme por no contestar mas comentarios, odio no poder hacerlo, pero prometo hacerlo el proximo cap, ahora si Bye princesas! J

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